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Sinrazón social

[Interior de una nave de 400m2 en la carretera a Madrid de un pueblecito a una centena de kilómetros de la Villa y Corte. Edificio de ladrillo visto, puerta cochera de chapa verde y techo de uralita a dos aguas con una fila de paneles traslúcidos en la cumbrera por la que se cuela todo el sol de las 17:00h de un cuatro de septiembre. Hace casi 45ºC. En una esquina, una camión sin caja con cabeza tractora Dodge y los neumáticos completamente deshinchados; más a la derecha, una Nissan Serena limpia, matrícula M-8141-OV y más o menos blanca según la fecha en que se le fueron realizadas las distintas reparaciones de chapa. Sobre sus ventanas traseras ciegas, a uno y otro lado, en verde botella con diseño setentero reza el mismo rótulo que preside (éste, más deteriorado) la fachada de la nave: Portes Ribera del Guadalcampo, Tfno: 91-8791315). El suelo de la nave es de losas de terrazo con trocitos blancos y negros aunque, por zonas, se ha parcheado con cemento fratasado extraliso. Poco más en el fondo. A mano derecha de la puerta cochera, que a esta hora es una auténtica plancha, se ha delimitado con celosías hasta una altura de unos dos metros el espacio mínimo para un despacho con su mesa metálica de color gris y una silla cómoda a cada lado. Sobre la mesa, un teléfono forma y un ordenador con monitor dolicocéfalo marca Inves. A su izquierda, un calendario de sobremesa en el que se han ido mediodesnudando las integrantes del equipo femenino de fútbol sala de la localidad, temporada 2011-2012 parado en el mes de abril. Detrás, adosada a la pared de la nave, una estantería de mecalux de 2m X 2m X 0,45m cargada de clasificadores grises o rojos que no parecen salir demasiado de su actual emplazamiento. Sentado frente al ordenador en marcha, con la cara absorta en la pantalla, un hombre mucho más joven de lo que parece, 140 kg de peso, clicando compulsivamente sobre el ratón con la mano derecha y sujetando una lata de tercio de Mahou con la izquierda. Se abre la puerta de paso recortada en el portón corredizo de la entrada. Entra un cuchillo de luz violenta que parte la semioscuridad interior hasta morir en la proyección de la columna de claridad cenital sobre el suelo.]

- Kevin: ¡Su puta madre! Está cayendo el lorenzo a pedazos ahí fuera... ¿Qué tal va la cosa?

- Cristian: ¡Joder, qué preguntas! De puta pena, como siempre. Aquí no llama ni Dios. Y, como la cosa siga así... En fin, mejor me callo... ¡Me cago en la puta madre que parió a esta crisis!

- Kevin: He estao pensando, hermano...

- Cristian: ¡Amosnomejodas! ¿Pensando, tú? Joder, creía que te pasabas el puto día pendiente de tus musculitos y tragando clembuterol. Que vas a reventar por las costuras, tío...

- Kevin: Vengo a darte el relevo en son de paz y voy en serio, bola de sebo. Escúchame bien y deja el Marca un rato.

- Cristian: Venga, vale, desembucha. Soy todo oídos.

- Kevin: He pensao que puede que parte de la culpa de lo que nos está pasando la tengamos nosotros... ¡Joder, que no nos renovamos!

- Cristian: ¿Y cómo nos vamos a renovar, majete, si no nos entra un puto duro?

- Kevin: Pos yo pienso que sí que podemos. Mira, esta mañana, trasteando con la table, he caído en que nos hemos quedao anticuaos. ¿Tas fijao en cómo se llaman ahora las empresas? Te lo voy a esplicar pa que me entiendas. De otra manera. Mira, tienes las que parecen que te llevan a otro país cuando las llamas: Reparalia, Jamonia, Ofizia... La sensación que los pibes que te mandan son nativos, como los profes de inglés: chapuzas nativo, vendedor de matanza nativo, asesores nativos. Gente que lo ha mamao, vamos. Profesionales pata negra. Luego tienes las que te venden que están ahí de toda la vida. ¡Joder y tanto! Como que se han cogío nombres griegos: Legalitas [pronunciado con acento en la primera 'a'], Sanitas [pronunciado con acento en la 'i'], Quavitae [pronunciado con acento en la segunda 'a'], Arrendun [pronunciado con acento en la 'e']...

- Cristian: Querrás decir nombres romanos, so cafre...

- Kevin: A ver, listillo, ¿Todavía no tas enterao que los romanos hablaban griego? De todas formas, eso no es lo que importa. Lo que cuenta es [silabeando] LA-IM-PRE-SI-ÓN [sic].

- Cristian: Impresionao me estás dejando, hermanito, con tanta sapiencia...

- Kevin: Si es que no me dejas acabar... Y, luego, están las que que llevan nombres en inglés: Mobiestar, Orange, Carrefur, Cristian Dior.... Casi todas las que quedan. Vamos, que la única gorda que no lleva nombre inglés lo lleva en el nombre: [los dos, al unísono y felices por haber sintonizado] ¡El Corte Inglés!

- Cristian: Ya te veo venir...

- Kevin: ¡Joder, ya era hora! En fin, que, según yo, lo que podríamos hacer es elegir un nuevo nombre pa la empresa. Algo distinto. Luego nos hacemos una paginita güé molona y a ver qué pasa. Joder, no perdemos na por intentarlo...

- Cristian: ¿Sabes, hermanito? Creo que eres un puto crack. Además, ¿quién coño va a saber ni dónde estamos ni que flota tenemos -bueno, no tenemos- ni na de na? Nos montamos una película de la hostia en la página y lo que sí tenemos que hacer es ser de una puta vez puntuales con las entregas.

- Kevin: De puta madre, hermanito. ¿Sabes una cosa? Tengo la impresión que estamos viviendo el empiece de algo grande... No sé. Me da amí que es como cuando te cuentan que las mejores empresas americanas nacieron en un garaje. Pos nosotros, de garaje estamos sobraos y espacio libre dentro, tol que quieras...

- Cristian: ¡Grande Kevin, grande! Ya sólo nos queda elegir el nuevo nombre que le vamos a poner a la empresa. No sé, a mi me va más lo del inglés, que pa los otros hay que controlar griego o pagar a uno de esos que se inventan cosas, creacionistas, me parece que se llaman...

- Kevin: [Entusiasmado] ¡Joder, Cristi, eso mismo había pensao yo! El inglés. ¡El inglés y palante a hacernos de oro, hermanito! [Contundente y convencido, mirando fijamente a su hermano, ralentizando el discurso y casi susurrando] ¡Vamos a ser los putos amos!

- Cristian: [Animadísimo] Venga, poyaque estamos, vamos a pensar...

- Kevin: A ver, Cristian, si es que no hace falta ni pensar. Enchufa el ordenata y busca en interné un dicionario español-inglés.

social2[Cristian se pone de inmediato a ello no sin mirar de reojo a la chica del calendario como para decirle: ¡No sabes lo que te has perdido! Kevin le ha sorprendido ese gesto.]

Y a ver si ahora se lo puedes resfregar a la Vane, que bien merecido se lo tiene...

- Cristian: Yastá. Oye tío, que aquí dice que dicionario se escribe con dos ces.
- Kevin: ¡Joder, estos finolis se la cogen con papel de fumar! Pos nada, busca en [resaltando la pronunciación correcta] diCCionario...

- Cristian: Mira aquí hay uno... A ver... Portes... portes... [Pronunciando en español y extrañado] ¿Expedition? ¡Povaya mierda de dicionario! Pa una cosa que buscas y está mal... Pero, hostia, ¿qué tendrá que ver una espedición con lo que nosotros hacemos? Aunque bien mirao, muchas veces, nos chupamos unas putas espediciones hasta que damos con las putas direciones...

- Kevin: Pos nada, nosotros mismos: portes, ports; ribera, no hace falta dicionario, gracias Brus, ríber; y Guadalcampo, pues guadalcauntri -el que sabe, sabe. Luego vemos cómo se escribe y palante. Pero lo que ya sabemos es que nuestra nueva empresa se va a llamar [tras una pequeña pausa, deleitándose en la pronunciación y como siguiendo con el dedo el nuevo rótulo] Ports de Ríber Guadalcauntri.

- Cristian: [Extasiado] ¡Total, Kevin, total! Y así, abrimos el mercado que te cagas... ¿Te imaginas?

- Kevin: [Acompañando a su hermano en la alfombra voladora] ¿Que si me imagino? ¡Joder, nos van a llamar de tol mundo!

- Cristian: [Cayendo, de bruces, en la cuenta] Oye, que si nos llaman de tol mundo... ¡Nos van a hablar en inglés! ¿Qué hacemos si alguien nos dice, yo qué sé, jelou gudmornin y tal y tal?

- Kevin: Me lo pones en bandeja tío: [como dándole una explicación a un anciano chocheante] pues les pedimos que nos hablen en cristiano y santaspascuas. Eso sí, con educación, que si no, aquí nos vamos a quedar a dos velas...

[Cristian, ilusionado, se dirige a la puerta de salida. Antes de desaparecer, engullido por la luz cegadora, se para un instante, mira hacia arriba como si le estuviera cayendo encima una cascada de inspiración y, agradecido, piensa "No hay quien nos pare, hermanito. No hay quie nos pare...").

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(Estereo)tipo

La periodista Ángeles Lucas firmó en El País del pasado 2 de los corrientes, un pequeño reportaje sobre las vicisitudes por las que han pasado los candidatos a ser seleccionados como figurantes en la próxima entrega de la exitosa serie Juego de tronos. No es uno nada asiduo de las series, lo que no quiere decir que les reste mérito alguno sobre todo si, como parece que está ocurriendo, los espectadores las consumen cada vez más en su versión original. El caso es que disfruté, entre sorprendido y divertido, de la multiplicidad de datos que se vertían en el documento y no pude por menos que entregarme a una reflexión que la autora nos había (puede que inteligentemente) hurtado.

El caso es que, como Vds. sabrán, la productora estadounidense HBO decidió incorporar un 'nuevo reino' a la escena de la trama y se fijó, para ello, en los paisajes urbanos y rústicos de la sevillana Osuna. Se trataba de recrear Dorne, "un mundo caluroso y racial" (citando a Ángeles Lucas) para las aventuras de la quinta temporada.

Por muy lejano que estuviera en el tiempo real o ficticio, había que 'poblar' el territorio con congéneres. Y ahí se empieza a poner la cosa interesante. Se calcula que harán falta 500 extras (100 hombres y 400 mujeres -vaya Vd. a saber porqué en esta proporción-) y, en cuanto se filtra la noticia, ésta corre como un reguero de pólvora: en pocas semanas, se postulan espontáneamente cerca de 100.000 personas.

Empieza, pues, a quedar más patente que nunca que los gestores del proceso deberán fijar unos criterios claros y contundentes que permitan evitar imponer un impopular numerus clausus. Y dichas 'condiciones de admisión' acaban por conocerse:

. joven,

. esbelto/a,

. moreno/a,

. cabello sin teñir,

. piel sin tatuajes,

. dispuesto/a a mostrar el torso desnudo si el guión lo requiere.

estereotipo2Esto no es sino un estereotipo, asociado a la idea que se hacen los productores de la serie (gente del Norte) y, porqué no decirlo, cualquier habitante del planeta que haya oído hablar de España, del tipo humano que puebla la Piel de Toro. Por otro lado y bien mirado, se trata de un estereotipo necesario para distinguir convenientemente todo aquello que vaya suceder en Dorne de lo que podrá acontecer en los otros reinos. Concluyo, pues, que, desde el punto de vista cinematográfico, se trata de unos criterios razonables y pertinentes.

Como pobladores de la Península Ibérica que puedan ser Vds., ¿cuántas personas creen que cumplieron con esos seis condicionantes? Asómbrense (ése fue, al menos, mi caso): 4.000 (cuatro mil). Lo que se presta a toda una retahila de conclusiones:

a. somos menos ibérico-meridionales que lo que creemos o lo que fuimos,

b. las modas y los regímenes alimentarios nos están cambiando,

c. tenemos una mejor opinión de nuestro aspecto que la que de él tiene el vecino,

d. nos sigue habitando un pudor fundamental que neutraliza nuestro pretendido exhibicionismo en las redes sociales (aquí me refiero sobre todo a ellas. Sinceramente, no concibo que a un chaval le dé reparo mostrarse semidesnudo ante las cámaras).

Supongo también que los regidores extranjeros se quedarían patidifusos de la 'eficacia' de la primera criba operada casi tanto como yo. Todos estábamos errados. Y es que no hay nada mejor que intentar aplicarle un estereotipo para retratar a quien sea.

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volver1

Vaya por delante que el que suscribe es un privilegiado, funcionario docente de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, en el ámbito de las Escuelas Oficiales de Idiomas. Tengo la enorme suerte de que mis alumnos son estudiantes generalmente motivados por la actividad que los lleva a mi Centro. Mi trabajo me gusta y me enriquece social y formativamente hasta el punto de que me suelo exceder en mis funciones porque, muchas veces, no soy capaz de distinguir entre deber y devoción.

Si todas estas premisas se cumplen y son las ideales, ¿por qué, tras el paréntesis vacacional de verano, sigo considerando con cierta aprensión el hecho de volver al trabajo (remunerado)? ¿Por qué necesito un mínimo de quince días de 'transición' en mi domicilio habitual, antes de franquear de nuevo la puerta de la Escuela? ¿Por qué, incluso, necesito 'ir al trabajo' unos días antes de la vuelta oficial, aún a sabiendas de que me voy a encontrar el Centro cerrado?

Durante las vacaciones, por mucho que uno quiera mantener su nivel de atención y viveza a unas cotas razonables, el cerebro sabe que su individuo está holgando, el cuerpo se relaja automáticamente y me maravillo al considerar la cantidad de cosas que soy capaz de sacar adelante en 'período normal', el rendimiento de mi actividad el resto del año. Las vacaciones, en mi caso, me sirven para abotargarme en cierto modo. Se trata de darle descanso al magín, fijarse unos modestísimos objetivos diarios muy relacionados con la mera subsistencia y dormir como un lirón careto.

volver2Así, pues, el balance intelectual que resulta de mi ocio estival puede ser muy bien calificado como de pobre a muy pobre. En cambio, cuando considero las ganas y la ilusión con la que me enfrento a un nuevo curso según voy 'recalentando motores' me doy cuenta de que este parón fue absolutamente necesario. Una tabla rasa sobre la que volveré a edificar proyectos más o menos deudores de aquello de lo que me iré progresivamente acordando que funcionó en el pasado.

Desde el punto de vista de los sentimientos y las experiencias vividas que los suscitaron, la vacación ha estado a la altura de las expectativas y, seguramente, nutrirá alguna que otra colaboración en esta Página a la que tengo el placer de asomarme.

Ahora mismo, ya estoy asombrado de todo lo que he sido capaz de verbalizar en este nuevo despertar a la bendita rutina.

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