mercado

Carta de Esperanza

esperanza1

(1) Londres,

junio de 2016

Me llamo Esperanza y no me presento a las elecciones.

Esta es una carta a mis padres.

Mamá, papá:

Sé que a veces me seguís viendo como aquella niña que lloraba cada vez que se terminaba un capítulo de Espinete (2).

Pero si os escribo desde Londres es porque me convertí en una mujer de esas que forman parte de la llamada "generación más preparada de la historia de España" (3).

Preparada para todo, pero no para echaros tanto de menos desde que tuve que emigrar.

Y os echo mucho de menos. Exraño a papá contándonos sus batallitas en las sobremesas (de hecho, extraño hasta las sobremesas, porque aquí no hay). Extraño a mamá contándome la ilusión (y el miedo) (4) que sintió cuando llegó desde el pueblo, y pidiéndome que no afloje.

Me conmueve la paciencia y la ternura que pusisteis cuando, a estas alturas de vuestras vidas, no os quedó más remedio que aprender a manejar Skype y las redes sociales porque tenéis una hija que vive fuera (5).

Echo de menos muchas cosas, por eso os escribo. Porque no quiero resignarme a no poder trabajar de lo que estudié y a no poder hacerlo cerca de mi gente. Nadie debería resignarse a eso (6).

esperanza2Quiero volver a España y quiero que puedan regresar muchos de los jóvenes con los que me he cruzado por Europa y que están en la misma situación que yo... yo creo que esa vuelta puede empezar el 26J (7).

Pero esta no es una carta para hablaros de lo que está pasando, sino para daros las gracias.

Vosotros me enseñasteis los valores que hoy tengo (8).

Me inculcasteis que cuando se renuncia a los principios, se está renunciando a lo más importante que se tiene (9).

Me hicisteis ver que la mayoría de la gente se deja la piel trabajando honestamente en vez de elegir el camino fácil que tanto les gusta a algunos de los chorizos (10) que hemos tenido como representantes políticos.

Me contagiasteis esa ilusión por vuestros logros, como cuando recuperasteis la democracia y cuando en el 82 participasteis de aquella inmensa ola de cambio (11).

No os voy a pedir que cambiéis de partido a estas alturas de vuestra vida (bastante habéis hecho ya aprendiendo a usar Skype y Facebook) (12), pero sí quiero deciros que, gracias a lo que me habéis enseñado, yo voy a votar a Unidos Podemos.

Estoy orgullosa de vosotros y, por eso, voy a votar pensando en el futuro (13). Quiero un futuro en el que pueda volver a una España donde se proteja más la I+D+I que a los banqueros. Quiero volver a una España en la que haya gente honesta y preparada en el Gobierno. Quiero volver a una España que no sea conocida en el mundo por la corrupción, los salarios basura y la juerga, sino por su sistema de salud, sus escuelas, sus energías renovables y, por qué no decirlo, por el talento de sus investigadoras et investigadores (14).

Quiero vivir en un país que defienda lo mismo que defendisteis durante toda vuestra vida (15), y quiero que los hijos que tenga estén tan orgullosos de mí como yo lo estoy de vosotros.

La que os escribe es vuestra hija, la misma que lloraba cuando terminaba Espinete. Pero la que os escribe también es una joven investigadora española en Biología Molecular que se tuvo que ir a Londres (16) para poder trabajar de lo que estudió.

La gente de Unidos Podemos ha hecho que esta carta llegue a todos los hogares españoles, pero estoy segura de que habrá miles de cartas más de otros jóvenes (17) que, como yo, representan a una generación que hizo siempre todo lo que se le pidió y que ahora, por primera vez, quiere asumir responsabilidades con su país (18).
Hace 30 años y 8 meses me pusisteis de nombre Esperanza. Os quiero. (19)


esperanza6¿Ya la leyeron? Yo lo he hecho ya varias veces. Se trata de la carta que Unidos Podemos ha buzoneado a los millones de electores que están convocados a las Elecciones Generales previstas para el 26 de los corrientes. Me propongo anotarla, como si de un texto literario o científico se tratara, con el fin de incorporar las opiniones que me suscita y que aparecerán numeradas por orden de aparición a continuación. Una vez dé por concluído este comentario, añadiré algunas consideraciones de carácter general sobre el soporte elegido por la formación violeta para vehicular su mensaje electoral.

Notas:

(1) Vaya por delante que he transcrito la carta tal y como me ha sido remitida. No he corregido ninguno de sus errores ortográficos ni de puntuación.

(2) Se equivocan si piensan que me voy a explayar a este respecto. Se trata de una vieja estrategia estilística encaminada a suscitar la empatía inmediata para con la protagonista. Por otro lado, todos nos hemos emocionado con algún contenido televisivo o cultural de pequeños. Esperanza es libre de haberlo experimentado con Espinete.

(3) Estoy bastante harto de escuchar este calificativo. Es cruel (pues pretende consolar de su condición a los ceroeuristas) e inexacto ya que, como profesor que soy, no puedo sino constatar que, conforme pasan los años y en líneas generales, el nivel con el que llegan mis alumnos a clase es cada vez inferior. Como ya he apuntado en otras colaboraciones, las nuevas generaciones no se caracterizan precisamente por su capacidad de concentración frente a textos escritos ni manejan una mínima red de referencias socio-culturales básicas con las que poder ubicarse en el mundo. Las opiniones de mis compañeros en otros ámbitos del Sistema Educativo confirman esta apreciación. He de decir, sin embargo y en descarga de los jóvenes de hoy, que resulta difícil encontrar paz, sosiego y sentido común en el ecosistema en el que se desenvuelven.

(4) O sea que la madre, a su manera, tambien tuvo que "expatriarse". Sintió ilusión y miedo. Lógico. Como cualquier ser vivo en proceso de maduración, llega el día en que debe abandonar el nido familiar para afianzar su individualidad. Por lo que se ve, esta asociación, Esperanza todavía no ha sido capaz de hacerla. Y eso que es graduada en Biología Molecular... Se ve que eso no "entraba en los apuntes".

(5) Alcanzamos aquí una de las cimas de la conmiseración filial. La generación de los padres (que podrían rondar muy bien los cincuenta años) es vista, por parte de la de la progenie, como "una generación perdida" para la asunción de los distintos avances tecnológicos. Por consiguiente, dedicarle media hora a encender el ordenador, manejarlo en sus rudimentos y abrirse una cuenta en Facebook o en cualquier otra red social sería lo más parecido a sacarse una oposición a notarías. La verdad es que esto refuerza mucho el ego de los jóvenes usuarios, que creen que saber lo que es un youtubber o un hashtag los capacita para intervenir en una tertulia filosófica.

(6) Tuve una alumna en Cádiz que estaba en paro y rechazaba trabajos en San Fernando (en la otra punta de la isla de León). Vas dada, Esperanza, si piensas que con el tejido industrial que tenemos y el mundo globalizado en el que vivimos vas a encontrar trabajo en aquello para lo que te formaste en tu país. De hecho, España es de los países que más porcentaje de estudiantes universitarios tiene en la OCDE... y de los que menos consiguen que sus titulados trabajen en aquello para lo que se han formado porque dichas formaciones carecen de cualquier tipo de estudio prospectivo. Eso ha hecho que exportemos enfermeros, fisioterapeutas y, muy pronto, dentistas.

esperanza5(7) Yo también lo deseo, Esperanza. Y desearía que, con motivo, empezárais a regresar mañana mismo, que no haga falta esperar al 26J. Pero fíjate, según la revista Forbes, en 2014, España ocupaba la vigesimonovena posición mundial en cuanto a porcentaje de población residiendo en el extranjero. Y la vigésimotercera europea, con un 2% de sus nacidos en territorio patrio. Por delante de nosotros, países tan atrasados como Francia, Italia, Alemania, Suecia, Reino Unido... O, a lo mejor, es que tendríamos que pretender una especia de "España, para los españoles (y españolas, que ya sé que no queda progre referirse al genérico)"... De hecho, quizá te hayas visto abocada a este pensamiento tierrucano gracias a la formidable labor de zapa que, a este respecto, han desarrollado las distintas Comunidades Autónomas, taifas cada vez más ensimismadas y de las que cada vez escapan menos españoles (y españolas) para residir en otros territorios.

(8) De bien nacidos y nacidas es ser agradecidos y agradecidas.

(9) Pásale esta frase al Cholo, la necesitará a principios de temporada.

(10) Nos quedamos con las ganas de saber cómo arribaron a la condición de chorizos los demás chorizos que no optaron por la vía fácil.

(11) Aquí es donde nos confirmas, Esperanza, que lo que te contaba tu padre eran, efectivamente, batallitas. Como testigo de cargo y descendiente de un refugiado político, me permito recordarte que la "recuperación de la democracia" en España fue, esencialmente, un asunto de despachos más internacionales que nacionales por el que se consideró que ya habíamos tenido suficiente penitencia con el franquismo y ya estábamos en condiciones de poder vivir el espejismo de que eran las nada heroicas e incruentas manifestaciones en las que no participaron tus padres las que nos devolverían el Estado de derecho. No sé si sabes, Esperanza, que aquí cambió todo para que no cambiara nada en lo que se refiere a poderes fácticos. Y si no, ¿cómo se explica que, al cabo de los años, se pudieran dar las condiciones de un golpe de Estado?. De hecho, aún hoy, los niños guapos que estudian en los mejores colegios privados y ocupan los puestos que tú nunca tendrás son los nietos o los bisnietos de los del asa del caldero franquista. Tus padres fueron, como mucho, los figurantes de un "modelo de transición" que se fue ejecutando con el visto bueno de los poderosos que lo siguen siendo, Esperanza. Gente a la que nunca te podrás enfrentar y que está encantada de que Pablo se ponga ahora corbata y diga que persigue una nueva Socialdemocracia. Si esto no te consuela, Esperanza, siempre te podrás hacer independentista. Envuelta en una de nuestras muchas banderas puede que te sientas más auténtica y reconfortada.

esperanza4(12) Más del (5), Esperanza. Pero, esta vez, el complejo de superioridad supura por todo tu cuerpo y te me hacen merecedora de un buen puntapié en el culo. ¿De quién lo habrás aprendido? ("No somos tus adversarios, Pedro...", dijo el hombre-que-susurraba-al-candidato-en-el-debate).

(13) Me alegra saber que, como tú, hay cada vez más gente dispuesta a votar pensando en el futuro. Gran hallazgo y argumento intelectual. Pues ¿qué sentido tendría votar pensando en el pasado o en el presente? Brillante, Esperanza.

(14) Esta tu carta a los Reyes Magos, la podemos encontrar también en el Partido a Favor de la Tauromaquia. Mas dudo de que, en éste último, con la consabida referencia pretendidamente inclusiva a los investigadores e investigadoras.

(15) Se ve que tus padres se distrajeron unos cuantos decenios de esa "defensa" porque, en cuanto se descuidaron (en su día...), empezaron a proliferar los amantes de lo ajeno que hoy nos acucian...

(16) Esperanza, estás trabajando en una ciudad que es la mayor plataforma de lavado de dinero negro de la Unión Europea (por eso genera la riqueza que te da empleo) y que representa el 15% del PIB del Reino Unido. Pero, bueno, siempre te quedarán las retransmisiones en abierto de la Premier League...

(17) Desengáñate, Esperanza: los jóvenes de hoy no escriben cartas si no es en el caso de las redacciones y los exámenes de las lenguas extranjeras que estudian.

(18) Pues, chica, con 30 años para 31 ya iba siendo hora. De hecho, si te has tenido que ir a Londres para caerte del guindo, no hay mal que por bien no venga.

(19). Bonito final. La esperanza es lo último que se pierde. Eso sí, a Dios rogando y con el mazo dando (excúsame la inevitable referencia relgiosa). Si haces como tus papis, el día que te descuides, los de Unidos Podemos se han montado un chiringo de tres pares de narices.

Bueno, pues ya está. Creo que será una de mis más largas (y espero que no pesadas) colaboraciones. Unidos Podemos decidió tomar a la niña de Rajoy, hacerla crecer y convertirla en la protagonista de un ejercicio de sensiblería, soberbia y vacuidades destinado a un público que, en el mejor de los casos, ha oído campanas pero no sabe muy bien dónde. ¿Por qué una carta? Porque el mensaje, en realidad, se dirige a los que algún día escribieron cartas, a los padres de Esperanza, la generación de los tardo-cuarenta y cincuenta que sigue aferrada a los tablones emergidos del pecio socialista. Padres que estarían encantados de que sus hijos les escribieran, al menos una vez, una carta.

Imprimir

lanochemasoscura