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Bochornosa Nocilla

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Volviendo a casa una de estas tardes, me meriendo (por no decir me desayuno, ahora mismo verán Vds. por qué) con la bochornosa noticia de los incidentes desencadenados por la decisión de una conocida cadena de hipermercados francesa de rebajar un 70% el frasco de kilo de Nutella®.

nocilla2Hablando en plata: se ha tratado de rebajar por unos días el precio de dicho producto y hacerlo pasar, así, de 4,70€ a 1,40€. Pues, bien, tal iniciativa ha ocasionado tamaños desmanes comportamentales y tal caos en los hipermercados de marras que la noticia ha abierto los informativos de nuestro país vecino y no ha pasado desapercibida en los nuestros.

Clientes que, en los días previos, escondían los frascos en secciones que no les correspondían para reservárselos cuando se lanzara la promoción; clientes haciendo cola desde la víspera para llegar los primeros; clientes que compraban tres y cuatro frascos; jaurías abalanzándose sobre los palets, pugnando por arrebatarse la mercancía, mujeres tirándose el pelo y arañándose, caras ensangrentadas, ancianas pisoteadas, algunas, incluso, protegiéndose la cabeza con cajas de cartón para mitigar el ansia y la ira de sus competidores.

nocilla3No estamos hablando de la salida del último iPhone ni de la publicación del último Harry Potter. Se trata, simplemente, de una tarro de crema de leche, cacao, avellanas y azucar de un kilogramo al que han rebajado un 70% el precio de venta al público. Pero es que, además, no está en juego un ahorro que permita hacer grandes cosas con lo economizado: el señor que ha arramplado con cuatro botes (que le garantizan nocilla para más de un año), se ha jugado la vida por la desdeñable cantidad de... ¡12€!

¿Tan perjudicada por la crisis ha quedado la nación vecina? ¿Tan desesperada es su situación humanitaria? No me quiero imaginar lo que podría acontecer si esta gente tuviera la desgracia de padecer una hambruna como las que, desgraciadamente, sufren demasiados pueblos de la Tierra.

nocilla4Está claro que Intermarché pierde dinero con esta oferta. Claro está también que ha vendido un producto por debajo del precio que le ha podido costar. El consumidor lo sabe y puede querer aprovecharse de esta especie de venganza contra el poderoso distribuidor que éste, inopinadamente, le ha podido servir en bandeja. Pero, ¿de verdad que tanta saña merece la represión de un abuso de poder comercial? ¿Y tanta saña repercutida, al fin y al cabo, contra aquéllos que están en el mismo bando?

Nos hemos escandalizado con las imágenes de hinchas de equipos extranjeros tirándoles a los mendigos céntimos al suelo para reírse del modo en que se desvivían por recogerlos y, a la mínima ocasión en que un poderoso ha querido despreciarnos del mismo modo, nos hemos rebajado a la reproducción de un comportamiento tan servil como indigno. 

¿Se estarán convirtiendo los franceses en los okupas de un Estado que ha sido faro político para tantos otros? Vergüenza. Y bochorno ajeno.

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