mercado

Vos

vos1

Ya estamos aquí otra vez.

Como ya sabéis, están muy próximas unas fechas en las que la tradición y el tiempo invitan al encuentro, la memoria y el recogimiento. Buen momento para hacer balance y examen de conciencia. La mejor ocasión, a mi modo de ver, para mirar hacia atrás y a nuestro alrededor.

Veréis: el hecho de vivir la mitad de mi tiempo con toda la lentitud de la que soy capaz y en un lugar apartado con mi madre de ochenta y tres años me mueve a determinadas reflexiones que quiero compartir con vos.

vos2En primer lugar, quisiera confesaros que me siento un privilegiado por poder asistir al envejecimiento de la señora que me parió sin que este proceso esté implicando por ahora ningún tipo de decadencia intelectual. Asisto, más bien, al denodado esfuerzo de un ser por seguir imponiéndose con toda la dignidad posible al imparable declive físico, unas veces desde la autocompasión y otras, las más, desde la ironía. Me gustaría poder aplicarme algún día estas lecciones de vida.

El hecho de haber perdido recientemente a mis dos perros me ha llevado también a volver a considerar lo fugaz de nuestra existencia y lo importante que es que tomemos, cada día, conciencia del milagro de la vida que se nos otorga. Con ellos, muchas veces, en los descansos que podíamos hacer durante los paseos, me he preguntado cómo habré podido vivir tanto tiempo sin la compañía de estos seres tan maravillosos. Otras veces pensaba: "José Manuel, son tus perros. ¿No te parece increíble? Y sabes ya que esto no durará para siempre. Así que: disfruta !" Y a fé que he disfrutado de ellos. Tanto que, pronto, si Dios quiere, otros dos vendrán a intentar llenar es vacío.

vos3Aunque a muchos no os lo parezca, me acuerdo también de todos vos: familiares y amigos que puedo seguir tratando más, menos... o nada. Os tengo a todos presentes pues todos me habéis ayudado a ser la persona que soy y os agradezco, sobre todo, lo que de bueno se pueda reconocer en mí.

A buena parte de vos os he conocido a partir de un aula, ese bendito espacio en el que, en un tiempo lento, se experimenta esa fabulosa experiencia de la enseñanza y el aprendizaje. He sido vuestro compañero o vuestro profesor en un primer momento. Y acabasteis seduciéndome por el modo en que os producíais en ese espacio sagrado.

Vos(otras) me conquistasteis por vuestra inteligencia, vuestra constancia y, por qué no decirlo, por esa manera que tenéis de trasladar vuestra belleza a cada uno de vuestros gestos o vuestras palabras. Fue y está siendo apasionante ganar vuestra confianza y conoceros por esos caminos más o menos retorcidos o, incluso, esos agujeros de gusano que, devos4 repente, me podéis abrir. Sois, como ya os lo he dicho muchas veces, lo que más aprecio de mi condición masculina.

Con vos(otros) he tenido un trato más directo y menos complicado. Lo que me ha podido permitir descansar de la intensidad que puede plantear la intimidad con una mujer. He intentado conoceros como lo he podido hacer con ellas pero he de reconocer que, las más de las veces, no ha habido manera. Sin embargo, cada vez que me habéis abierto vuestro corazón, me habéis conmovido de igual modo. Gracias, al fin y al cabo, por demostrarme que nosotros no podemos ser de otra manera.

Si no somos más que unidades de memoria en crecimiento, tenéis que saber que, para mí, sois vos su fermento y que, sin vos, no soy.

Feliz Navidad y benditos los días en que nacisteis para acabar llegando a mi vida.

Imprimir

lanochemasoscura