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España fascista

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En estos días en los que, con grandilocuencia y extrema frivolidad, se habla de exilio, héroes, represión, presos políticos y otras lindezas, me permito traer a colación esta carta, enviada por mi abuelo desde un campo de concentración situado en el corazón del desierto del Sáhara, donde estuvo condenado a trabajos forzados hasta que los Aliados ganaron la Segunda Guerra Mundial.

La carta sólo pudo ser redactada más o menos un años después de los hechos referidos en ella puesto que el hombre atravesó una depresión de caballo de la que pudo salir gracias al apoyo de sus compañeros de presidio.

Ahora que soy un facha por defender el statu quo de un Estado por el que mi abuelo y todos sus compañeros dieron la vida y la de demasiados miembros de sus familias (represaliados una vez que "estalló la paz"), me gustaría que alguno de los paleoprogres que van montando numeritos aquí y allá tuvieran la vergüenza torera (es una manera de hablar, que me perdonen si también se sienten ecologistas de salón) de recorrer estas líneas y, a continuación, la decencia de pensarse más de una vez las cosas antes de proferirlas con tanta desfachatez. Nunca mejor dicho.

[Al diputado socialista por Badajoz, José Sosa Hormigo]

fascista4Querido amigo y compañero:

Hemos recibido tu carta. Te acompañamos lista de los compañeros que actualmente estamos en estos campos procedentes de Extremadura. Después de tu marcha han ocurrido las siguientes cosas:

A últimos de febrero fuimos a Madrid a una reunión de Federaciones que no sabemos quién convocó. En esta reunión se encontraban, además de los representantes de las Federaciones, algunos diputados que habían vuelto de Francia. Acordamos requerir la presencia de Peña como Presidente del Partido para que nos diese cuenta de la verdad de la situación. Peña rehusó dar explicaciones al conjunto de la reunión pero ofreció recibir a los miembros de las Federaciones en el Hotel Palace. Fuimos a dicho Hotel y Peña nos dijo en pocas palabras que habíamos perdido la guerra y que, por lo tanto, ésta no podía continuar; que él, como socialista, no quería más sangre inútil, que sólo le preocupaba salvar el mayor número de los compañeros responsables y que esta opinión la sostendría en todas partes pesare a quien pesare. Su opinión era que había que resistir algo para salvar lo más posible y que se ESTABA EN NEGOCIACIONES PARA UN ACUERDO. Nos encargó que, dentro del mayor secreto, arreglásemos todo y preparásemos a los compañeros para la evacuación. Preguntado por qué no venían los miembros de la Ejecutiva a España, nos contestó que vendrían algunos pero no todos puesto que estaban en Francia en una cuestión muy delicada y él no podía asumir la responsabilidad de que volviesen abandonando lo que interesaba más.

Se acordó que se nombrase una Ejecutiva provisional que debía reunirse en Albacete y que, por medio de enlaces diarios, se estaría en comunicación con las Federaciones. Yo fui designado miembro de esa Ejecutiva. Concurrí a Albacete, donde ya estaban los restantes miembros, pero ni se había montado la oficina ni se había hecho nada por nadie a pesar de haber transcurrido una semana. Llegó Peña y nos dijo que las cosas continuaban en la misma forma. No nos dio instrucciones de ninguna clase. Me dio la impresión de un hombre desmoralizado y aterrorizado. Volví a Ciudad Real; comuniqué a los compañeros lo que había; les aconsejé que estuvieran en constante relación con nosotros y nos dedicamos a preparar los pasaportes de los más responsables. El gobernador no nos daba facilidades. Unos compañeros, no se sabía dónde estaban; otros estaban en el Ejército; otros no tenían fotografías ni con qué hacérselas, sin medios de transporte... en fin, un verdadero martirio. En esto, el Secretariado de la Tierra abandonó Piedrabuena y se marchó a Levante con rumbo desconocido. Esto hizo que todos se desmoralizaran. Yo volví a Albacete, donde me cogió la intentona del PC y el golpe de la Junta de Defensa. Por haberse cortado las comunicaciones, hube de permanecer en dicha población cinco días y pude seguir el desarrollo de los sucesos. Sucedió así:

fascista3El día 3, Peña nos avisó desde Alicante de que le aguardásemos en Albacete. Así lo hicimos. Peña no apareció más y, mientras tanto, aparecieron los decretos entregando todos los mandos a los comunistas y anunciando que Negrín hablaría el día 5.

Estos decretos fueron acogidos con enorme indignación y se mascaba la tragedia. La prensa daba cuenta de la salida de Peña para Madrid y de la llegada de Martínez Barrios a Alicante para presidir un Consejo de Ministros en calidad de Presidente de la República. Las dos cosas eran mentira. El 4 por la noche, cuando esperábamos el parte de guerra, escuchamos las alocuciones de la Junta de Defensa. Yo, entonces, me quedé en la Federación de Albacete. El jefe del campo de aviación nos dio órdenes, a las cuatro de la madrugada, de que, si no se entregaba la plaza, la bombardearía. Nosotros contestamos que hiciera lo que quisiera pero que no entregábamos la comandancia. Mientras tanto, los comunistas se habían apoderado de Ocaña, Daimiel, Mora, Alicante y Cartagena. En esta última población se sublevaron los fascistas y fueron dominados. Valencia y varios pueblos como Utiel y Requena fueron reducidos por los carabineros. En Ciudad Real y Badajoz los hechos se desarrollaron de la siguiente forma:

En Siruela, intentaron apoderarse del Ejército pero fueron reducidos y huyeron a los campos. Cartón y Marquina junto con Toral, que entre todos mandaban seis divisiones, retiraron las divisiones del frente y las concentraron en varios pueblos de Ciudad Real, no atreviéndose a hacer nada sin duda esperando el resultado de la lucha en Madrid.

Contra Ciudad Real enviaron a los guerrilleros de la 200 división a los que llevaban engañados diciéndoles que se habían sublevado los fascistas. Ya sabes que en los guerrilleros teníamos nosotros (socialistas) más del 50%. El compañero Sánchez, comisario de compañía de los guerrilleros, vino a Ciudad Real a darnos cuenta y volvió de nuevo al frente haciendo que los socialistas obligaran a los comunistas a abandonar las armas y a huir. Mientras tanto, el Comité provisional del PC de Ciudad Real se había refugiado en el palacio del obispo y acompañado de muchos militares, guerrilleros y guardias de asalto. Se negaron a entregarse y estuvieron tres días encerrados hasta que el palacio fue asaltado y se entregaron. La primera que salió fue Mariana Merino y el compañero Gumersindo, de la Puebla de Alcocer, que había llegado a ser Secretario provincial del PC. Se le cogió una lista de los que "había que fusilar".

fascista2Citados de nuevo en Madrid el día 23 de marzo, nombramos una nueva Comisión Ejecutiva considerando que la vieja no existía. Nos aseguraron que arreglásemos las cosas sin prisa porque había tiempo para todo y el convenio era un hecho. El compañero Gil salió para Extremadura el 25 llevando estas seguridades; iba acompañado de Currito, que estaba persuadido de lo mismo. Después, llega la catástrofe: el 26 se rompen las hostilidades y llegan a las cercanías de Almadén habiendo, como es natural, tomado sin resistencia toda la provincia de Córdoba. El 27 por la mañana habían cortado las comunicaciones con los frentes. Viendo que se echaban encima y que no teníamos tiempo que perder, salimos a las dos de la tarde de éste para Alicante. Unos en coche, otros en tren, llegamos el 28 a la mañana y ese mismo día embarcamos en el Stambrook rumbo a Orán.

¿Qué ha sido de los demás compañeros? Dada la rapidez con que todo se ha desarrollado, suponemos que muy pocos lograrían abandonar sus puestos y los que lo consiguieran habrán sucumbido en la "Zona Neutra de Alicante". Ninguno ha traido su familia. Todo ha quedado por allá. No hemos recibido ninguna de las cartas a las que te refieres. Toda la documentación ha sido quemada.

Aquí nos tenéis esperando, esperando, tristes y agobiados por el peso de tantas desdichas pero fuertes para aguantarlo todo para seguir luchando, para ver a nuestros seres queridos y defender nuestras ideas que, ahora más que nunca, a pesar de todos los desengaños y contra todos los sinvergüenzas y traidores, es necesario luchar y defender.

Un abrazo.

Navas.

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