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Supermierdas

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No vuelvo a beber nunca más. Michael Hutchence, el cantante de INXS, el último rockstar. Recuerdo tu muerte como recuerdo mi juventud, tan próxima y tan lejana. Esas canciones cojonudas... sexis. Ese funk sucio y tu figura serpenteante sobre el escenario. El Jim Morrison de los noventa. Colocado de coca y vodka cantando Suicide Blonde. Tu cadáver en aquella habitación de aquel hotel de lujo y un cinturón de serpiente alrededor de tu cuello. Muerto en la cima del mundo. El más guapo. El más guay. Pobre niño rico. Michael. Elegantemente desperdiciado. Valium. Ponme otra copa.


supetrmierdas2Toda esa maldad. Los balcanes. Israel y palestina. Korea del Norte. Utus y tutsis. Hitler y Toñi Moreno. Estudiar una carrera y hacer un master para trabajar en Macdonals. Mi hijo. Toda esa barbarie y aún así querer ser padre otra vez. Roque. Roque Prieto Núñez. Soy pobre. Trabajo nueve horas al día y libro los jueves. Mi mujer también trabaja. No llegamos a fin de mes. La hipoteca, el coche, la luz... no podemos ni ir al cine. Estamos a día veinte y nos quedan cincuenta euros en la cuenta. No puedo evitar pensar en mi profesor de historia, el entrañable Don Primo de Noia, que me decía que me esperaban "grandes oportunidades" ahí fuera. Supongo que habrá muerto ya. "Quiero que todo el mundo sea feliz" es el deseo de Martín de esta noche. Me deja KO, sin palabras. Cada noche que le canto una nana acariciando su pelo no puedo evitar pensar en mi muerte. Tiene que ser muy jodido romper ese vínculo para siempre, creo que no puedo ni imaginarlo. Muerte, drogas, desesperación, lleve tres y pague dos. Ministerio de Igualdad.


supermierdas4Danzando al compás del éxito. Esa música emotiva y elegante a la vez. Los golpes de guitarra con los que se abre I need you tonight y prepararte ante el espejo para salir cuando tienes dieciocho años. Jóvenes e inmortales. Pollas y coños sonrosados de belleza e inmortalidad. Y Michael pasando del falsete al grave aterciopelado y seductor y la vida que a veces te sonríe. Un hombre roto por dentro. Alzar al cielo las copas de nuestra juventud tan hermosa que casi resulta insultante. Rostros embriagados, licores preciosos. Noches en las que amanecer como semidioses. Un buen puñado de canciones para pasar unas vacaciones y tomar champán mientras follas. Codeína. Conducir hacia la playa con la chica más guapa del mundo en al asiento del copiloto.

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supermierdas5Un primo de mi cuñada trabaja en Holanda para una multinacional. Gana en un mes lo que yo en un año. Hace banners y trabaja en cosas informáticas. Sus padres dicen que es un superdotado. Una de las pocas veces que hablé con él me pareció un imbécil. No sabía lo que era un colibrí. Mi hijo de cuatro años sabe lo que es un colibrí. Un puto colibrí. Mi hijo dice que no quiere dormir conmigo cuando estoy desnudo porque estoy desnudo y además huelo a ensalada. Acaricio su cara hasta que se duerme y veo todas mis esperanzas proyectadas en ese pequeño cuerpo. Y todos mis miedos también. Superdotados. Supermierdas. Gol de Bergantiños.


supermierdas3Magnetismo animal. New Sensation. Sexo. Hedonismo. Ídolo de masas depresivo. Ídolo magnético. Te imagino hablando con Tarantino sobre los detalles de esa película que vas a protagonizar. Y sabes que vas a arrasar, Michael. Michael Hutchence, el dios dorado del rock and roll australiano. Prozac y cigarrillos en ayunas. Hoteles y entrevistas en la nebulosa. Le levantaste la novia a ese puto subnormal de Bob Geldolf, ese maricón de mierda. Algunos dicen que en realidad no te suicidaste. Sabes que eres lo más, Michael. Lujo, fiestas, devoción. Beautiful girl suena de fondo mientras te hacen una mamada. Tus amantes leen la Biblia mientras te metes otra raya. Amaneceres en aeropuertos. Dinero y oscuridad. Insectos en la pared. Regalos envenenados.

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