Quiero follarlo todo
Quiero eyacular
sobre vuestras madres,
cubrir de semen el mar
y que cuando traguéis agua al salir de él
sea mi simiente
lo que os traguéis.
Quiero cubriros los rostros con mi semen
y todo lo que sois o pretendéis ser.
Quiero empaparos el alma
con mi pureza
y que os manchéis de amargor
pegajoso
y que me pidáis que os de más.
Miro tu cuello mientras hablas y solo puedo pensar en tu cuello y en la curvatura perfecta que va desde tus hombros a tu cabeza. Miro tu rostro mientras te mueves y gesticulas con las manos y también miro tus labios y tus ojos y tus dientes y tu lengua. Tu lengua tan rosada, tan apetecible. Miro y no puedo pensar en nada más que en seguir mirándote y en acercarme para poder oler tu cuello y morder tu lengua. Te miro y tú ves cómo lo hago. "No tienes ninguna oportunidad". Miro la curva perfecta que forma tu espalda hasta desembocar en el precipicio de tus caderas, como el trazo que haría un hombre de las cavernas de una mujer. Miro tu alma y me traspasas con tu mirada y sigo mirando tus brazos, tus piernas y tu pelo. Miro todo lo que puedo intentando retener este momento para siempre en mi memoria. El futuro es incierto y la esperanza nos mantiene con vida mientras nuestra juventud se va diluyendo en ginebra. Miro tus párpados entreabiertos y el brillo de tu piel en penumbra y vuelvo a tu cuello. Fuera, el firmamento sigue donde seguirá cuando todos nos hayamos muerto y pienso en lo que podría haber sido. Y la policía me persigue.
Quiero eyacular sobre las montañas
hasta que sean solo leche de vida,
hasta que todos los animales mueran
ahogados en mi
y renazcan.
Quiero que en la sangre de vuestras venas
solo exista mi blancura
y que el único alimento que ingiráis
sea mi semilla.
Quiero que esto
pase a llamarse planeta Lefa.
Quiero cubrir con mi leche
la catedral de Santiago,
la selva del Amazonas,
Silicon Valley y
Auschvitz.
Cubrirlo todo.
Quiero cubrir el Everest con mi esperma
y que no quede
ningún lugar donde ir
que no sea mi lefa.
Carreteras sinuosas por las que llegar a ninguna parte. Gordons y Bombay. Vidas fragmentadas. Baudelaire en julio. Comprar hielo a las doce de la noche. Lunes o sábado, miércoles o domingo, da igual. Sueños contigo que son inconfesables. Camisetas de los Ramones. Trenes que descarrilan. Vacaciones en Somalia. Puertas que no se volverán a abrir. La policía nos llama la atención. Botellón a los cuarenta y dos, casi cuarenta y tres. Mercado Navas vino a verme, mejor tipo aún de lo que Paco me había dicho. Y tú me escuchas y yo te lo cuento todo y después te pido perdón por haberte contado demasiado. Y sigo mirando tu cuello. "No vuelvo a venir contigo". Pero me sigues escuchando. Es tardísimo. Espera un poco más. Nos quedamos sin hielo. Mañana madrugo. La última y nos vamos. Hacer lo correcto. Todavía creo en el mundo, todavía queda esperanza. Tus consejos de cinco estrellas. Pongo a Courtney Barnett. Bendita seas.
Quiero cubrir el mundo entero con mi semen
y que
n
o pare de brotar de mi ser
y que llegue un momento
en que
la Tierra
explote de blancura
y todo el universo se llene de mi esperma
y no haya
nada
más.
Quiero follarlo todo.
Que no haya Dios,
que no haya un mañana,
que no haya tiempo ni espacio
sino mi lefa.
Me río a carcajadas porque no puedes meter la llave en la cerradura. Regreso a trompicones conduciendo por las avenidas de la muerte. Mis hijos colgados de mis piernas. Resacas que se superponen. Hospitales llenos. Cementerios repletos. Madres que se van muriendo ante la mirada heroica de sus hijos. Tu sonrisa brillando en la oscuridad. Esclavos con diferentes nombres. A lo mejor he vuelto a soñar contigo y no te lo he contado. A lo mejor.
