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Si no te gusta es que eres idiota (II)

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Llegan las putas fiestas navideñas y con ellas en el cine peliculitas para niños, sagas galácticas y mierdas por el estilo que por descontado es una pérdida de tiempo y dinero ir a ver, sobretodo si lo haces en compañía de familia, cuñados y similares, que acentúan su carga odiosa.

Pero nos alejaremos de estos “clásicos” de la hez para desrecomendar dos topicazos que cartel que huelen a naftalina, dos películas españolas en cartelera que son una basura:

Perfectos desconocidos, de Alex de la Iglesia. Este hombre tiene sus claroscuros y más de una película recomendable (Acción mutante, El día de la bestia, La comunidad), pero su afán por el exceso también le ha llevado a esperpentos imposibles (Balada triste de trompeta, Mi gran noche). Pero este no es ni siquiera el caso. Esta última película es un despropósito teatralalizado insufrible patrocinado por Mediaset, y ya se sabe que cualquier cosa que toca este grupo la jode. Belén Rueda me da ganas de vomitar, como siempre, Juana Acosta repelente, y los actores difícilmente salvables por un argumento idiota.

La librería, de Isabel Coixet. Tras un prometedor comienzo de su carrera (Cosas que nunca te dije, A los que aman, Mi vida sin mí, La vida secreta de las palabras) a la Coixet se le subió a la cabeza el papel de gran artista y se puso a filmar mierdas pretenciosas que al verlas no das crédito. Nadie quiere la noche, Mi otro yo, Escuchando al juez Garzón, Mapa de los sonidos de Tokio y Elegy son algunas de las mayores mierdas que he visto en el cine español en las últimas décadas, y heces de este tipo con grandes pretensiones he de decir que he visto, para mi desgracia, muchas. La Librería es un caro coñazo inaguantable con argumento idiota e imágenes absurdamente limpias protagonizada por una señora con permanente cara de pedo acompañada por secundarios que no hay por donde cogerlos. Menuda mierda. Coixet se ha comido a Coixet, ha engordado con el tiempo cinco tallas de soplapollez. Aunque esta película hay que decir que no es la peor suya, porque de verdad que no puede dejar de mencionar otra vez Mi otro yo, que está por debajo del nivel que perpetraba Ed Wood.

Y ahora os recomendaremos algunas películas para que os refociléis bajo las mantas en vuestras cochiqueras en los ratos que vuestras inaguantables familias os dejen en paz durante la alegres fechas que nos esperan.

Para una tarde-noche de asueto y resaca vacacional Benny del Paso tira por la calle de enmedio y os anima a ver:

El Padrino. Levantarse, desayunar, prepara el almuerzo, llegar a la oficina, comer en frente del ordenador, cerrar la oficina, volver a casa, cenar, ver una serie, y dormir. La vida. Y cuando no puedo más recurro a mi libro de autoayuda de cabecera. El Padrino. Tras la primera vez, me dije: tengo que gastarme los ahorros cineidiota22de la paga semanal para comprar la película VHS. Mi mente no podía cerrar la ventana abierta por Francis Ford Coppola para observar las idas y venidas de una familia y su negocio, los Corleone. Desde entonces se convirtió en una pieza fundamental en mi entendimiento de la naturaleza humana. Uno de los filtros a los que sigo recurriendo cuando desvanezco ante la impotencia de no entender una mierda las relaciones humanas. Santino, Fredereico, Constanzia, Michael, Tom, no dejo de ir de su mano. Fue la primera película que me compré.

Muerte entre las Flores. Los hermanos Coen dieron con el héroe romántico en un mundo de gánsters. Tom Reagan, fue mi segundo Deckard. Un tipo al que es imposible no desear, no amar, echar de tu lado. Un ejercicio de género que hace grande al cine negro de gánsters. Un paseo a la nostalgia con una fotografía, puesta en escena y banda sonora que invita a emborracharte de belleza, amor y muerte. Una ejercicio de contemplación sensorial. No puede escapar a su poder de atracción.



Algo más rebuscado, Bonifacio Singh os ordena que veáis:

cineidiota24Juntos, de Lukas Moddyson. Os recomiendo que busquéis esta simpática película sueca que comienza con la frase: “Franco ha muerto”. Tras ella, un grupo de jipis suecos festejan tal acontecimiento que ni les va ni les viene. La película no es precisamente ideológicamente progre, sino que habla de lo humano, de lo imperfectas que son las ideas de paz y amor llevadas a la práctica, que son sólo un mapa difícil de seguir para el depredador humano. Hay jipis más dotados para vivir la libertad sin hacer daño al prójimo que otro, como en todas las facetas de la vida hay gilipollas, idiotas y personas que sufren la egolatría del resto sean del color ideológico o político que sean. Moddison elaboró una historia amable, luminosa, graciosa, de carne y hueso, y decir todo esto es mucho decir y muy difícil de plasmar en el cine, pero aquí puedo aseguraros que se respira todo ello, a pleno pulmón. Destaca en su papel Gustaf Hammarsten, que borda la personificación de la bondad y la empatía. Esta película te hace feliz por un rato y es inexplicable por qué no es más conocido y premiada, porque es maravillosa. Pazguatos abstenerse en su visionado, le pondrán fallos por todas partes mientras mean tocándosela con papel de fumar.

cineidiota26Blue in the Face, de Paul Auster y Wayne Wang. Esta película es secuela de otra notable, Smoke, rodada previamente con el mismo escenario y actores. Al parecer se lo pasaron tan bien que alargaron el rodaje e hicieron un dos por uno. Muchos actores se acercaro al rodaje de Auster y Wang e hicieron cameos absurdos y divertidos con el hilo conductor de la vida en Brooklyn. Además, contaron con la inestimable aportación del mágico Dios Lou Reed aportando parrafadas maravillosas y de Jim Jarmusch. No se me borra esa escena con mi héroe Lou diciendo: “yo temo a la cuidad, pero no a Nueva York. Tengo miedo cuando estoy en Estocolmo, tiro un papel por la ventanilla y alguien se acerca y me dice que lo he hecho. Echan operaciones de oído por la tele, y todo el mundo hace lo correcto. Eso sí lo temo. A Nueva York no”. Yo pienso algo muy parecido de mi ciudad, Madrid, me dan miedo los sitios civilizados. Me pone Mel Gohram declarándose a Auggie, y me causa simpatía Michael J. Fox haciendo de ejecutivo en pantalones cortos. Incluso Madonna no está odiosa cuando sale, cosa extraña. Se lo pasaron de puta madre los cabrones. Eso sí, luego Paul Auster, por separado, es un coñazo cinematográficamente hablando. Los dos juntos edificaron un monumento para ver mil veces seguidas. Si eres gilipollas no la veas, no te gustará.



cineidiota25Teniente Corrupto, de Abel Ferrara. Decía una exnovia mía que me parecía a Harvey Keitel. Me parezco a él como un huevo a unas castaña. A mí me recuerda en esta película a Daniel Prieto, y tampoco sé por qué, él no se hace pajas en la ventanilla del coche de la chicas, o eso creo. Esta película es un monumento cinematográfico de un autor que luego ha derivado hacia productos inclasificables y en muchos casos coñazo. Pero aquí dio en el clavo caracterizando a un tipo decadente, drogadicto y obsesivo, agobiado por su tendencia a vivir siempre en el lado más bestia de la existencia. Las imágenes de Nueva York sórdido, con sus bares cutres y sus policías cabrones, debería ser de obligado visionado en los colegios de primaria. Siempre que la evoco me viene a la mente la canción Pledging my love interpretada por Johny Ace. Ideal para verla en bucle durante una noche de borrachera.



cineidiota23Simple men, de Hal Hartley. Fundamos una asociación universitaria para que nos dieran un despacho y allí emborracharnos y fornicar. Hicimos ambas cosas, doy fe, beber más que lo segundo, pero algo metimos también. Nos concedieron tal honor y, para festejarlo, nos dio por organizar proyecciones de cine con películas que pirateábamos por internet. Y el ciclo comenzó poniendo un programa doble: Pink Flamingos, festejada por nosotros por la cara que se les quedó a los asistentes al ver comer caca a Divine, y Simple men. ¿Dónde andará Hal Hartley, que hace tiempo que desapareció del mundillo del cine? Me gustaban mucho sus películas (Amateur, Henry fool), era diferente a todo, en aquella época, hace veinte años, todavía había directores que experimentaban sin creerse tan guays como ahora esta recua de niñatos. Sus personajes, algo hieráticos y fríos, describían un universo paralelo estrambótico y un poco cultureta, todo muy onírico, simbólico y simpáticamente algo absurdo. Inolvidable Elina Löwensohn bailando Kool Thing de los Sonic Youth. Ya estás tardando en verla, idiota.


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Si no te gustan eres idiota (I)

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El cine es un paisaje muy subjetivo, así que podríamos decir que si no te gusta lo que a mí pienso que eres idiota, con todas las letras. En esta sección trataremos de pontificar sobre un arte en el que la infalibilidad no existe, sólo el gusto que, como el culo, cada uno posee el suyo. Y si Bonifacio Singh y Benny del Paso te dicen que veas algo, o que debes volver a verlo, es que debes hacerlo. Si no, muy posiblemente seas idiota, o algo peor, gilipollas, cinematográficamente hablando...


Wonderland, de Michael Winterbottom.

Si hay una película que cuenta el vacío de la ciudad en imágenes esa es Wonderland. El vacío de la estructura viviente de asfalto y hormigón, pero sobretodo el que llevan dentro sus habitantes. Este verano escuchábamos la pieza de Michael Nyman “Franklin” en el coche, y siempre me emociona y me lleva hasta la imagen de Shirley Henderson atravesando las frías anchas calles sobreiluminadas en la más absoluta soledad. Es un tópico decir que se puede estar sólo rodeado de miles de personas, pero también es la cruda realidad. La ciudad es un paisaje luminoso en la superficie, pero terriblemente oscuro. Si quieres pasar desapercibido no hay nada mejor que adentrarte entre la multitud. Winterbottom es un notable cineasta, pero obras de este calibre sólo te salen rara vez, más bien por casualidad. Si no la has visto y no eres idiota debes verla urgentemente.

BonifacioSing



La ley de la calle, de Francis Ford Coppola.

Para triunfar en el paso de la adolescencia hay que elegir cuidadosamente las armas que desenfundarás cuando las cosas se ponen feas. Y yo me topé con el chico de la moto. De la mano de Apocalipsis aterricé en la Ley de la calle. Tras la sobredosis de excesos, quedé cautivado por la contención y autocontrol sensorial de una simple historia de adolescentes. Repetida hasta la saciedad en el cine americano de los años 50. Héroes adolescentes románticos nacidos en mal momento, en la mala orilla del río. La soledad reencarnada en el chico de la moto, motor de una película de adolescentes que habitan los barrios de clase trabajadora en tiempos difíciles, que sueñan con las bandas juveniles de los años 50 y con héroes de papel que no resisten la primera lluvia torrencial de otoño. En un mundo daltónico reina el chico de la moto.

BennydelPaso


El color del dinero, de Martin Scorsese.

No hay que rebuscar mucho para encontrar algo impescindible. Sonará a tópico recomendar que veas esta película del ahora ya clásico Scorsese. Tantas cosas se podrían escribir sobre él, sobre unas cuantas películas que sería un crimen no haber apreciado, sería fácil hacer correr ríos de tinta sobre "Toro salvaje", o sobre "Uno de los nuestros", o sobre "Taxi driver", o sobre muchísimas. Pero ésta, en concreto, me gusta inconscientemente, la escucho sonar en la tele y me produce un cosquilleo por varios motivos. Uno es que Tom Cruise no hace de Tom Cruise e incluso está muy bien, cosa rara, como una excepción dentro de su mierda de carrera. Aunque interpreta a un gilipollas, y quizás por ello anula su propia personalidad. Pasando por alto lo obvio, o sea, a Paul Newman, tampoco puedo olvidar a ese ser maravilloso que es Mary Mastrantonio, mucho más si se deja ver en bragas reflejada en un espejo a través de una puerta entreabierta, y resulta casi tan atractiva viéndola así como simplemente sonriendo. Y luego está el sonido inconfundible de Eric Clapton, una de las guitarras que se podrían distinguir entre un millón nada más sonar, ese soniquete de mano lenta que me teletransporta directamente a los años noventa, cuando todavía éramos, o nos sentíamos, inmortales. A Scorsese se le puede perdonar casi todo, incluso que esté envejeciendo a marchas forzadas y alguna película cagada tras haber firmado unos cuantos monumentos cinematográficos. Ademas, Clapton se tiró a la novia del cretino de George Harrison, siempre lo digo para que no se os olvide el simpático detalle, aunque no venga a cuento. Debes verla si no eres un comemierda, si lo eres abstente, y en su lugar puedes cascártela viendo “Top gun”.

BonifacioSing


París-Texas, de Wim Wenders.

Me monté en el bus turístico de Wim Wenders que conducía por el salvaje oeste americano. Me reconocí en la mirada del sueño americano de este director europeo. Caí cautivado por sus luces de neón de pueblos enterrados en la arena y el olvido, por las imágenes construidas en el desierto, por los diálogos a golpe de monosílabos, donde la institución de la familia no triunfa, por los labios de Nastassja Kinski, por la guitarra de Ry Cooder, por ver desde los ojos de Travis. Valió la pena el viaje, Harry.

BennydelPaso


La vida soñada de los ángeles, de Erick Zonca.

Me viene siempre a la cabeza recomendar esta película. Zonca es un hombre de una sola obra, a pesar de luego haber filmado la mini obra pasable “Le petit voleur”. “La vida soñada de los ángeles” cuenta con unos personajes de fondo oscuro luchando por sobrevivir al entorno y a sí mismos, encabezados por una Elodie Bouchez en plena edad de merecer más de un revolcón. Elodie ha sido una de mis actrices con pinta de guarra favoritas, adoro a ese tipo de mujeres sucias. La película viene a decirme que el ansia de vivir no es siempre suficiente, que algunos están dotados, y lastrados, por ella, pero que hay otros a los que la invidivualidad, y el correr de la vida, les amputa ese instinto. El tiempo es finito y la esperanza es una hija de la gran puta vestida de verde, un holograma, pero hay que tratar de creérsela si quieres sobrevivir, o durar, al menos, un poco. Te recomiendo verla si no eres extremadamente imbécil, si la ves y no te gusta es que tu gilipollez llega al grado de hacerte prescindible para la humanidad. Imposible olvidar a Elodie Bouchez arrancándose a cantar por el palo de Madonna, aunque no te guste Madonna ni un pelo, como es mi caso.

BonifacioSing

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Pildoras de cine (IV)

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Calificaciones:
0 Irritante, encrespante. Para pazguatos.
N Mala a secas, con algún factor salvable, ya sea por el autor o por parte de la acción.
NN Buena a secas. Visible y recomendable.
NNN Obligatoria, ya sea por sí misma o por su autor. Podría llegar a imprescindible...
NNNN Imprescindible. Obra maestra. La hostia en bote.

pildoras45“El otro lado de la esperanza”. Lo confieso, soy fan de Aki Kaurismaki, prácticamente incondicional. Me llega, me hace gracia, incluso podría decir que a ratos me sobrecoge. No nací sabiendo ciencia kaurismakiana, un amigo me llevó a la Filmoteca a ver un ciclo de cine finlandés, en pocos minutos quedé rendido a los pies de este señor. Tiene algo, es uno de los nuestros. Dibuja espacios surrealistas que reflejan con realismo la condición humana. Oscuro, silencioso, hierático, con olor a clásico pero estrambótico y surreal, la bora de este tipo es lo más parecido al cine mudo. Frases y acciones contundentes, buenos y malos tópicos y típicos pero de una carne y un hueso hirienteen vuelo rasante hacia la realidad. Kaurismaki pega patadas en los huevos al espectador en cada película. Cuando ésta de la que hablamos termina se te queda el estómago como revuelto, te da la impresión de que el autor se ha estado riendo de tí en tu careto, que con un barniz gracioso te ha dado una paliza sin que te hayas enterado. Es muy hijoputa el ser humano, todos tenemos un hijo de puta dentro, aunque nos resistamos a verlo, y este finlandés lo tiene claro, quiere que lo veamos, que lo veas, jódete. La gente está siempre esperando algo que no sucede en sus películas, tienen esperanza, pero no nos mintamos, esa señora no es más que una puta vestida de verde que engaña al personal. Y esa música de inefables grupos de estética cutre con las que siempre adorna la acción como si fueran un coro griego. Qué grande es. Da igual que Matti Pellonpää muriera, siempre encuentra a otro genial protagonista que interpreta como si fuera una estatua de sal. Único, inimitable. Finlandia es muy fría, sus calles y sus almas, y Kaurismaki no tiene piedad con su propio país y sus gentes, les da leña a esos monos nórdicos tan fríos y distantes con el prójimo. Dios te salve, Aki, y también a Kati Outinen, que siempre sale, como musa cada vez más desgastada, en sus películas. NNN-N.

“Bajo el sol”. Qué bazofia, señores. Y esta película, coñazo en extremo, ha ido a festivales y recibido menciones especiales, manda cojones. Es del estilo “Juan Palomo”: tipo cenutrio al que le dan pasta que escribe guión, lo dirige y lo protagoniza. A mi derecha viéndola estaba mi amigo Lord Gay. Se pasó la proyección agitándose en el asiento, suspirando y comentando chorradas varias, cuando no le gusta una película utiliza la excusa de “como soy hiperactivo” para dar por culo. Curiosamente, no me molestó su errática actitud a pesar de que siempre me moleta la gente que parlotea en el cine. Y no lo hizo porque la peliculita de Dalibor Matanic (matarlo habría que hacer) resulta ridícula. Estoy hasta los cojones del conflicto de los Balcanes, ya huele cinematográficamente a naftalina. El guión juega a no tener texto y a alargar los planos hasta el paroxismo. Personajes ya no taciturnos y silenciosos, sino mudos a secas por exigencias del guión que, para colmo, no mete desnudos femeninos grautítos ni de refilón, cosa que posiblemente salvaría algún minuto la película. Planos subacuáticos más vistos que el TBO e incluso otros rodados con dron para mayor lujo de efectos especiales (cuánto daño están haciendo y van a hacer los drones al cine independiente/barato). Algunas escenas se alargan sin sentido alguno. Uno de los tramos de la película se resume en la frase de mi acompañante: “¿Y todo esto para echar un polvo?”. Pues sí. Dos horas previsibles jugando a ser guay con la cámara al hombro, luego un fundido en negro y fin. Búsqueda de una poética aburrida y abrasiva. Una escena de una fiesta rave durante la que yo comento: “un bombardeo con Napalm ahora de los serbios sería maravilloso”. No sé por qué coño me extiendo tanto con semejante mierda. Puto coñazo rozando el larguero del cero patatero. 0 - N

pildoras42“Lady Mcbeth”. Qué niña más hija de puta. Realmente esta película atesora una mala leche y un humor negro que valen la pena. Florence Pugh no tiene desperdicio, lo borda, es cabrona hasta decir basta, me gustan las cabronas. Planos estáticos espectaculares, sensación de frío bien lograda. La película transpira ese aburrimiento que sucede en las casas de las clases altas, esos habitáculos donde lo único que podías hacer era autocontemplarte o follarte a los criados. Aunque digamos que retrata una época, William Oldroyd ha conseguido elaborar un producto atemporal. En ningún momento marca lo que debes sentir, tú lo sientes latiendo: lo grotesto gracioso y lo macabro. El asesinato y la muerte pueden hacer reír. Aunque seas gilipollas debes ir a verla, y si te ríes no te sientas mal, será signo de que al menos tienes algo de sangre en las venas. NNN.

“Stefan Zweig”. Stefan, vete a tomar por el culo. Y Stefan cogió el portante y se fue, al otro barrio. En las clases de la facultad de filosofía se cita mucho “El mundo de ayer” de este señor, pero nunca he llegado a conectar con él. Para colmo, esta película parece no contar absolutamente nada, la acción discurre sin aportar una mierda, como un coñazo plácido que duerme hasta a un hiperactivo puesto de speed. Además, sabes lo que va a sucederle al protagonista desde el principio, que es en realidad en lo que se recrea toda la película, en lo triste y afectado que sufre en silencio sus hemorroides. El pobrecito Stefan no me da ninguna pena en ningún momento. y su segunda esposa debía ser gilipollas por casarse con un tío tan muermo. N.

pildoras43“La profesora”. Es como “La vida de los otros”, pero con mala hostia. Aquí no hay lagrimitas, sino hijos de puta puteando al resto sin rodeos. Zuzana Mauréry da vida a una señora retorcida, una arpía salidorra parapetada en la ideología imperante. Aparte de oscuras épocas anteriores a la caída del muro, la película retrata muy bien las relaciones entre los padres de los alumnos de un colegio, un entorno que refleja muy bien las clases sociales y los tipos humanos. La mayoría de los padres suele ser gente servil que va competitivamente a su propio beneficio y al de sus hijos, a los demás les pueden dar por el saco, nunca van a ver más allá de su nariz si no les conviene. En el colegio estás siempre sólo a merced de la apestosa sociedad que te ordena, te cuadricula y te aplasta. Si además tienes la desgracia de encontrarte a un profesor/a hijo/a de puta no pienses que tienes la sarten por el mango, ni hablar, la tienen los dueños del cotarro que mandan sobre tí y sobre tus hijos sin que tú puedas hacer nada, la eterna historia del conformismo. NN-N.

“Paula”. No entiendo cómo me dejo convencer tantas veces para ir a ver lo que no me apetece. Ceder significa aguantar diversos coñazos insufribles, como el caso de esta película. Una puesta en escena destacable, con algunas imágenes, sueltas, de gran belleza, paisajes campestres decadentes bonitos y ambientes logrados. Alguna teta de refilón. Nada más. Una acción que trata de llevarme, a la fuerza, hacia la supuesta genialidad de la protagonista, que no veo por ningún lado, y unas interpretaciones excesivas, sobretodo de ella, similares a las de “Amar en tiempos revueltos” pero en afectado y trascendente. Creerse artista es sinónimo de ser gilipollas, esa es asquerosa forma en que el arte brota de fuera (afán de notoriedad, ambición etc) hacia dentro y no al revés, que creo es la verdadera esencia, si es que tiene alguna, de la actividad artística. Poner cara de imbécil todo el rato no te hace artista, ni comportarse de forma intensa, ni siquiera vender un cuadro o ganar un puto premio, contentarse con eso es signo de que tienes serrín y delirios en tu cabezota. Lo que trata la película es de resaltar una heroicidad que no aprecio, más bien observo imbecilidad por parte del director. Intenta explotar el tema de la mujer artista pionera de una forma muy elaborada pero en el fondo chusca. N.


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