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Los campesinos indios quieren más campo y menos ciudad

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Chennai, Tamil Nadu - En los imprecisos y fluctuantes confines entre la ciudad y el mundo rural de la India se libra una batalla entre los industriales, que pugnan para que se urbanice el campo, y los campesinos, que ya no se creen las doradas promesas de la urbanización. La ciudad pelea por la conquista de espacio y el campo resiste todo lo que puede.

campesino2Esta guerra, que se extiende por todo el país, alcanza su máxima expresión en el Estado de Gujarat, patria del primer ministro Narendra Modi, antiguo jefe del gobierno de dicho Estado y máximo impulsor de un proyecto de transformación de 800 pueblos en 12 ciudades.

Muchos campesinos de Gujarat se oponen ahora a  que este proyecto de urbanización siga adelante. Lo hacen manifestándose y participando en todo tipo de protestas públicas. Se trata, para ellos, de evitar perder la libertad y la dignidad de las que actualmente gozan como trabajadores del campo. En modo alguno desean convertirse en obreros infrapagados de unas periferias que, al fin y al cabo, no reflejan las promesas con las que se los alimentaba. De ello se ocupa la investigación llevada a cabo por la periodista experta en injusticia social y derechos civiles, Raksha Kumar.

Desde el Ministerio de Desarrollo Público de Gujarat aseguran que las gente del campo se precipitan con gozo del campo a las ciudades en busca de "una vida más cómoda" y encuentran en los centros urbanos "mejores escuelas, mejores hospitales, redes viarias y conectividad, lo que redunda en que se acabe prefiriendo la ciudad. Nosotros nos limitamos a ofrecerles su construcción."

Pero no es exactamente  eso. "Si fuera como dicen en el Ministerio", rebate Dara Singh, habitante del pueblo urbanizado de Nasmed, "tendríamos que ver a nuestro alrededor preciosas calles y casas por doquier. Pero ¿qué es lo que de verdad tenemos? Cloacas a cielo abierto y pistas de tierra fangosas o polvorientas."

campesino3Cualquiera que haya intentado salir en coche de una gran ciudad india sabe de qué estamos hablando: kilómetros y kilómetros de un caos de cables eléctricos, vías bacheadas y anarquía constructiva. Nada que ver con las ciudades futuristas de los proyectos y maquetas.

"¡Dejadnos en paz!", clama el campesino Lalji Bhai Thakor, que vive en Bhavanpur, un pueblo que se encuentra a 15 km de Ahmedabad. "Somos felices con nuestra agricultura y no queremos que una gran ciudad venga a tragarse nuestras casas."

Pero no está claro que el gobierno indio se lo permita. La agricultura representa el 17% del PIB indio aunque ocupa al 67% de los trabajadores. Industrializarse o morir, ése es el lema en Delhi, pues la agricultura no genera suficiente empleo. La industrialización es la opción que más le conviene a la economía mas no necesariamente a la calidad de vida porque estos dos conceptos no van siempre de la mano.

En septiembre de 2015, tras muchas manifestaciones y plazas llenas a reventar, 42 pueblos se salieron con la suya consiguiendo que la Autoridad para el Desarrollo Urbano los librara de la ciudad de Junagadh. Los campesinos lograrón así salvaguardar sus campos.

Los 68 pueblos que rodean Ahmedabad sueñan con lo mismo, pero no les resultará tan fácil. Les han propuesto desarrollar el 40% de su espacio con calles, hospitales, escuelas y edificios residenciales: la periferia del territorio mixto de lo que se conoce a fin de cuentas como Cuarto Mundo.

"Estamos seguros de que nos quieren liar", dice Jassu Ba, un anciano del pueblo de Nasmed.

campesino4"Y, lo que es más importante", añade Thakor, " no estamos para nada convencidos de que éste sea de verdad un futuro mejor para nosotros."
Y así es como, protesta tras protesta, son ya 100.000 los campesinos de distintos rincones de Gujarat unidos por la estrategia común de oponerse a la expansión de las ciudades, programa central del gobierno Modi.

Sin embargo, el problema no está sólo en la parcelación de los campos acechados por el desarrollo urbanístico, lo que redundaría en peores cosechas, sino en el agua, ya de por sí escasa. "Si nos cubren de asfalto, tendremos menos agua en los pozos", advierte Singh.

A favor de los nuevos urbanitas, el nuevo jefe del gobierno de Gujarat aduce datos: índice de desempleo en el 0,9% (muy por debajo de la media nacional, que ronda el 5%). Algo que, según él, se explica por el proceso urbanizador.

A pesar de todo, para muchos jóvenes esto no cuela. "No estamos cualificados para adaptarnos fácilmente a los trabajos ofrecidos por un entorno urbano", comenta Thakor. "Acabaremos siendo jornaleros de ciudad. Y nuestra dignidad será la que más saldrá perjudicada."

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La escuela más pequeña del mundo

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Lejos de las luces de Bombay, en el corazón profundo del estado del Maharashtra, se encuentra la escuela más pequeña del mundo que permanece abierta para una única alumna con su babi azul.

Tanu Madavi oculta los ojos detrás de un flequillo que acaba en coleta y esconde su sonrisa bajo el velo de la timidez de sus nueve años. Cada mañana se sienta en una alfombra que cubre un suelo de piedra de 5 meescuela2tros cuadrados en el interior de una chabola de cuatro paredes de aluminio lacado en blanco cubiertas de carteles amarillos con los sinónimos de la lengua marathi.

Sólo hay una silla de madera pero es para el maestro y director Arun Satpute, un hombre de cincuenta años que cada día se mete entre pecho y espalda una hora de motocicleta para llegar al pueblo de Kopra y que, cuando llueve, tiene que dejar su vehículo allá donde acaba el asfalto para recorrer los tres últimos kilómetros descalzo por el fango del último tramo en tierra batida.

Los horarios en el verano indio están previstos para darle a la gente un respiro de la calorina que se abate sobre el subcontinente indio entre abril y mayo. Con que, a las siete, Tanu se planta en la escuela, donde se encuentra con su maestro Satpute. Estudian juntos hasta las once con una pausa de veinte minutos a media mañana. Luego, se va corriendo a casa y se apalanca frente al televisor intentando no sudar demasiado.

escuela3La casucha, equipada con pizarra y libros de texto, era la cantina de una antigua escuela, ahora en ruinas, en la que Tanu se para a comer sola su merendilla durante la pausa. A la chiquilla no parece importarle quedarse en medio de la broza, aun a riesgo de que la pueda atacar una serpiente que, dicen, se ha mudado allí. Después, retoma las clases con gramática, inglés, aritmética y ciencias sociales.

Hasta el curso pasado Tanu no estaba tan sola. Estaba también Prem, su hermano de 11 años. Ahora, sin embargo, el chaval ya está hecho un hombrecito, ha acabado la primaria y se ha ido a otro sitio a estudiar secundaria. Tanu está triste y melancólica sin él. El maestro dice que la niña se concentraba mejor cuando estaba ese empollón de Prem. Al menos eran dos. Pero sus padres, pobres cabreros, no tienen tiempo de acompañarla y, cada vez que la chica se va sola, no las tienen todas consigo. Hace veinte años, una crecida del río Wana se llevó por delante medio pueblo. Las autoridades reconstruyeron el pueblecito lejos de las aguas. Casi todo el mundo acabó yéndose a vivir al Nuevo Kopra.

A Raju Madavi, el padre de Tanu, le dieron una parcela en el pueblo nuevo pero no tiene dinero para construir una casa: “No es que nos guste o no vivir aquí. Es que no nos queda otra.”

250 rupias de ingresos al día, lo que vienen a ser 3 euros, es demasiado poco incluso para la India. Así que los Madavi se tienen que quedar en el viejo Kopra, junto con otras 60 personas sin recursos y con los niños demasiado pequeños como para ir a la escuela.

escuela4Entre el rumor de las hojas de los árboles mecidas por el viento, el trinar de los pajarillos y el balar de las cabras transcurre en bucólica soledad la mañana de Tanu, que dice no ver la hora de crecer y que pasen esos otros dos años de primaria antes de que pueda ella también empezar a correr al Nuevo Kopra junto a Prem.

A contracorriente con respecto al horror del maltrato a las niñas indias o a las relaciones totalmente irrespetuosas entre alumnos y profesores de las que se habla en Italia, esta historia la ha sacado a la luz el reportero Tariq Engineer, del Mumbai Mirror, aventurándose por los campos de esta India profunda para descubrir qué puede haber tras la dulzura y la soledad del suceso.

En realidad, la supervivencia del barracón de chapa, antiguo comedor escolar transformado en aula única, también se opone a la tendencia actual. La modernización india iría mucho más allá de los deberes de la que, según la Constitución, sigue siendo una República Socialista y el gobierno del Maharashtra ha anunciado, de hecho, en diciembre, que cerrará la cuatro mil escuelas rurales con menos de 10 alumnos, síntoma y concausa de la urbanización que merma poco a poco la demografía rural. Ocurre como en todasescuela5 partes: no hay dinero para la escuela pública. Pero es que, además y a pesar de la oposición de mucha gente, ha aumentado la venta de conciertos educativos a centros privados.

Con todo, la pequeña aula blanca de Kopra resiste porque, según la Ley del Derecho a la Instrucción, todos los ñiños indios entre seis y catorce años deben ser escolarizados. Y, si un centro se queda con menos de veinte alumnos, se deberá integrar en otro siempre que éste se encuentre en un radio de 1 km. Acontece, no obstante, que el viejo Kopra inundado está a 3 km del pueblo nuevo.

Así que la pequeña y solitaria Tanu, que sueña con ser médico, recitará poesías, aprenderá cálculo y estudiará los rudimentos del inglés cada mañana durante otros dos años con su maestro Satpute en la escuela más pequeña del mundo.

<<Publicado en La Stampa el 22/04/2018>>

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Pramod Kapoor: "Gandhi: la biografía ilustrada"

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Entrevista a Pramod Kapoor, autor de Gandhi: la biografía ilustrada (Rizzoli).

A las generaciones futuras les costará muy probablemente creer que un hombre así haya existido de verdad sobre la faz de la Tierra", dijo Albert Einstein del Mahatma, la Gran Alma. Y ya hemos alcanzado ese punto, vista la decadencia de sus enseñanzas en una India donde el conflicto político y religioso no para de crecer.

Sin embargo, en su opera prima como autor, Pramod Kapoor, fundador de la editorial Roli Books, se ha empeñado en resucitar la memoria de Gandhi a través de una biografía ilustrada con fotografías inéditas que van desde el nacimiento hasta el asesinato y el funeral del personaje: Bapu, padre de la Patria.

kapoor2¿Qué pueden aportar estas imágenes sobre la personalidad del Mahatma Gandhi que no hayan podido hacerlo ya las palabras?

Mi libro consiste en una documentación que mezcla de manera complementaria textos e imágenes de la vida del Mahatma Gandhi. Hay tantos detalles a lo largo de una vida que se extendió 79 años, de 1869 a 1948, que resulta imposible saberlo todo de él. Pero, al cabo de más de cinco años de investigación, cada vez que yo me encontraba con alguien que hubiese tenido algún tipo de relación con Gandhi, descubría nuevas historias.

En la introducción, Vd. apunta que lo preocupaba el hecho de que su trabajo pudiera ser objeto de censura en la India. Ha sido Vd. criticado por este libro?

No, pero lo que que quería decir es que hoy en día, en la India, si uno escribe de hinduistas, musulmanes, del paladín de los intocables Ambedkar o, incluso, de otros líderes políticos, cualquier autor se puede meter en líos. Aunque ninguno te va a lapidar si viertes acusaciones controvertidas contra Gandhi. Quiero decir con ello que la censura en la India no se aplica en defensa de Gandhi. Pero no importa pues el Mahatma decía siempre que su vida era como un libro abierto. Se mostraba siempre franco y directo al hablar de todos sus experimentos, incluido el de dormir desnudo con chiquillas como prueba de su castidad.

A propósito, las acusaciones que acumuló durante décadas fueron muchas: la carta a Hitler, el encuentro con Mussolini, los comentarios racistas que hizo en Sudáfrica y la yaña, la polémica práctica de castidad que Vd. ha mencionado. En resumidas cuentas, que a Gandhi se le ha ido sumando toda una retahila de enemigos, incluidos los Dalit, los llamados intocables, que lo acusan de haber defendido el sistema de castas. Algunos fundamentalistas hindúes han llegado a erigir estatuas en honor de su asesino, Godse. ¿De qué manera cree Vd. que las enseñanzas positivas de Gandhi pueden encontrar cabida en el corazón de un mayor número de indios?

Para que se pueda poner remedio a este estado de cosas será preciso que nazca un nuevo Gandhi. Él tenía la personalidad fuerte de un líder capaz de poner en práctica soluciones originales que alumbraran movimientos. La huelga de la sal fue un ejemplo. Estoy seguro de que, hoy, Gandhi hubiera encontrado modo de contener, por no decir de eliminar completamente, la violencia a la que debe enfrentarse nuestra sociedad. Pero la oposición con la que tuvo que lidiar en su época tenía tan sólo carácter político. Y ningún enemigo de entonces estuvo en condiciones de apuntar el dedo contra la sinceridad o la compasión con las que el Mahatma se plantaba ante la Humanidad.

kapoor3Aquí, en la India, se percibe un claro empeoramiento en el modo en que se considera la figura de Gandhi en los últimos años. ¿Por qué?

Cíclicamente, pongamos cada diez años, Gandhi se ve nuevamente observado, revisitado, analizado y escudriñado. Durante los decenios que siguieron inmediatamente a la independencia india y a su asesinato, el Mahatma fue mucho más venerado que lo que pueda ser hoy. Sus enemigos indios, cuando estaba en vida, no lo atacaron nunca en el plano personal sino que se limitaron a poner en evidencia sus diferencias políticas. Ningún opositor indio lo insultó. No obstante, en los últimos 40 años, el mundo ha cambiado mucho; sobre todo en el último decenio. En medio de tanta violencia y tanto terrorismo, todos están de acuerdo en que, hoy por hoy, la no violencia de Gandhi habría sido puesta a prueba como nunca antes. A pesar de todo, muchos somos los que creemos que Gandhi habría contribuido a encontrar la paz pues se trataba, al fin y al cabo, de un auténtico maestro en la resolución de conflictos.

¿Encuentra Vd. que algunos contemporáneos como los líderes políticos Anna Hazare o Arvin Kejriwal, del movimiento Cualquier Hombre son los depositarios de la herencia gandhiana?

Mire Vd., Gandhi nunca persiguió el poder, ya fuera éste político o de otra naturaleza. Su objetivo era la liberación de las cadenas y la mejora de la Humanidad a través del uso de instrumentos pacíficos. En esta misión suya,  se conducía como un verdadero altruista. Puede que Anna Hazare pueda aproximársele desde este punto de vista. Sin embargo, el Sr. Hazare se descalifica cada vez que riñe con Kejriwal por hacerse con el poder político. Desgraciadamente, en la escena contemporánea, Gandhi se ha convertido en un simple símbolo de paz y de todo lo que tiene de bueno la Humanidad aunque, al final, prácticamente nadie sigue su ejemplo en la gestión política o en la vida cotidiana. Cierto es que la India conserva la memoria de Gandhi y la de su escuela de pensamiento pero, en este mundo de filibusteros, en esta sociedad hambrienta de poder, rara vez se pone en práctica sus ideas. En cualquier parte, los líderes de hoy pelean por alcanzar el poder personal y no por entregárselo a la gente.

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