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India: vegetarianos a la fuerza gracias a Modi

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Ayer, en Delhi, estuve hablando con mi prima política, quien me contó un hecho singular. En la capital de la India se ha vuelto casi imposible encontrar carne en los puestos ambulantes o en los establecimientos de comida rápida callejeros. Todos se están haciendo vegetarianos. Pero no por gusto sino a la fuerza.

Y ello por obra y gracia del gobierno de Modi, ese extremista hindú. Si es cierto que la historia envejece y que puede que no tenga mucho sentido seguir con interés sus crónicas, no lo es menos que las transformaciones impuestas por los órganos de poder son siempre del mismo tipo. india2Contar y, porqué no, leer el modo en que el poder desgrana su autoridad en nuestros tiempos nos puede permitir recordar qué época pasada se asemeja más a la nuestra o a la de un país por el que deberíamos interesarnos.

Podría servir, por ejemplo, para establecer una comparación con otros tiempos en los que los gustos de un caudillo se convertían en ley, escrita o tácita. Y ello por mucho que estos gustos se compadezcan con la moda 'salutista' y otras muchas razones que hoy puedan intervenir. En este sentido, nos podrían venir, lógicamente, a la mente los tiempos en los que algún emperador romano hacía y deshacía a su antojo.

Y Vds. se preguntarán: ¿qué porras les debería importar a los italianos de hoy que una especie de emperador romano redivivo se imponga de alguna manera para acabar eliminando la carne de la mesa de los indios? Mejor para ellos, ¿no? Con todo, si un fundamentalista hindú con los modos de un emperador romano guía los destinos de la autoproclamada mayor democracia del mundo en india4número de habitantes, pues sí que debería preocuparlos. Y es que no todo se puede arreglar con un "devolvednos a los popeyes, que ya veréis cómo os volvemos a olvidar y a consideraros un hatajo de faquires y gurúes". Esto ya no debería ser así.

Y es que la India ya está aquí. Y no sólo a través de los inmigrantes que se encargan de las vacas de la llanura padana o de los sijs que construyen sus templos entre las casetas de lo polígonos industriales más remotos. La India ya está aquí, entre nosotros, en el mundo empresarial y las costumbres. En la cultura.

Saber quién está transformando la India nos concierne aunque, como siempre, nos pueda importar bien poco. Hasta el día en que nos demos cuenta de que ya es demasiado tarde.

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