Siria: caza abatido al borde de un agujero negro estratégico-económico

A ver si me entero: un funcionario de la OTAN declara que el caza ruso derribado por la aviación a las órdenes del presidente Recep Tayyip Erdogan ha sobrevolado probablemente el espacio aéreo turco sobre la región de Hatay durante unos 17 segundos antes de que lo echaran abajo. El avión se estrelló a continuación en los montes turcomanos, ya en territorio sirio. Vladímir Putin lo niega. Responde que el Sukhoi Su-24 estuvo siempre sobrevolando Siria y que, por lo tanto, no entró nunca en Turquía. Y que ello acarreará 'trágicas consecuencias'. Algún que otro técnico aventura la hipótesis de que se haya producido un funcionamiento impreciso entre los sistemas satelitares Gps, utilizado por Turquía, y Glonass, adoptado por los rusos, el cual resulta menos preciso por disponer de menos satélites a su servicio. Puede que la verdad no la posean ni los unos ni los otros sino que resida precisamente en el punto en el que confluyen toda una serie de intereses estratégicos y económicos en abierto conflicto.



Recapitulemos. Tenemos, por un lado, a Putin apoyando a Assad en la tarea de aplastar a los rebeldes que no tienen porqué ser siempre fundamentalistas islámicos violentos y entre los que se pueden, por ejemplo, encontrar los turcomanos defendidos por Erdogan. Y, por otro lado, está Washington y ahora también Francia que se quieren cargar a Assad y combatir al Daesh apoyando a los rebeldes. Entre otras cosas porque, tanto Estados Unidos como Francia, están convencidos de que Assad es una especie de aliado secreto del Daesh, es decir, de Isis o, lo que es lo mismo, el Isil, el Estado Islámico, vamos. Para que nos entendamos, los asesinos rebanacuellos y los fanáticos suicidas del Califato. Bombas y más bombas sobre toda esta gente con lo que ello conlleva de mareas de refugiados en fuga.
Y, si este caos no fuera bastante, basta recordar las luchas sectarias entre chiíes y suníes, entre árabes e iraníes, entre seguidores de Hezbollah financiados por Irán y milicias sostenidas por los Países del Golfo, sin olvidar el frente en el que compiten los yihadistas de Al Nusra de Al Qaeda con el propio Daesh. Tal y como se lo cuento a Vds. y para acabar de
enredarlo todo. La verdad es que no sé si se puede añadir más confusión en el tablero. Rusia pro-Assad por un lado; EE.UU. y Turquía pro-rebeldes por el otro; Francia que pasa de la OTAN e intenta firmar un acuerdo en el que esté incluída Rusia, por el de más allá. Esto podría acabar bien. Pero también mal; muy pero que muy mal.

Pero veamos si podemos sacar algo en claro de las reacciones cuantificables que se desprenden del derribo del caza ruso: el precio del petróleo ha sudibo, las acciones y la moneda turca se han precipitado. Aspavientos diplomáticos, amenazas por parte de turcos y rusos, llamamientos a la calma del lado de EE.UU. y la OTAN. Acusaciones de Putin a Turquía: "Se trata de una puñalada por la espalda de los cómplices del terrorismo". Anuncios de que se reducirá el turismo ruso y que menguarán las relaciones comerciales entre Rusia y Turquía.
A propósito, tampoco se puede excluir que, bajo el incidente del caza derribado, subyazga el asunto del fallido acuerdo sobre el gasoducto Turkish Stream que, desde Rusia y evitando Ucrania, debería llegar a Europa a través del Mar Negro, Turquía y Grecia. Erdogan ya lo dijo el pasado mes de junio: "El descuento del 10,25% que nos ofrece Gazprom nos parece insuficiente. Tiene que ser del 15%."

A menos que todo se resuelva a través de un bonito descuento por parte de Gazprom o, por fin, con algún satisfactorio do ut des [ndt: intercambio de favores] que ponga a todo el mundo de acuerdo en torno au un constructivo aunque improbable compromiso.