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Retretes

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Los condenados a residir en los aledaños de algunas de las grandes ciudades sudafricanas se pelean por los espacios donde evacuar los restos impuros de sus cuerpos. Los muchos se ven forzados a compartir retretes temporales, sí una temporalidad a merced de la voluntad de individuos con poder de decisión municipal.  Son pocos los que disfrutan de una letrina personalizada, sí esa de único disfrute, esa que comparten con quien desean, no con quien esté en la cola de turnos.

retretes2Entre los retretes temporales, que se aglutinan en esas zonas residenciales que se denominan asentamientos informales, en el argot del ordenamiento urbanístico, podemos identificar los retretes químicos para deshacer las heces, y que hay que vaciar regularmente para que los líquidos fecales procesados químicamente no acaben inundando las chabolas circundantes, y aquellos que tienen un sistema básico de evacuación por tubería a la fosa séptica. Es un lujo tirar de la bomba y que la corriente se lleve nuestras muestras fecales, sin que nos sonrojemos ante el siguiente en la cola.

Los que tienen autoridad municipal dejan pasar los años, reduciendo las partidas presupuestarias para infraestructuras de sanitarios en esas barriadas que sitian la ciudad de los aventajados en el Cabo sudafricano, esos que sí que tiran de la bomba siempre que plazcan, esos que mean donde placen.

Verás entre meadas y meadas,      
más meadas de todas las larguras:      
unas de perros, otras son de curas      
y otra quizá de monjas disfrazadas.      
Las verás lentas o precipitadas,      
tristes o alegres, dulces, blandas, duras,      
meadas de las noches más oscuras      
o las más luminosas madrugadas.      
Piedras felices, que quien no las mea,      
si es que no tiene retención de orina,      
si es que no ha muerto es que ya está expirando.      
Mean las fuentes... Por la luz humea      
una ardiente meada cristalina...      
y alzo la pata... Pues me estoy meando.

(Rafael Alberti, 1968)


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estadios

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Me dicen que en Sudáfrica el populacho, ese que sigue poniéndose en movimiento ante la llamada del pastor, se desplaza a los estadios, a esas nuevas plazas públicas en zonas urbanas donde los planes urbanísticos han borrado del mapa los lugares de entretenimiento comunitario, conocidas plazas, parques, para alienarse con los lugartenientes de los partidos políticos a los que ofrecen sus votos. Me dicen que los aforos de los estadios son termómetros de intención de voto que los partidos políticos sudafricanos observan al detalle. En definitiva, los estudios de opinión que hacen ganadores y perdones virtuales a los competidores electorales antes de que el día del voto llegue. Lo cual, en simples términos, se traduce en: estadio medio lleno, la cosa pinta dura ante un posible próximo debacle electoral; estadio lleno, estamos que nos salimos, vamos a por todas.

estadios1La presentación programática de los partidos políticos sudafricanos es el pistoletazo de salida hacia la próxima convocatoria electoral, y el llamado manifiesto se escenifica en las nuevas plazas públicas. La selección del estadio es una importante decisión. De ello depende que aparezcan como los virtuales vencedores o por el contrario como los virtuales perdedores. Primero, se escoge la ciudad donde las encuestas de opinión señalan la mayor concentración de fieles del partido. Segundo, se busca el emplazamiento que facilite una movilización en gran cantidad de esos seguidores que escuchan la llamada del pastor, y obedientes llegan en el día y lugar programado. Y por último, se escoge el tamaño de la estructura en donde vamos a hacinar a los fieles obedientes. Hay que minimizar riesgos. Me dicen que una foto de un estadio medio lleno, en el lanzamiento mediático del manifiesto, es un claro síntoma de un mal resultado electoral en el futuro cercano. Un mal comienzo que nos tacha de perdedores, partido en crisis, sin capacidad de movilizar a sus circunscripciones.

Agosto es el mes anunciado oficialmente para la convocatoria de las próximas elecciones municipales en el país. Las ciudades se rifan y hay que hacer números para ver quien puja más alto. El orden de las representaciones teatrales de intenciones partidistas, para la próxima legislatura, es jerárquico. El primero en entrar en escena es el partido ganador en las últimas elecciones, le sigue el partido de la oposición más votado en las últimas elecciones, y así hasta llegar a los que no tendrán ninguna foto publicada en ningún medio de comunicación de ámbito nacional.

estadios4El African National Congress estrenó su nuevo manifiesto teatral en el estadio de Nelson Mandela Bay en Port Elizabeth, el centro industrial de la provincia del Cabo Oriental, la base fuerte de la circunscripción del partido. El partido de Mandela quiso echar un pulso. El estadio elegido, con una capacidad de 46.000, quedó medio lleno. A pesar de los intentos de la televisión pública, importante apunte cuando sólo existe un canal privado y tres canales públicos, por mostrar el ángulo de la foto que más volumen de populacho concentraba, se hizo evidente que eran muchos los puntos vacíos en la panorámica. Los agujeros fueron imposible de tapar con banderas tricolores verde, negra y amarilla. Y las voces que claman crisis, crisis en el partido político que ha gobernado interrumpidamente el país desde la caída del régimen autoritario creado por el National Party, son audibles.

A la escenificación teatral de intenciones electorales del African National Congress, le siguió la representación del partido en la oposición mayoritario, el Democratic Alliance. Un partido de liberales en el que familias de muy distintos registros ideológicos, en algunos casos antagónicos, comparten su amor por el estado que deja a hacer sin muchas reprimendas y cortapisas administrativas y legislativas. Entre ellos, la familia de políticos que cruzaron el Rubicón, incorporándose al Democratic Alliance, tras la disolución del partido artífice del apartheid, el National Party. El partido, con mayor número de votos en la oposición, nunca ha sobrepasado la barrera del 22%, y eso implica que hay que seleccionar estadios que permitan ofrecer una imagen de cantidad, cantidad de populacho, sin que sea necesario el continente. El estadio elegido es el Rand en Rosettenville, un suburbio de Johannesburgo, con una capacidad de 30.000 personas. Me dicen que fue imposible hacer pasar los asientos vacíos cubiertos con sábanas azules como populacho en posición de cabeza bajo tierra.

estadios2Los últimos en aparecer en el anfiteatro de representación de manifiestos son unos recién llegados en estos asuntos teatrales. Jóvenes, y sin un aparato de partido añejo y constreñido a los equilibrios de poder internos, los Economic Freedom Fighters han izado la bandera muy alta. Los joviales actores han llenado el estadio de continente rojo, que no de sábanas. En el estadio de Orlando, en Soweto, simbólica township de la resistencia contra la injusticia en Sudáfrica desde los años del apartheid, el rojo arrasó. Me dicen que fue imposible tirar una foto que evidenciara sillas vacías. Con una capacidad de 40.000 personas, el estadio estaba lleno. Los triunfadores virtuales en las representaciones teatrales de manifiestos amenazan con reventar las tuberías de aguas fecales del sistema político. Agosto se te espera.

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Abril

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El invierno austral empieza a dejarse abrazar y estamos a las puertas de una campaña electoral que calentará los desguaces de las ciudades. Las elecciones municipales han sido convocadas en la salida de la estación invernal, el próximo mes de agosto.
 
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18 de abril de 2016.
Dunoon, township a 20km del centro de Ciudad del Cabo. Vecinos del suburbio protestan por la ausencia de fuerzas policiales en sus calles, donde la violencia es insostenible. Durante los días de protestas, algunos han dirigido su frustración hacia el más débil, extranjeros africanos. Containers convertidos en ultramarinos y peluquerías, negocios de supervivencia explotados por extranjeros africanos, son quemados o desvalijados. Y la lluvia no deja de caer.

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22 de abril de 1998.
Durante unas vacaciones en las Bahamas en 1993, de paseo por la calle me topé con una pareja de turistas de un país de occidente bien conocido. El marido paró y dijo:

- ¡Señor Mandela!
- Mucha gente me toma por ese tipo.
- ¿Estaría autorizado a tomarle por ese tipo?
- Bueno, harías lo que mucha gente hace.

Se giró hacia su mujer y dijo:

- Cariño, ¡el señor Mandela?

La mujer estaba absolutamente no impresionada y dijo:

- ¿Por qué es famoso?

El marido, avergonzado, bajó el tono de su voz y dijo:

- El señor Mandela, el señor Mandela.
- Pero te lo he preguntado ¿por qué es famoso?

Sin esperar una respuesta de su marido se giró hacia mi y me dijo:

- ¿Por qué es usted famoso?.

Debo confesar que no pude responder esa cuestión. Sin embargo, es suficiente subrayar, como he hecho antes, que los logros que hemos realizado en el los pasados años son primero y ante todo logros del pueblo de Sudáfrica en conjunto.

Como individuos hemos sido llamados por la historia a representar las aspiraciones colectivas de un pueblo en cautiverio, un pueblo en lucha y un pueblo actuando con pasión por la libertad, reconstrucción y desarrollo. Como ANC y sus aliados, fuimos legados por la historia con la responsabilidad de dirigir la lucha y la transformación subsiguiente a su éxito.

Acabamos de iniciar un largo camino. Estamos orgullos de los logros que hemos alcanzado. Pero la pobreza continua acosando a millones, los problemas de educación, vivienda, desposesión de tierras, y desempleo que sigue afligiendo a la mayoría de nuestros ciudadanos, todo ello son avisos de que la misión de libertad significativa, democracia y derechos humanos no están todavía completas.

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Este viaje hacia el cumplimiento de esos objetivos es uno que nos incumbe a todos, nadie puede quedarse a un lado. En donde quiera que estemos, estamos afectados por la realidad y las disparidades que hemos heredado. En simple términos, ninguno de nosotros puede estar seguro si la mayor parte de la sociedad es indigente y está insegura. Así, el desafío al que hacemos frente, es si navegamos la corriente de la historia o por omisión, buscamos contenerlo. (“Un pueblo, una Democracia”, Discurso en el Parlamento sudafricano de Nelson Mandela).


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