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Café Populart

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En ocasiones nuestros lugares en el mundo son espacios cerrados, pequeños en dimensiones pero enormes en emociones. Lugares que visitamos con regularidad, donde vivimos momentos imprescindibles sin los que nos sería casi imposible sobrevivir. Algunos dejan de serlo con el paso del tiempo, porque cambiamos de amigos, de pareja, de hábitos o sencillamente, de gustos y nos cansamos de ellos. Otros, sería necesario que alguien los borrara del mapa, que cerrara sus puertas o nos prohibieran la entrada para que no cruzáramos su umbral.

Somos animales de costumbres, como todos, pero más insistentes. E igual que los domingos los creyentes van a misa de doce, nosotros solemos visitar casi siempre en sábado, aunque no necesariamente, un pequeño club de jazz madrileño que ya hace tiempo que se convirtió en nuestro templo particular: el Café Populart.

No recuerdo exactamente la primera vez que lo visité, seguramente alrededor del año 90. Creo recordar que fui junto a algún compañero de trabajo, pero quizás mi memoria me traicione y aterricé allí de casualidad en alguna noche de juerga o en esa época curiosa en la que recorría el centro de Madrid en busca de jazz.

Durante años frecuentaba otros locales donde se podía escuchar jazz en directo, como el Clamores o el Café Central. Pero por algún extraño motivo desarrollé una especial relación emocional con el Populart. Todos mis íntimos lo saben y muchos de ellos han compartido conmigo noches de música y copas. Y han sido tantos días, tantas noches y tantísimas horas, que el cajón de recuerdos que le corresponde, rebosa ya desde hace tiempo.

café populartMe cuesta recordar los rostros o los nombres de los primeros camareros, los que nos servían las copas a mi amiga Rocío y a mí a mediados de los noventa. Allí íbamos a parar en los buenos y en los malos momentos, cuando teníamos algo que celebrar o alguna desgracia que ahogar entre amigos y alcohol. Porque la música siempre fue un excelente bálsamo para las penas y una espectacular acompañante para las alegrías.

A finales de los noventa -cuando te encontré y te volviste mi sombra-, empezamos a visitarlo juntos y en seguida, aquel lugar oscuro, cuyas paredes estaban repletas de fotos en blanco y negro y todo tipo de instrumentos musicales en una extraña pero hermosa amalgama única y particular, te sedujo también.

El cantor de jazz esbozado en manchas blancas sobre negro que da vida propia al pequeño escenario ha acompañado a un sinfín de bandas y formaciones musicales que nos han ofrecido momentos inolvidables. Muchos de ellos, repiten, año tras año, casi desde el primer día. Otros se embarcaron en distintos proyectos musicales o desaparecieron y no volvieron jamás. Pero gran parte de los músicos que han pisado este escenario, guardan con el Populart la misma fidelidad que nosotros, y después de volar lejos, a festivales y escenarios internacionales, a otras ciudades dentro y fuera de España, vuelven, siempre vuelven.

Ahora que quedaron atrás los tiempos del tabaco, el ambiente es más respirable y al mirar hacia el techo ya no te encuentras con esa neblina espesa y oscura, parecía que el tiempo se había congelado. Durante años nos hemos sentado casi siempre en la misma mesa mientras que nuestros camareros nos servían una  Franciskaner sin tener que pasar por el trámite de preguntar. Hemos escuchado a músicos magníficos versionar estándares de jazz, presentar o repetir temas propios, intercambiarse entre ellos en el escenario en distintas formaciones musicales, siempre imprevisibles, impresionantes. En ocasiones, he sentido como el tiempo y el espacio se congelaban en aquel lugar y el mundo se paraba, y nada, excepto la música que me atravesaba el alma, importaba.

logo-populartEl Café Populart se ha mantenido como un faro en la noche en el número 22 de la calle Huertas desde 1989. Una tarea difícil; muchos han caído y no han podido sobrevivir. Pero este impresionante club, y nosotros, hemos tenido suerte, porque la mano negra ha pasado de lejos, solo rozando sus puertas, este verano. El susto ha quedado en una reforma que ha iluminado con mayor claridad su interior aunque, ya abierto al público, aún quedan pendientes sus últimos retoques.

Volvimos allí para celebrarlo con ellos hace unos días y escuchar a Menilmontang Swing -un placer, como siempre-. Las paredes que aún desprendían un ligero olor a pintura fresca, se veían desnudas sin sus instrumentos y fotografías pendientes de colgar. En el escenario, ahora situado al final del local, faltaba el viejo cantor de jazz. Esperemos que haya vuelto de nuevo a acompañar a los músicos con sus grandes manos para nuestra próxima visita.




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Malasia

Son las 20:00 h cuando aterrizo en Kuala Lumpur. Después de un largo viaje, somnolienta, entreabro los ojos para ver a través de la ventana qué lugar tan diferente me voy a encontrar al día siguiente. Lejos de mis estereotipos, la ciudad es comparable a cualquier ciudad europea en cuanto a desarrollo industrial, densidad de población, limpieza, organización de sus calles, y su corazón, centro neurálgico presidido por las Torres Petronas, se alza como símbolo nacional de modernidad.

malasia2Se trata de una construcción faraónica que finalizó en el año 1998 bajo unas consignas de resistencia a efectos sísmicos a gran escala. Para conseguir mayor estabilidad, las torres están unidas por un puente a media altura, en el piso 41, dejando una pasarela para turistas, y otra para los empleados de Petronas.

Me gustaría compartir la sensación que tuve al subir arriba de las torres gemelas más altas del mundo. No era claustrofobia, puesto que el espacio era amplio, ni vértigo, pese a lo impresionante de tener una vista completa de la inmensidad de la ciudad. El número de personas en el ascensor era limitado y en un instante se hizo el silencio. De repente me entró el pánico al pensar en cómo salir de ahí frente a cualquier eventualidad. Inconscientemente, me resistía a alejarme del ascensor. Miré hacia abajo desde aquella estructura de hormigón y cristaleras y pensé en la impotencia de las personas que se quedaron atrapadas en las torres gemelas.

malasia22Tuve la oportunidad de intercambiar esta impresión con un trabajador desde hace más de 10 años, cuya oficina ha estado entre los pisos 63 y 68, que contaba cómo los días de viento se notaba la vibración de los cimientos, incluso el tambaleo de la luz. No trabajaba allí en el momento del atentado pero, por encima de cualquier religión o fenómeno natural, su filosofía es la de no vivir constantemente bajo el miedo. Si no, estarías dejando escapar la vida sin quererlo remediar.

Efectivamente, la entidad estatal Petronas es el motor económico del país, basado en un desarrollo industrial del sector petroquímico que favorece la mejora de las condiciones sociales de la gran masa de población respecto a otros países vecinos que, por otro lado, no condiciona la desigualdad social frente a la opulencia de los sultanes de los 9 estados peninsulares, cada vez más alejados de su origen religioso.

Sin embargo, el desarrollo industrial no elimina déficit estatal. Por ello, para paliar sus efectos, a partir del mes de abril se ha introducido el tipo impositivo de un 6% que afecta al conjunto de la población y que, con toda previsión, será motivo de malestar y el origen de futuras revueltas sociales.

malasia4Lo más atractivo del país es, sin duda, el mestizaje de culturas que da pie a su carácter propio y original. Aproximadamente la mitad son malayos, de religión musulmana y cultura malaya local, personas comedidas, metódicas y siempre sonrientes. Junto a ellos, una población de descendencia china de segunda o tercera generación marca el carácter constante, luchador y emprendedor, además de quienes proceden de India, principalmente de origen tamil, estado del sureste del país de origen. Durante los últimos años, el país se está convirtiendo también en crisol de etnias procedentes del sudeste asiático o de los países del golfo. El idioma común, herencia de la época colonial británica, es el inglés.

Todos ellos se concentran de forma más numerosa en la zona peninsular, dejando los Estados de la isla de Borneo, marcados por su riqueza natural, como destino vacacional. Entre todos éstos destaca el de Sabah que me he quedado con muchas ganas de conocer.

Malasia es un país de impresiones, un lugar donde comer con palillos frente a una chica con el pelo cubierto, degustar nuevas frutas tropicales, disfrutar de masajes orientales y sesiones de acupuntura o saborear los más exquisitos vinos de Francia o Australia bajo un sistema islámico.

malasia5En una ocasión en la que participé en un evento organizado por un grupo de descendencia china pude constatar que las prohibiciones religiosas tienen un precio. Después de una cena en la que no faltó cerdo, vino, whisky y licores en cantidad, una persona que no hablaba inglés se acercó a mí de improviso y me acompañó amablemente hasta el taxi que me llevó a casa sin dejarme despedirme de nadie. Al día siguiente, me contaron que continuaron la fiesta en un local en el que no era decoroso que fueran mujeres y para lo que hablar en inglés les suponía un gran impedimento de goce sensorial. En Malasia es posible disfrutar de todo lo prohibido de forma más habitual de lo que cabría esperar.

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Xinjiang

Vuelvo de un viaje relámpago a la China profunda para pasar un par de días en Urumqi, capital de la región de Xinjiang, hasta ese momento completamente desconocida para mí.

china2Situada en el noroeste de China, tiene una extensión tres veces más grande que España y una  población, esencialmente rural, que no llega a los 30 millones de habitantes y se concentra en la cuenca de dos ríos que llegan desde Kazahstán. Región fronteriza con un gran número de países de Asia central, Xinjiang es un crisol de culturas yminorías étnicas como la uighur (islámica) que aquí se convierte en mayoría respecto a la población china.

china35La presencia de este hecho diferenciador es evidente desde el mismo traslado del aeropuerto al centro de Urumqi, momento en el que ví carteles de bancos con caracteres mandarines y árabes. Visité el Gran Bazar, el edificio más emblemático de la ciudad, colindante con la mezquita principal. Área comercial y centro cultural, previsiblemente saturados de gente, me los encontré enun estado desolador. En la hora punta de ese vaivén frenético, el mercado estaba prácticamente vacío. Los compañeros de etnia china que viajaban conmigo me aseguraron que ese lugar había sido hasta hace poco eje central de la ciudad, pero los ataques terroristas de los últimos años han pasado factura.

Queda claro, pues, el enfrentamiento constante entre ambos grupos étnicos y las dificultades para la convivencia en este lugar. Por un lado, el pueblo uighur reividica su independencia como estado de forma similar a otros países vecinos como Kirgizistán o Tayikistán tras la caída del bloque soviético, y por otro, la RPC ha puesto en marcha medidas para conseguir mayor control en la región.

La idea del gobierno central de China desde los años '90 consiste en dinamizar económicamente la región para conseguir mejorar la calidad de vida, así como el nivel cultural de esta población eminentemente rural. Como consecuencia, se ha desarrollado de forma notable el sector de extracción de carbón y otros productos minerales, principalmente las explotaciones petrolíferas y la industria química auxiliar en las regiones áridas del país, poniendo de manifiesto su enclave estratégico.

El crecimiento de este nuevo sector ha favorecido la inmigración de población de otras regiones de China, lo que ha hecho disminuir el porcentaje de población de las distintas minorías étnicas y promovido la constitución de una nueva clase china aburguesada. Esto ha contribuido también a disparar la conflictividad y las revueltas sociales.  

china4Todos los días amanecí con tos aguda y un escudo de mucosidad en las vías nasales. Según me comentaron, tuve suerte porque durante mi estancia pude ver la nieve de las montañas que están muy cerca de la ciudad, al parecer siempre ocultas por la contaminación. Urumqi es una de las diez ciudades con tasas más altas de polución de China. El plan urbanístico en las ciudades por las que he pasado es inexistente, con lo que puedes encontrarte una chimenea gigante en pleno centro de la ciudad.

La preocupación actual del gobierno central es la desaceleración del crecimiento del PIB del país a tan sólo un ratio estimado de un 7%, difícilmente comparable con el de España en sus mejores momentos, conseguido gracias a las inversiones en infraestructura de los últimos años. El reto ahora es poner en pie una economía sostenible, cambiando el modelo basado en producción barata por una ventaja diferencial esta vez centrada en innovación tecnológica, poniendo especial cuidado en los aspectos medioambientales, que en estos momentos rondan los niveles mínimos de salubridad.

En base a estas políticas, en Xinjiang se ha desarrollado un proyecto hídrico faraónico para suministrar agua potable en los entornos rurales y urbanos (que ahora mismo condicionan el crecimiento de la industria química), así como la renovación de los sistemas de regadío de los campos a lo largo de las cuencas fluviales, favoreciendo, esta vez sí, el desarrollo económico de las comunidades locales.

Este ha sido mi primer viaje a China. Durante estos días me he sentido totalmente incomunicada, evidentemente por mi desconocimiento del idioma, pero a su vez por el aislamiento respecto a los medios de comunicación internacionales. El acceso a Google está restringido, así como el de Facebook, Youtube u otras redes. En cambio, se promocionan otros canales de alcance nacional. No he tenido acceso a mi cuenta personal de correo.

La educación internacional está sólo al alcance de la élite y, en general, el nivel de inglés es extremadamente limitado, incluso en lugares como los aeropuertos. El grueso de la pirámide de población es joven y tiene un carácter eminentemente emprendedor. Socialmente, la mujer cada vez se beneficia más de la inclusión en puestos de responsabilidad del mercado laboral. Son personas con una constancia y una profesionalidad admirable.

En sus manos está la llave para construir una sociedad pionera basada en el crecimiento económico y el respeto cultural, social y medioambiental. El reto es enorme.

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