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Profecía

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Dada la lamentable situación en la que se encuentra el español peninsular y lo poco que se hace para mejorarla, a un servidor se le antoja mudarse temporalmente en una especie de Nostradamus de nuestra lengua para anticiparles lo que le advendrá a ésta en los próximos años.

En el ámbito de la Fonética, se consolidará la resurrección de un antiguo fonema perdido, la /∫/, que recuperará su correspondencia literal medieval, la "x". Así, por influencia del gallego y del catalán, las palabras que comienzan por "x-" se pronunciarán como los gaditanos de hoy reproducen la "ch". El fonema /ks/ seguirá, no obstante, realizándose para el resto de los casos:

xenofobia > /∫enofobia/ ; praxis > /praksis/

El yeísmo, por su parte, habrá acabado de comerle el pastel a la ortodoxa y veterocastellana /lj/ y a su simplificada e incorrecta /j/:
calle > /kadʒe/

La fricatización de la "d" intervocálica de los participios en "-ado" irá desapareciendo hasta su total evaporación:

hablado > /ablao/

Se geminarán las parejas de consonantes en favor de la pronunciación de la última, lo que obligará a la R.A.E. a tolerar, incluso, el traslado de este fenómeno simplificador a la ortografía:

himno > /inno/ >*hinno ; actuar > /attwar/ >*attuar


profecia3En el campo de la Gramática, asistiremos impotentes a la extensión y a la postrera aceptación de usos hoy inadmisibles.
El pronombre personal de objeto directo e indirecto para un referente masculino y en la situación comunicativa de voseo será "le".

*"Me le crucé por la calle y le saludé dándole la mano"

[A una mujer a la que tratamos de Vd.] *"Le informo de que su contrato está a punto de cumplir"

El pronombre personal de objeto directo e indirecto para un referente femenino será "la".

*"La asusta que la digan este tipo de cosas"

El pronombre personal de objeto directo e indirecto para un referente neutro será "lo".

*"Ya tenemos listo el caldo. Ahora, lo calentamos un poquito y lo damos tres vueltecitas con la cuchara antes de servir"


Se aceptará como bueno el uso del Infinitivo con valor de Imperativo:

*"¡Acabar ya de una vez, que se hace tarde!"

Siguiendo con el Infinitivo, se dará por bueno su empleo con valor pleno:

*"Decir, en primer lugar, que me siento muy feliz de volver a casa"


Se dará por buena la regularización del Perfecto Simple del verbo "andar": *"andé".


Se consumará la confusión de las conjugaciones de "proveer" y "prever":

*"Preveyendo lo inevitable, tomó las oportunas disposiciones"


Se admitirá el uso del Pretérito Perfecto en vez del Perfecto Simple:

*"El año pasado, he estado a punto de arruinarme"


Se habrá perdido la consciencia del valor del prefijo "re-":

*"La semana que viene volverán a retomar las conversaciones"


Se instalará la expresión de la proporcionalidad mediante la preposición "contra":

*"Contra más estudies, mejores notas sacarás"


Se asistirá a toda una serie de atajos sintáctico-semánticos que refuercen la subjetivación del discurso:

*"Yo soy de los que pienso que la paz es más difícil que la guerra"


Se habrá esfumado por completo el uso de "cuyo":

*"Ahí tienes a la compañera que su novio es futbolista"


Por influencia del catalán, lengua de buena parte de los periodistas, el verbo "haber" se construirá exactamente como el verbo "existir". Además, el hispanófono medio no soporta que las frases con "haber" no tengan sujeto.

*"Se declaró el alto el fuego, lo que no impidió que hubieran disparos"


profecia2La pasiva refleja se hará extensiva a las construcciones verbales con preposición:

*"Se invitarán a todos aquellos que hayan demostrado buen comportamiento"


Se seguirán inventando formas femeninas injustificables etimológicamente (*"arquitecta") o se buscarán nuevos términos no marcados genéricamente para evitar las pesadas aunque políticamente correctas referencias al masculino y al femenino:

"¡Castueranos y castueranas > *Castuerenses, felices fiestas!"

En el terreno del Léxico, proseguirá el empobrecimiento del vocabulario por causa de la simplificación progresiva de la vida de las gentes, que serán cada vez menos autoras o responsables directas del funcionamiento de los objetos que manejarán, de la producción de los alimentos que comerán, de los trabajos que desempeñarán. Una experiencia vital desautonomizada conlleva una utilización muy reducida del corpus de palabras.
Por último, el español seguirá resistiendo heroicamente ante el desembarco de términos provenientes del inglés operando ediciones (to whatsapp > "*guasapear") o traducciones (social network > "red social").

Si nos referimos a la Ortografía, seguirán desapareciendo tildes como las ya condenadas en las segundas personas del plural de los verbos en "-ar" y en "-er": "cantáis" > "cantais" ; "tenéis" > "teneis" o la que lleva el pronombre personal sujeto de segunda persona: "tú" > "tu" por la misma razón por la que se acepta la supresión de la tilde en el adverbio "sólo".

En el ámbito de la Sociolingüística, "Vd." se habrá convertido en una reliquia. Pervivirá como substituto de los antiguos tratamientos ("alteza", "monseñor", etc.).

Seguramente ocurrirán otros desoladores fenómenos que en este momento no soy capaz de vislumbrar a la espera de que el estado de postración en que quede la lengua de Cervantes pueda remover alguna poderosa conciencia. Mucho me temo que no estaré vivo para disfrutar del modo en que se decida devolverle la dignidad y de los primeros resultados cosechados.

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