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La pasiva refleja: caja de Pandora de la lengua española

Si Vds. han tenido la paciencia y la amabilidad de leerme con asiduidad en este espacio, sabrán que soy de los que consideran que la Real Academia de la Lengua Española no se caracteriza precisamente por defender su objeto sino, más bien, por claudicar ante aquéllos que lo menosprecian.

Puede que una de las mayores claudicaciones hasta la fecha de la R.A.E. sea la admisión a trámite y la autorización de uno de los síntomas de la simplificación gramatical de nuestra lengua a manos de los que no paran mientes en analizarla. Como en todos los demás casos que se explican por esta simplificación (feminizaciones indebidas, laísmo, leísmo, loísmo, etc.), el aval de la institución de marras no sólo le da la razón a los zoquetes sino que abre las puertas de par en par para que éstos exploren la nueva vía y puedan seguir minando los fundamentos de nuestra querida lengua.

pasiva4Veamos qué ha ocurrido con la así llamada pasiva refleja, oprobio infligido en exclusiva a nuestro romance. Para empezar, digamos que los hispanohablantes no son muy partidarios de utilizar la voz pasiva, considerada una construcción 'antipática' y-o 'pesada'. En el español de todos los días, ¿quién ha oído pronunciar frases del tipo: "El estudiante fue suspendido por su mala actitud"? Se les prefiere otras soluciones como: "La mala actitud le costó el aprobado al estudiante" o "Suspendieron al estudiante por su mala actitud" o también "Se suspendió al estudiante por su mala actitud". Como repito incesantemente a mis alumnos, las lenguas están integradas por un corpus de soluciones teóricamente posibles (formas lingüísticas que se encuentran en el nivel de la competencia) de las que sus hablantes extraen un subconjunto de expresiones mucho más probables (formas lingüísticas que están en el ámbito de la actuación).

pasiva2De las tres soluciones más probables que he apuntado más arriba la tercera ha tenido mucho éxito. Se trata de lo que llamamos uso del «se» impersonal, reservado para situaciones en las que, como hablantes, no queremos, no podemos o no sabemos identificar al sujeto real y gramatical de la oración, al responsable lógico y lingüístico de la acción expresada por el verbo. "Se dice, se cuenta, se comenta..." como gustaba iniciar sus parlamentos el defunto Jesús Hermida. Pues bien, ¿qué pasa cuándo el objeto directo de ese verbo cuyo sujeto no está identificado es plural? Teóricamente no debería pasar nada : "Se vende muchos pisos en este barrio". Si a Vds. esta última frase les parece probable, entonces es que no residen en un país hispanófono desde tiempos de maricastaña. ¿Por qué? Porque, sencillamente, se prefiere la solución "Se venden muchos pisos en este barrio", donde se aprecia claramente que los hablantes no soportaban que aquéllo de lo que se hablaba no mereciera subir de estatus en la oración ya que el verdadero y correcto sujeto estaba desaparecido. Ésta es la pasiva refleja. Pasiva porque la frase equivale en estructura profunda a "En este barrio son vendidos muchos pisos" (donde «pisos» es el sujeto paciente) y refleja porque, formalmente, la oración se construye cono una reflexiva (del tipo "Juanita se lava").

pasiva5Pues, Señores, este atropello científico fue elevado a los altares por nuestra R.A.E. (hoy por hoy, quien lo perpetra ni siquiera tiene conciencia de ello) y ello ha abierto la vía para que, cada vez más, escuchemos decir frases como las que siguen:

"Se buscan soluciones que..." y, aún peor, "Se llegan a conlusiones que..."

Y los académicos, a lo suyo: a sacar una nueva edición del Diccionario cada año para hacer caja. Con memorables e indispensables aportaciones como amigovio.

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