cafrelengua

MeliÃ

melia1

Lo han leído perfectamente. Es el modo en que la Dirección de la cadena de hoteles española ha decidido ortografiar su denominación corporativa. Con lo que, amén de sobre la consabida "n", ese tipo de tilde, por mor de lo políticamente correcto (o lo empresarialmente interesante) tiene ya una nueva letra donde posarse.
Da igual que Vds. tecleen "meliá" (en castellano) o "melià" (en catalán) en su buscador favorito: serán enviados a la única página oficial de la empresa: http://www.melia.com. El sitio no dispone de versión en catalán.

En una época en la que importa, y mucho, no herir susceptibilidades y promover lo que se ha dado en llamar "lenguaje inclusivo", los agentes sociales y políticos se han puesto manos a la obra dando por sentada la indigencia gramatical del 90% de los castellanohablantes metropolitanos (que, por otra parte, aquéllos no dejan de fomentar).

melia4"MELIÃ", enriquece, pues, la gama de ocurrencias sincréticas entre las que se han asentado definitivamente "tod@(s)", "españolas y españoles", "arquitecta" (la "o" de "arquitecto" no se refiere al profesional masculino sino a la de la estructura constructiva que recubre un edificio) , "colectivo LGTB" (aquí se me antoja que el efecto conseguido es el opuesto pues la sigla invisibiliza a sus protagonistas), etc.

Suele ocurrir que aquéllos que menos conocimiento demuestran de algo se arrogan la facultad de discutirlo o, como en el caso que nos ocupa, de modificarlo sin ningún tipo de justificación científica.

Ellos saben lo que el pueblo necesita y saben cómo decírselo de la misma manera que le construirán una piscina cubierta sin tener fondos para dotarla del personal o la climatización necesarios.

melia2No sé dónde leí el otro día que las lenguas las van modificando los pueblos que las hablan, que las distintas Academias acaban por aceptar los usos más extendidos por muy disparatados que sean. Y que se trata de un fenómeno imparable.

A la lumbrera que parió tal sesudo pensamiento lo invito, a título de ejemplo, a que se dé una vueltecita por los dialectos del español. Comprobará que, cuanto menos desarrollada ha estado una comunidad lingüística, cuanto menos alfabetizada haya sido y cuanto más tiempo haya transcurrido en uno u otro de los dos casos anteriores, menos rica y capaz de matices es su gramática. Basta comparar gramaticalmente la poesía de Luis Chamizo con la de Gustavo Adolfo Bécquer. O el castellano de Mio Cid con el de Moratín.

Si, como nunca se hizo en el pasado, la lengua de los menos formados triunfa, caeremos en el castexit: habremos desalojado nuestro propio hogar lingüístico. Por cierto, antes que una voz inglesa, "exit" es la tercera persona del singular del Presente de Indicativo del verbo latino "exeo", que significa "irse de algún sitio".

Imprimir

lanochemasoscura