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Placeres inmediatos, placeres sublimes

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“El fin de la vida humana es procurar el placer y evadir el dolor, pero siempre de una manera racional, evitando los excesos, pues estos provocan un sufrimiento posterior”. (Epicuro 341-270 a.C.)

Desde la antigüedad ya se habla del placer y del cómo conseguirlo. Epicuro nos traslada su doctrina haciendo una primera clasificación muy acertada, los define como:

Los naturales y necesarios: las necesidades físicas básicas, alimentarse, calmar la sed, el abrigo y el sentido de seguridad.

Los naturales e innecesarios: la conversación amena, la gratificación sexual y las artes.

Los innaturales y necesarios: como el dinero, los bienes.

placeressublimes2Los innaturales e innecesarios, que considera superfluos: la fama, el poder político o el prestigio.

Lo que es cierto, es que si trasladamos la pregunta a las personas y hacemos una encuesta,

¿Qué es lo que te da placer?

La mayoría de las respuestas tienen que ver con el deleite de los sentidos.

La vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto.

“Me gusta la contemplación de…”

“Escuchar…”

“Saborear una buena comida…”

“La fragancia de determinadas flores o la tierra mojada”

“Sentir a la persona que amas, o acariciar un escultura”

En el siguiente nivel, se encuentra aquello que nos hace vibrar y sentirnos vivos normalmente en relación con el movimiento o con el movimiento de nuestros sentimientos, así como el sentirnos en calma y de manera reposada y equilibrada.

“La emoción de sentir la velocidad…”, “Bailar”, “Reirme”, “Dormir”, etc.

placeressublimes3El siguiente nivel, está relacionado con las relaciones humanas y con la comunicación, pues simplemente la posibilidad de socializarnos supone un deleite y un gozo con nuestros semejantes. Siempre que, el entendimiento sea mutuo y equilibrado, pues en caso contrario una de las partes acabaría aburriéndose con el discurso del otro.

El cuarto nivel está íntimamente relacionado con el entendimiento, pero tiene un carácter traicionero, pues cuanto más sabemos de algo más nos cuesta disfrutar de un producto de calidad, pues nuestro carácter se vuelve más crítico y diferencia entre lo que es más perfecto y lo que no lo es tanto. Pero al mismo tiempo, cuando encontramos un producto más perfecto el grado de satisfacción es mayor y podríamos decir que el placer se acerca más a lo sublime.

La ignorancia por el contrario, hace que aquellas cosas que no entendemos, puedan proporcionarnos placer, aunque sean altamente imperfectas. Pues no sabemos cuáles son las características que deberían tener para ser mejores. Así la propia experiencia y la capacidad de comparar, nos dará cada vez un nivel menor de tolerancia al placer, y cada vez será más difícil alcanzarlo.

Al mismo tiempo, la ignorancia misma, puede hacer que no disfrutemos de un determinado producto, como podría ser un concierto de música moderna, por no entenderlo o encontrarnos fuera de contexto.

Dicho de otro modo, la divergencia del conocimiento respecto de la pieza de consumo placentera, no debería diferir demasiado de nuestro entendimiento.

placeressublimes4ANTINOMIAS:

Si observamos el placer desde el punto de vista de lo contrario, el dolor o el sufrimiento. Podremos entender que la ausencia de dolor o de sufrimiento, en cierto sentido, nos reportará también placer.

Así, estableciendo una escala antinómica entre el dolor y el placer encontraríamos la siguiente clasificación.

Dolor - Ausencia de dolor - Retirada de placer – Placer.

Simplemente aclarar, que la retirada de un placer como disfrutar de los pasteles, sería una forma indirecta de sufrimiento mental.

Ahora bien, el ejemplo del pastel, es estupendo para comentar la idea del gambito que nos acerca a los placeres sublimes.

La idea es sacrificar un placer inmediato como el comerse un pastel, por una idea mayor, adelgazar.

Aparentemente la retirada de un placer debería proporcionarnos cierto grado de frustración y sufrimiento, pero al mismo tiempo, lo sublime de conseguir un objetivo mayor, hace que nos reporte cierta cantidad de placer a la larga, en la medida que vamos adelgazando y vemos que nuestro cuerpo se parece a aquello que queríamos conseguir. Siempre y cuando esta sea nuestra meta.

placeressublimes5Cuando el sacrificio es por el bien común. Y renunciamos a parte de lo nuestro por crear un mundo mejor. Entonces el placer empieza a manar a nuestro cerebro. Y sentimos descargas eléctricas que gratifican nuestra mente, e incluso perduran en el recuerdo para el resto de nuestras vidas. Esta es en potencia una de las claves de la felicidad, darnos a los demás.

Un caso especial, sería el de la sexualidad. Es evidente nuestra necesidad de afecto y de cariño. Pero no tanto la necesidad de sexo.

El sexo por sí mismo, sin amor, puede resultar en muchos casos vacío, y dejar una gran sensación de ansiedad o desilusión, incluso aunque este haya sido placentero en su realización.

La necesidad de intimar y comunicarse es mucho más intensa, que la sexualidad por dinero o promiscua. Incluso, en algunos casos, aunque haya cierto grado de interacción o relación, si la realidad no llega a algo más desde el punto de vista de convivencia, tendremos una amplia sensación de perder el tiempo. Porque en el fondo lo que buscamos es poder compartir y contar con esa determinada persona. La necesidad de sentirnos acompañados.

En la búsqueda del placer, deberíamos tener en cuenta siempre la idea de disfrutar centrándonos plenamente de aquello que estamos haciendo. El deleite de los pequeños detalles, y no de abarcar una gran cantidad de experiencias que pasan rápidamente, dejando una huella muy pobre en aquello que vivimos.

Cuantas más cosas realicemos en nuestra vida, más difícil será alcanzar los placeres, porque estos se volverán más complejos y difíciles a medida que se acerquen a la perfección.

placeressublimes6Por ello, deberíamos investigar y ampliar nuestras fuentes de placer, probando diferentes actividades que no hayamos probado antes.

La ausencia de placer puede llevarnos a intentar anular los sentidos con el consumo de determinadas drogas o sustancias que emboten nuestra percepción, en un intento de buscar nuevos placeres inmediatos relacionados con las sensaciones y sus efectos químicos placenteros o para olvidarnos de nuestros sufrimientos o dolores.

Pero sin duda lo realmente interesante es buscar placeres sublimes que completen nuestra persona, ya sea en una búsqueda hacia el interior del yo, o en la búsqueda hacia el exterior y la comunicación.

El conocimiento, el entendimiento, el arte, y por último el más sublime de los placeres, el gambito o sacrificio por el bien común dándonos a los demás.

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