Diario de una funcionaria primeriza
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El funcionario y sus tópicos

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Existe un desconocimiento general sobre el trabajo en la Administración Pública, o quizá un conocimiento contaminado por multitud de clichés que se aceptan como verdad absoluta.

Cuando llegas a trabajar de nuevas a una Administración Pública no sabes muy bien qué es lo que te vas a encontrar.  

Piensas que llegas a un centro de trabajo donde, como te han dicho hasta la saciedad (incluso gente que no tiene ni la menor idea), vas a estar mucho mejor que en cualquier empresa privada.

funcionarios2Piensas que vas a dejar de ser amiga del estrés, de los plazos y de las fechas límite, que tu trabajo a partir de ahora pasa a ser más relajado, sin presiones, sin prisas.

Piensas que ya no vas a tener que preocuparte nunca más por (la falta de) el trabajo, que nunca más tendrás que estudiar durante horas, que catorce pagas son mejor que doce con las extra prorrateadas.

Piensas que el ambiente de trabajo, lejos de las ambiciones que existen en las empresas privadas, será inigualable.

Piensas que seguramente lo que dicen de los funcionarios es una exageración, aunque no sea del todo falso.

Y llegas el primer día muy contenta, porque tienes todos esos pensamientos en la cabeza, porque nada puede salir mal a partir de ahora.

Entonces es cuando te encuentras…La realidad (que, como dicen, a veces supera a la ficción).

funcionarios3Claro que estás mejor que en la empresa privada, de eso a nadie le cabe la menor duda, aunque solo sea porque nadie se siente en la obligación de calentar la silla durante horas interminables más allá de su jornada.

Pero no todo es tan idílico como te lo habían pintado.

Porque la falta de preocupación por el trabajo (por el sueldo a final de mes) se convierte en amenaza cuando comienzan a hacerse presentes los primero síntomas de la crisis. Y los notas de lleno cuando un día se levanta Zapatero con el pie torcido y te baja (y congela) el sueldo.

Porque el ambiente de trabajo no siempre es el ideal. En la Administración también te encuentras con “trepas” capaces de pisarte para conseguir un puesto mejor que tú en un concurso (hipotético, ya que a causa de la crisis también desaparecen los concursos de méritos). Y te encuentras con cotillas, muchos cotillas con un muy alto nivel marujil, que se meten en tu vida mediante preguntas  tanto discretas como indiscretas (y políticamente incorrectas) para luego crear y difundir bulos que hagan más amena la estancia de los demás en sus (a veces) aburridos puestos de trabajo.

funcionarios4Y porque, aunque sé que cuesta creerlo, los funcionarios curran. Y algunos curran mucho. Y algunos demasiado.

Por supuesto que todo depende, como en cualquier empresa privada, de donde estés, el trabajo que tengas asignado, los compañeros, los superiores…Pero trabajo hay y se trabaja, en mayor o en menor grado, pero se trabaja. Obviamente, porque si no se hiciera las Administraciones no se sostendrían.

Ahora bien, funcionarios “jeta” los hay. Y la lástima es que estos funcionarios son los que dan la fama a todos. Estos funcionarios son los que hicieron que mucha gente se alegrara cuando nos bajaron el sueldo, cuando nos quitaron “moscosos” y “canosos”, cuando comenzaron a descontarnos sueldo por las bajas médicas…Porque el concepto generalizado es que los funcionarios son unos vagos que bastante cobran ya por lo que hacen.

Y no, no se puede generalizar. Pero es complicado, incluso para una funcionaria primeriza, cuando lo primero que te encuentras al llegar a tu primer puesto de trabajo como tal es al prototipo de funcionario que la sociedad tiene en la mente.

Sí, lo confieso, los funcionarios “jeta” existen. Yo conviví con ellos. Y he sobrevivido para contarlo.

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