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Un idealista, Max Estrella

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El cine, en general, pretende duplicar realidades. El teatro modifica las realidades. Madrid. Valle Inclán. Un binomio para el teatro y la poética. Valle Inclán escribió Luces de bohemia y se publicó por entregas durante el año 1920. Se estrenó en Paris en 1963 y no fue hasta 1970 cuando se estrenó en Valencia como obra de teatro. Max Estrella, poeta viejo, hiperbólico andaluz, recorre las calles y sitios de un Madrid marginal plagado de personajes turbios en lo que será su última noche de glorias y penurias.

maxestrella2Yo que no soy un conocedor del Madrid recóndito como sí lo es Bonifacio Singh, me recreo en los pasajes de Luces de Bohemia como un observador que tuviera el privilegio de acceder a calles, sitios y sucesos de la mano de ese idealista descreído que nos describe Valle Inclán en la persona/personaje de Max Estrella. Un vividor en el mejor y más amplio sentido del término, un crítico de lo humano que por su propia humanidad se pliega al devenir trillado por los corruptos, los necios y los ciegos de espíritu que él, en su ceguera, detesta doblemente.

En ese modificar de la realidad que permite el teatro con escenificaciones múltiples de los mismos hechos, Máximo Estrella, ¡cráneo privilegiado! vive el descrédito colgado todavía de la ilusión de lo posible y lo da como vivido, y bien vivido.

En este poema va mi homenaje a Valle Inclán tanto como a Max Estrella, personalización de los idealistas, que se declara primer poeta de España frente al parnasiano Rubén Darío


Max Estrella

Aguas de bohemia pegadas a los bordillos, arroyos negros
en lechos de adoquín donde navega el brillo opaco
de los últimos besos de las noches negras de gatos negros
y perros flacos al paso de la luna pintada de carmín,maxestrella3
cristal donde la voluntad es reflejo de la belleza malherida.

Paco, no seas majadero
le dice Max al ministro del orden, y vuelve sobre la noche
a morir buscando un beso, un verso, bula de resurrección,
fuego de San Telmo sobre el fondo de los reptiles.
Acepto porque soy un canalla y el primer poeta de España.

Yo que no embarqué más que entre versos y ratas
soy más marino de vino de sal y sangre que Ramón Bonifaz,
me acanallé prófugo de mí mismo en la compañía de Jesús
con piratas del aire de barlovento en las cloacas de Madrid
al olor del azufre de los demonios muertos, vivos y por vivir,
poetas de taberna y nubes, de cruz blasfema, de café y anís.

Te vas a condenar, Max.
¡Y crees que me importa! La condena es vivir el esperpento
hipócrita, borrón humano en la espera del jolgorio celestial.maxestrella4
¡Eres un parnasiano, un modernista de ala ancha y corbatín!

Canto a las niñas, a las perlas, a los rizos, a los ojos, al puñal.

Rubén, eres una patraña y el verso te condenará a la llama,
y yo me libro, que me he bebido más quinces que Belcebú,
que ser canalla no es fácil si dios no te acompaña
porque siempre se despista con los ateos tras las esquinas.

Barcos de alcanfor navegando aguas de bohemia,
ciega la noche apoyada en el bastón de la luna, negra calle
de negros gatos llevando tu capa negra a la orilla en rumor.
Donde los cuerpos frágiles lloran, las rojas bocas te nombran.


<En cursiva texto citado de la obra.>
<Ramón Bonifaz, primer almirante de Castilla (1247).>
<Quince es como se llamaba a los vasos de vino de 15 céntimos.>

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