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Hostia puta (III)

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Trocitos.

Tengo el mismo médico desde los 14 años. El ahora andará por los 60, la papada le ha borrado el cuello, tiene los ojos saltones y tristes. Respira por la boca y jadea como un puto jabalí. Tiene aires de suficiencia, de sobrado, a algunas personas les pasa cuando llevan una bata blanca, pero luego sin el envoltorio no valen para una mierda. Se supone que debía ir a verle cada seis meses, o por lo menos una vez al año. He pasado años sin verle el jeto. A no ser que necesite algo de él, por lo general su firma para alguna historia, no voy. No voy porque ahora yo sé más de lo que me pasa que él. Es así.

Mi enfermedad es hereditaria (autosómica recesiva, para el que entienda) pero mi familia no la ha heredado. Intentaron seguir el rastro de alguna mutación, alguien que hubiese tenido algún síntoma en mi familia y no encontraron nada. Mi padre mutó por su cuenta, mi madre por la suya. La probabilidad de mutar un gen es mínima, la de coincidir con otra persona con la misma mutación es la misma de que te toque el euromillón. Así que soy una especie de paciente 0. Mi hermana pilló el cacho bueno, siempre hace igual la cabrona.

A mi médico le piden trocitos de mí otros médicos de otros países. Para eso si voy. La primera vez fue un equipo de médicos franceses, querían un trozo de músculo para hacer sus cosas científicas, que si hacía el favor. No vas a decir que no, es para la ciencia.

Estaba tumbada boca abajo en una camilla. Mi médico y otro médico francés estaban de palique mientras me abrían la pierna, justo debajo de la rodilla. Cortaron un trozo del tamaño de una nuez. Recuerdo al francés metiéndolo en una especie de tupper con bolsas de hielo. Lo cerró y salió corriendo como si llevase una puta esmeralda. Ni au revoir dijo, el gilipollas. Luego mi médico me dijo que habían secuenciado mi ADN, que había unas cuantas personas por ahí que sabían más de mí que yo. Hhmmmm....No creo.

Otras veces me hicieron agujeros en la espalda para llevarse unos centímetros de piel, con una especie de compás con cuchilla que cortaba una circunferencia perfecta. No me gusta el dolor, para dejarlo claro, pero lo de cortar y coser, las heridas abiertas, las cicatrices, tienen algo que me mola. Esto no lo vayáis contando por ahí.

La mayoría de las veces solo querían sangre. Siempre he pensado que a lo mejor flipaban un poco con aquellas muestras, porque por aquella época yo iba más bien puesta de continuo. Nunca dijeron nada, aunque tampoco creo que le hubiese extrañado a nadie.

Espero que se lo estén repartiendo bien.


hostiaputa33Parecía que sí... (I)

Yo tenía 23 años. Por esa época tenía el horario de un vampiro, leía en la cama hasta muy tarde y me levantaba al mediodía. Eran cerca de las 12 de la mañana, llamaron por teléfono y oí a mi madre hablar con mi médico. Que subieramos al día siguiente, a la hora que fuese. Pensaba que querrían alguna muestra. De vez en cuando llamaban para pedirme muestras de sangre, tejido y así. Vale, subimos.

Cuando le dimos aviso a la de recepción llamó por teléfono y salió una enfermera de una sala, que la acompañáramos. Nos llevó a un despacho donde estaba mi médico. No era donde nos atendía siempre, supongo que para que los demás no vieran que nos atendían sin haber esperado. No sé.

Empieza a contarnos que en el Hospital universitario de Ohio, en EE.UU están reclutando a gente para un ensayo clínico en fase 3 de una terapia génica para el tipo de enfermedad que yo tengo. Que quiere que vaya yo. Que ya había hablado con el equipo que hacía el ensayo. Que dijera que sí y ya está. Que ellos se encargaban de todo, de tramitar el visado, el vuelo, la estancia.

Estaba soltando todo aquello y yo no sentía una puta mierda, me quedé allí con cara de nada. Mi médico se levantó y me cogió la cara, quería que le mirase a los ojos. Le miré. Solo dijo 'funciona'. Creo que le faltó el canto de un duro para soltarme un beso en los morros. Dije 'vale'.

Que nos llamaría cuando estuviera todo arreglado. Mi madre y yo ni nos miramos, volvimos a casa sin abrir la puta boca.

Durante varios días me despertaba pensando que lo había soñado. Me compré un libro sobre Ohio, pensando qué putas iba a hacer yo en Ohio, cómo coño se pilla costo en Ohio.

Cuando en mi casa empezamos a pensar que igual sí, que parecía que sí, se lo dijimos a mi familia. Se lo dije a mis amigos.


hostiaputa32Parecía que sí... (II).

Nos fuimos de vacaciones. Siempre nos íbamos en agosto. Pasó ese mes y el siguiente mes. No sabíamos cuánto tardarían en llamar pero empezaba a parecer raro. Llamé yo. Me costó varios intentos poder hablar con mi médico, no quería coger el puto teléfono. Cuando conseguí hablar con él sólo me soltó un par de frases que no decían nada. Ah, sí, sobre eso, ya hablaremos...

Con los datos que tenía empecé a buscar información en internet. Salía en la prensa y en varios artículos sobre medicina. Jesse Gelsinger, un chaval que participaba en un ensayo de terapia génica para una enfermedad hepática había muerto. No hicieron bien el filtro y eso bastaba para darse cuenta de que la estaban cagando mucho. La FDA suspendió todos los ensayos de terapia génica que había.

La siguiente vez que vi a mi médico no me miró a la cara. Él no tenía la culpa, pero hostia, joder, ¿hacer como si no hubiera pasado nada? ¿En serio, puto miserable, hijo de la gran puta?

A parte del cabreo, aquello no me puso triste ni de ninguna forma. Seguí con mi vida y ya está.Obviamente esto no es verdad, pero ya escarbaremos ahí otro día.

Parecía que sí. Pero no. Han pasado 20 años.


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Hostia puta (II)

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La ermita.

Desde siempre pasaba los veranos en un pueblo de Salamanca. Durante un par de meses se llenaba de gente de fuera, familias que volvían a casa de sus padres o abuelos, como nosotros. A veces nos juntábamos más de veinte personas por los bares y nos íbamos a beber a la ermita, que tenía mesas de piedra y árboles, era un sitio bastante chulo. Venía con nosotros un chaval del pueblo que se había ido a hostiaputa27Madrid a trabajar de portero en una casa, era gordo, calvo y tenía muy mala ostia, de esas mal disimuladas. Se le notaba la pluma a diez kilómetros, en un pueblo pequeño ser homosexual debe ser de lo más jodido y la verdad es que siempre había alguien, de coña y tal, pero tocándole los huevos. El caso es que ese día se pilló un pedo de los de ir a cuatro patas y le dio la llorona. Se puso allí en medio a grito pelado, que si en el pueblo le habían tratado muy mal, que si allí nadie le quería, mientras algunos le seguían vacilando y claro, se le hincharon los huevos y se puso a recitar los nombres, apellidos, profesión, ascendencia y descendencia de los tíos del pueblo que se había tirado. Ahí sí, algunos estábamos descojonados, a otros ya se les fue borrando la sonrisa porque en los pueblos todos son familia y casi seguro que les iba a tocar la pedrea. Qué risa.

Un Clavo.

En el barrio había un solar en cuesta, al lado de la pista donde ahora está el edificio del albergue. Después de salir del colegio lo normal era no parar por casa hasta la hora de cenar.

hostiaputa23Era verano o casi, porque estaban preparando la hoguera de San Juan, recuerdo andar por allí, entre las maderas y las mierdas que habían apilado y el juego consistía en tirarme de rodillas pendiente abajo, por la hierba. En una de esas deslizadas caí sobre una madera y al ponerme de pie tuve que sujetarla para sacar un clavo de mi rodilla.

Empecé a sangrar, me quité la chaqueta y me la até a la rodilla. Todavía me quedé un ratito en los columpios del parque que había más abajo, en el Redonchel. Cuando llegué a casa me llegaba la sangre a los calcetines.

El plan solía ser que si abría la puerta mi abuela era mejor cerrar la boca, porque lo mismo le daba por calzarme una hostia. El susto que se llevaba ella solía ser proporcional al que te ibas a llevar tú.

Hubo suerte y abrió mi madre y entonces ahí ya sí, empecé a llorar como si no hubiera mañana.

Ya tenía yo claro lo de los tiempos para cada cosa.

La ruina.

Una de las últimas veces que nos vimos me dijo que no sentía nada, que no podía sentir nada.

Nos conocimos en el verano del 88, yo tenía 13. De vacaciones en un pueblo de mierda de donde eran nuestras familias. Nos caímos bien a los cinco segundos. A mi madre no le gustaba hostiaputa25y a mí eso, pues mejor. Me llevaba 4 años y hacía lo que le daba la gana, y cuando digo hacer, también quiero decir follar. Para mí era una novedad. Sus padres se acababan de divorciar y aquello en el pueblo era un escándalo. Antes la gente no se divorciaba.
A ella se la soplaba que yo fuera en silla de ruedas...pero de verdad.

Fue mi mejor amiga durante muchos años, pasábamos los veranos juntas y fueron unos veranos de no parar por casa, de fumar, beber y risas, lo que son los veranos cuando tienes 16 años y todo te importa un huevo.

Ella salía con un chaval que ya era mi amigo antes de conocerla, y me tocó estar en medio cuando le dio puerta y le jodió vivo, y yo no sabía a qué venía tanto desprecio después de mogollón de años. Si vas a dejar a a alguien, pues eso, déjale, no era necesario convertirlo en un cadáver andante.

Después ya nos vimos menos porque empezó a trabajar en hostelería en sitios diferentes, por temporadas. Nos llamábamos por teléfono y me informaba puntualmente de dónde estaba y a quién se estaba tirando, por lo generalhostiaputa24 tios que no le importaban una mierda.Luego supe que algunos fines de semana de los que pasaba en casa estaba intentando dejar las pastillas, que estaba enganchada y jodida. Por días tenía ataques de ansiedad y estaba de bajón, y otros andaba pasada de rosca. El último verano que nos vimos en el pueblo a mi se me empezó a acabar la paciencia, porque irse de fiesta con alguien que sabes que está jodido y huyendo de noséqué es una puta mierda.

Intenté ayudarla, estar con ella de tranqui, pasaba unos días medio bien y vuelta a empezar otra vez, dando por culo para salir a beber. Cuando pasó dos días sin aparecer fui a buscarla a su casa y me dijeron que se había pirado, sin decir nada, sin más.

Todavía vino algunos fines de semana más a casa y yo tuve la brillante idea de llevarla a un concierto con mis colegas. Que terminó tirándose a uno esa noche, naturalmente. Luego supe que estuvieron bien una temporada, que por él todo guay. Pues mira.

Y poco más, ahí la dejé ir, ya no tenía más que dar. Ella estaba con lo suyo y yo en otra galaxia diferente. De verdad, espero que le vaya bien.


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Hostia puta (I)

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Lo mío.

A los seis años ya se veía que algo no iba bien. Mis padres tenían la esperanza de que fueran pies planos, pero yo creo que ya sabían que no. Recuerdo que durante bastante tiempo me hicieron mogollón de pruebas, fuimos a un hospital de Bilbao, y me metieron unas agujas enormes en los brazos y las piernas. Supongo que me pusieron anestesia, no me acuerdo, no dolía. Máquinas haciendo ruiditos. No tenían ni idea de qué me pasaba. Lo más parecido que encontraron fue una enfermedad rara que solo tienen los tíos. Que a ver, no hacen falta 5 años de carrera, si eso no les daba una jodida pista de que no, yo ya no sé. Así que con eso nos fuimos a casa, con que no iba a pasar de los 15 años. Y eso que el médico era una puta eminencia de la neurología. Menuda cagada Doctor Eminencia, menuda cagada. Solo recuerdo que mi abuela me abrazaba mogollón, pero triste. Mis padres disimularon mejor.

Pero resultó que no. Yo estaba de puta madre, la verdad. A los 16, 17, 18, yo iba al médico y me miraba con cara de “No sé qué haces aún aquí”, luego ya ni iba. Y bueno, si eso era morirse, pues por mi bien. Salvo por lo de no hacer planes y eso, cuando vivir como si no hubiera mañana es literal, la verdad es que mola bastante, en serio, que no le veía el drama. A veces lo echo de menos y todo. También andaba yo ya un poquillo pedo, todo hay que decirlo. Without future there is no fear.

hostia2El vidrio.

Mis padres tenían un bar. Al principio, con 10 años fue un poco mierda porque ya no había vacaciones, ni fines de semana, ni fiestas ni nada. Tener un bar consiste básicamente en estar jodido cuando los demás lo están pasando bien. Pero la verdad es que a partir de los 14 o 15, lo de tener la casa para ti hasta las 4 de la mañana los fines de semana empezó a molar bastante. Mi hermana y yo tuvimos temporadas majas, que por mi casa pasó hasta el tato. A las tres y media de la mañana se oía a mi padre bajando la persiana del bar y echar las botellas al contenedor de vidrio y nos daba tiempo de abrir las ventanas, de mandar a la gente para su puta casa y aquí no ha pasado nada. Nunca nos pillaron. Bien por nosotras.


Lo de Dios.

Si algo les agradezco a mis padres es no haberme llenado la cabeza con mierdas de religión. Eso y que en esencia y por lo general me dejasen en paz. Mi padre montó el pollo en el colegio para que no me hicieran rezar el padre nuestro al empezar la clase. La profesora hacía ponerse a todos los niños de pié y rezaban, yo me quedaba sentada sin abrir la boca pero de tanto oírlo lo acabé aprendiendo igual. Luego para no ir a clase de religión, cuando todavía no había la opción de hacer ética, otro chaval de otra clase y yo salíamos al pasillo y nos quedábamos ahí una hora, sentados en el suelo. Todavía nos caemos bien. La insurgencia une mucho.

A Teresa de Calcuta no le importaba recibir dinero de dictadores y genocidas. No se sabe qué fue de la fortuna que recibió, solo que nada de ese dinero se lo gastó en los pobres, para los pobres solo había oraciones. A los centros que abrió en la India iba la gente más pobre que las ratas a morirse. No había nhostia3ingún tratamiento ni ningún analgésico, ni una puta aspirina te daban, porque Tere veía a dios en el sufrimiento de los pobres, iba por las camas tocándole la cara a gente agonizante.

“Hay algo bello en ver cómo los pobres aceptan su suerte de sufrir como en la Pasión de Cristo. El mundo gana mucho de su sufrimiento”.

Pues mira, que te ponga cachondo el sufrimiento ajeno tiene un nombre de toda la vida y no es más que ser un sádico hijo de puta. Ella murió sedada hasta las trancas, ocupando tres plantas de uno de los mejores hospitales privados de EEUU. Pues eso. Que tiene un Novel de la Paz, que la hicieron santa.

Y ya puedes ser todo lo ateo que quieras, 2000 años de dar la matraca con las mismas sandeces se termina convirtiendo en algo que asumes, te lo tragas y punto. Y les habrá salido bastante bien si han conseguido hacerte creer que hay algo esencialmente malo en ti, que debes sentirte culpable por lo que haces y lo que no haces, por ser lo que eres. Y si te dejaron al alcance de curas o monjas cuando eras un crío, madre mía, te digo yo que llevas el bicho dentro. Lo del pecado original se lo inventaron para algo, y no sé si se puede dar más por culo que eso, la verdad.

Y que no, los últimos no serán los primeros. No hay recompensa si has ido acumulando puntos en el monte del calvario, y los malvados no van a pagar las consecuencias de sus actos, no funciona así. No existe el karma ni nada que se le parezca, al universo se la sopla que el bien y el mal estén compensados. Los hijos de puta lo saben, y por eso nos llevan ventaja.


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