Hostia puta (VI)
Putas y casinos (Residente 2).
El trabajo consistía básicamente en hacer evaluación de capacidades cognitivas a los 300 residentes, pasar los mismos test y hacer las mismas preguntas una y otra vez, porque era muy importante saber si iban al grupo que pintaba con ceras o al que hacía cuadros con macarrones. Cuando acababas con el último, vuelta a empezar, y así.
La primera vez que evalué a E.G vi que la psicóloga anterior había dejado el informe en blanco, me pareció raro, pero bueno. Se le solía confundir con uno de los voluntarios que solían ir a hacer visitas, no parecía que le pasara nada, pero había varios así, que si luego empezabas a escarbar un poco ya veías que alguien volaba sobre el nido del cuco. Pues E.G era un tipo que nació en una familia con mucha pasta, con sirvientes. Vivía en un piso en una de esas casas antiguas del centro. Su madre le hizo la comida y le lavó los trajes hasta el día que se murió. Y cuando se quedó solo pues se gastó todo lo que tenía en putas y casinos, que era lo que había estado haciendo toda su vida. Hasta que alguien dio aviso a los servicios sociales porque su casa debía oler desde el portal. Y se lo encontraron comido de mierda, literalmente, que tenía gusanos, él tenía gusanos. Le quitaron gusanos a él. A él. QUE TENÍA PUTOS GUSANOS. Y cómo se puede llegar a estar así teniendo pasta? Pues ni idea.
Y lo que le pasaba a E.G es nada. No le pasaba NADA. A ver que era más bien imbécil, pero coño, como para acabar así ... E. G era lo que se dice un puto inútil incapaz de gestionarse la existencia.
Y mira que había gente allí con vidas de mierda, que no habían hecho más que ir encadenando desgracias, pero lo de este, tener la vida más o menos resuelta y empeñarse en joderla tanto ya tiene mérito...Y es que además hablabas con él 20 minutos y te podía estallar la cabeza, porque él en su mundo era un señor muy respetable y el resto era mierda. Un encanto. Todavía te decía que si encontraba una mujer que le hiciera las cosas a lo mejor volvía a casa, que aquello era un poco aburrido. Amosandanomejodas. Se supone que un psicólogo debería pensar que todo el mundo tiene arreglo o por lo menos es mejorable. Pues no. Y eso, dejas el informe vacío porque no vas a poner 'SUBNORMAL'. Está feo.
Felicidad (Residente 3).
En el rato de descanso yo solía quedarme hablando en la cafetería con la gente. Nunca me puse la chaqueta ni la identificación del centro, no me gustaba. En general me caían mejor los residentes que los trabajadores, que solían meterse en la cocina a hablar de mierdas, no les gustaba mezclarse. La gente se pone muy gilipollas en cuanto tiene un poquito de poder. La verdad es que de ellos no tengo absolutamente nada interesante que decir.
Había una mujer ingresada en el centro, no me acuerdo qué tenía, de la cabeza estaba bien, pero andaba cascadilla y no podía estar en su casa. Había tenido media docena de hijos, a cada cual más desgraciado y un marido que había sido todo lo hijo de puta que se puede ser. Me tomé un café con ella y empezó a contarme su vida, que básicamente había consistido en trabajar y en intentar que su marido no la matara.
Y allí, entre el noséqué y el blablabla a mi se me ocurre abrir la boca para soltar '¿Alguna vez has sido felíz?'. Que no era ni una pregunta, solo era un comentario que no esperaba que me contestara. Pero tengo el don de soltar siempre la gracia cuando no toca, y no sé si existe un sitio mejor que aquel para meterse las gracias y las ironías por el culo, pero ahí estábamos yo y mi tontería. Me miró con una cara que se le podía leer el pensamiento. Sé que pensó que yo era imbécil, y a lo mejor hasta sí. Me dijo que no lo había pensado nunca, que nunca había pensado en si era felíz, y seguramente era verdad. A lo mejor no quería ni pensarlo.
Juegos malabares.
Creo que en algún momento, no sé cuando, cada año empezó a contar por siete, como en la vida de los perros. Si piensas que tu vida es un drama, en serio, te agradecería que cerrases la puta boca. Si lo que quieres es que te cuente mis dramas, hazme el favor de morirte. Estoy cansada de tragedias, de las mías y de las vuestras, sobre todo de las vuestras. Son siempre las mismas, son aburridas, están equivocadas y exageradamente atendidas. Que a mi la vida últimamente me viene gustando un poco y la gente con penas perpetuas en vez de empatía lo que me despierta son ganas de partirles la cara. Así que si tienes el día intensito búscate un cura, o ponte a leer a Coelho, pero no jodas hombre, no jodas.
Llenar las horas, los días y algunas ausencias jodidamente desoladoras con música, películas, libros, beber y follar como si no hubiera mañana, mientras aguante este escombro, es toda la intención que tengo hasta el puto día que me muera. No hay plan, no pierdo el tiempo imaginando el futuro, porque la verdad es que ya no me importa. Que si está por venir alguna pena que me doble o algún monstruo detrás de una esquina, pues aquí estaré, ya nos veremos. La vida no es un ensayo, siempre se salta sin red. Y no saltar es peor que la hostia, porque lo que tarde o temprano te va a hacer un agujero en el puto cerebro es el valor que sabes que no tuviste. Es así. Media vida haciendo juegos malabares para salvar el alma y al final resulta que no es tan complicado.