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Fast food

¡Uf, qué calor hace en este restaurante! Está lleno hasta los topes. Quizá no debería haber aceptado la invitación de Jorge, pero el pobre tiene tantas esperanzas de conquistarme que me hace gracia. Aunque ahora que estoy aquí me arrepiento un poco de haber venido. Y de haberme puesto este vestido tan corto y ajustado, no sabía que aquí las mesas eran tan altas. Estoy harta de tener las piernas cruzadas todo el rato.


El tonto de Jorge no para de lanzarme miradas al escote, aunque quiere ser un caballero no puede evitarlo. La verdad es que es un escote tan abierto que me asoma la areola del pezón izquierdo, que es un poco más grande que la de el derecho, y no paro de subirme el sujetador con disimulo. Los camareros también se han dado cuenta, ahora desfilan todos junto a nuestra mesa cuando llevan las comandas. ¡Pero bueno, qué descaro!


Como ese tío de la mesa de enfrente, que no para de mirarme las piernas. Cada vez que las muevo lanza la mirada como un ave de presa para ver si enseño algo. ¿Quiéres ver si llevo bragas, corazón? Son negras y de encaje, por si te interesa (me dan ganas de levantarme y decírselo), pero si te empeñas a lo mejor para el postre te las enseño un poquito. Ten paciencia, guapo, que la cena no ha hecho más que empezar...


fast2La verdad es que mi pareja de esta noche, Jorge, es un poco pesadito, pero guapo y con un pisito muy mono en el centro. Quizá hoy, o quizá espere un poco más, pero veo que a la corta o a la larga me lo tiraré. Le tengo a mis pies. Así que no haría nada malo si ficho un poco por aquí, a ver si hay carne de calidad... la verdad es que hay mucho macho suelto, y eso contribuye a que mi sofoco aumente unas décimas.


Me levanto con disimulo para ir al baño (y de paso le muestro un poco de la cara interna del muslo al ávido espectador de enfrente) y repaso con la mirada a los que están en la barra. Mmmm, hay uno de barbita que no está nada mal. Y me mira con sonrisa de lobo. ¡Chico malo, espera tu turno, que hay muchos a la cola!
Para mi sorpresa, cuando salgo del baño veo al guaperas usando el lavabo común. Me ofrece su espalda (ancha y musculada, puedo notarlo a través de su camisa) pero observo que me mira por el espejo mientras se lava las manos muy despacio. ¡Vaya, qué atrevido! Me pone su descaro. Me cruzo de brazos, lo cual afila la curva de mis pechos y le miro con la ceja enarcada. La mayoría de los hombres suelen sucumbir a su educación servil cuando una mujer se muestra resuelta, pero éste sigue a lo suyo, lavándose pausadamente mientras sostiene mi mirada en el espejo. Me da un escalofrío, y me sube un rubor intenso y repentino. Su actitud me produce rechazo y a la vez me fascina. Vuelvo a la mesa arrobada, y mientras asisto a la cansina charla de Jorge no paro de mirar disimuladamente a mi admirador, al que estoy dedicando un cruce de piernas entre atrevido y formal, de secretaria de dirección. Cada cierto rato nuestros ojos se cruzan, y mi sofoco su va convirtiendo en un calor que poco a poco me sube por el cuerpo y me nubla la atención...


- Sandra, ¿me estás escuchando? Pareces distraída...
- Sí, perdona, me encuentro un poco mareada... debe ser por el vino, que no estoy acostumbrada a beber... ji ji...


fast4Se me escapa la risa floja, y al mirar hacia el guaperas veo que me devuelve la mirada muy fijamente, con la lujuria reflejada en su cara de machote, y confirmada por el considerable bulto que llena su pantalón. Me lo follaría aquí mismo, en este momento estoy tan cachonda que no me cortaría lo más mínimo. Y, ¡oh, Dios mío, creo que me lo ha notado! Se gira despacio en la silla y con su cuerpo me señala hacia los baños... espera... ¡un segundo, se levanta y avanza despacio, ¿no pretenderá que lo hagamos aquÍ?!!!... mmm... y ¿qué hago con Jorge?


En ese momento, y como caído del cielo, alguien de la barra se acerca a nuestra mesa y, ¡sorpresa!, resulta que conoce a Jorge de la carrera de agrícolas. Y se ponen a charlar con tal animación que me dejan a solas con mi conciencia, abrasada hace ya rato por mi calentón.


- Chicos, os dejo un momento, que me está llamando mi madre... qué pesadita se pone... en fin, me salgo fuera, cuidadme el bolso...
- Descuida, linda. ¿Has visto qué preciosidad, Arturo?
- Mmmm, sí, Jorge, la verdad es que tienes muy buen gusto. Cuídala bien, no sea que alguno nos envalentonemos... Y me guiña un ojo con descaro.
- ¡Ja ja, cómo sois los hombres! Anda, ahora vuelvo...


fast5Entro en los lavabos (ni se han fijado en que he esquivado la salida) con el corazón a doscientos, y veo que el maromazo me está esperando impasible. Al pasar junto a él me toma de la mano y una deliciosa corriente eléctrica me pasa por el cuello y por detrás de las orejas, y me hace emitir un ligero suspiro... su aliento me llega desde cerca de la nuca, cálido y agitado... me giro y sus labios se acercan, no puedo dejar de sucumbir a este momento... me abraza con pasión y nuestros cuerpos se estremecen.


¡Oh, desconocido!... ¿qué estás haciendo conmigo, si yo siempre soy la que lleva las riendas, cómo me haces perder así el control? Tus manos aprietan mis pechos, mis nalgas, son fuertes y grandes, pero suaves... y me besas con tal pasión que me quitas el aliento, estoy tan húmeda que no necesito muchos más juegos, así que nos empujamos el uno al otro hacia el baño de mujeres sin soltarnos las bocas ni dejar de acariciarnos...


Una vez encerrados, su deseo se desata, me besa y muerde el cuello hasta hacerme gemir, me levanta con sus fuertes brazos, me apoya contra la pared y me va subiendo mientras besuquea mis tetas, mi ombligo, y ¡oh, sí!, ¡oh, me sube más! Dios mío, éste no baja al pilón, lo arranca del suelo y bebe a gañote. ¡Qué delicia, mis piernas rodean su poderoso cuello mientras su lengua me hace polvo, no puedo evitar gritar, pero me introduce su dedo en la boca y lo chupo como si fuese su polla mientras gimo, oh, va a hacer que me corra... empuja con su boca mi pélvis y me estremezco de placer... sí, sigue, sígue, si, siiiiiii... ¡Dios, me he corrido en su boca!
Y ahora me baja despacio, ooooh, siiiiii... oooohhh... su polla entra hasta el fondo, joder, qué descomunal ¡Oh, joder, me voy a correr otra vez y me la acaba de meter... y cómo se mueve, qué puta máquina de follar, ooooh, no paro de correrme...


Debemos llevar un buen rato aquí, no quiero decirlo, pero debería volver antes de que me empiecen a buscar. Pero no antes de otro orgasmo, que me sacude de arriba a abajo mientras me dejo las uñas en su espalda... ¡aaah, no tengo fin! Bueno, es hora de ir terminando. Y este semental me ha follado tan bien que se merece su premio... le empujo contra la pared y mientras no dejo de mirar a sus ávidos ojos le obsequio con tal felación que le hago temblar como a un chiquillo, mientras me llena la boca de su caliente esperma... mmm, qué delicioso...

fast6Después de unos minutos de jadear me pide que desbloquée el móvil, y él mismo se encarga de apuntarme el suyo.

- ¿Hace falta que me llame?
- No importa, voy a coger un taxi ahora mismo y tú te vienes conmigo.

Sonríe.

- ¿Y tu novio?
- Mmmm, le diré que me encuentro mal y que me voy a dormir.
- Perfecto, nos vemos fuera.

Ya ves, algo así no se tiene todos los días, así que pienso exprimirlo al máximo. Toda la noche. O todo el fin de semana, ya veremos. ¡Me da a mí que voy a venir a cenar aquí más veces!

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Sábado sabadete...

"Eres tan cerda que ni tú misma te aguantas. Tu mente solo ve tetas, rabos, coños y culos. . Estamos discutiendo porque no podemos pagar la hipoteca, y tú haces como que me escuchas, pero solo puedes pensar e imaginarte que meto la cabeza entre tus piernas y lamo tu coño sin piedad".

Efectivamente, mi marido me conoce como si lo fuera. Sí, me importa una mierda no pagar esta casa. Cállate ya, y baja, venga, arrodíllate y sirve a tu Reina. Usa esa lengüecita locuaz en algo puro y placentero. Arráncame las bragas, te lo he puesto fácil, ya me he quitado yo los pantalones. Y juego con mis piernas abriéndolas y cerrándolas para que puedas ver mis pequeñas y húmedas bragas de sábado sabadete.

sabado2¡Venga, ciudadano ejemplar! ¿Quieres pagar tus deudas? Yo te dejo pagarme por saborear mis orgasmos. Hoy seré tu puta barata y recurrente. Tú pagas y yo disfruto. Muy bien. Mi mano en tu polla te está haciendo comprender mi mensaje. Sólo tu olor ya me enciende. Muérdeme la boca, la oreja. Se un cerdo conmigo. Muérdeme las tetas. Apriétamelas. Mi coño late, ábrete paso, cariño. Todo este coño humeante es tuyo. Esos mordisquitos en mi entrepierna me pierden. ¡Venga, hinca tu lengua en mi clítoris! Despacio pero fuerte. ¡Lame, perro! De arriba a abajo, sigue... mete tu nariz en mi agujerito. Esfuérzate y dame mi premio. Mete tu dedo, venga, sin miedo, no me los como. Mete tu dedo en mí y haz tuya esa zona. Sigue lamiendo, sí, así, cariño... ama a tu mujer, hazme el amor con tu lengua... Mete el otro dedo, dos, por favor... quiero correrme, mi amor, quiero que saborees mis placeres. ¡Sigue, apriétame el clítoris con tu lengüecita jugosa!

Ahora sube, sube, cómeme la boca, y no saques tus dedos de mí. Besa mi cuello y respira en mi oreja. Puto calzonazos, qué caliente me pones. Qué manazas tienes. Méteme tu polla un poquito. Sólo para sentirla un poquito... ¡Venga, clávamela, solo una puntaílla! Rellena mi agujero con ella, y después vuelve a bajar y come hasta que te hartes.

¡Sí, que obediente eres, me la metes sin avisar y de golpe! Entra sola, mi coño está chorreando. Con el pollón que tienes, y se me queda chico. Me imagino tu puño...

¡No me la saques! Otro poquito, venga, fóllame un poquito más. Sin miramientos. Olvida que soy tu mujer. Insúltame y hazme sentir como la guarra que soy. Fóllame como un animal. Haz que grite, venga. Dame. Reviéntame. Haz que tu polla explote dentro de mí. Zúmbame, lobazo, ponme a cuatro patas y a morder almohada. Muérdeme el cuello mientras me petas. ¡Dame, hijo de puta! ¡¡Fóllame, sígue!! Haz fuego con tu palo. ¡Me encanta, joder! Estoy a puntito, apriétame las tetas. Dame rápido, venga, sácala y hunde la lengua en mi coño. Haz que me corra, lame, fuerte... mete tres dedos y no pares de chupar. ¡Más rápido, joder, sigue... me corro... me corro... síiiii, me corro viva!!!

Ahhh, muchas gracias, bombón.

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VIP PARTY

El vapor inunda el cuarto de baño y deja mi piel perlada de gotitas, aunque ya hace rato que cerré el grifo. Me gusta ducharme con el agua bien caliente, dejar que mis poros se abran al máximo y absorban toda la humedad posible. Esa hidratación es imprescindible para lograr un aspecto sano y juvenil, una piel suave y tersa (más aún con las cremas que después me aplicaré), y esa tersura, unida a mi rostro de niña, me sirven para disimular unos cuantos años. No es que me importe mi edad, estoy en la flor de la vida a mis 32 años, pero es importante parecer más joven, y más aún esta noche en la que me juego tanto. Después de meses de trabajo duro, hacer contactos, dejarme dinero que no tengo y deber muchos favores, al fin mi plan está listo para ser ejecutado.

Salgo del baño hidratada al máximo y penetro en el sancta-sanctorum de mi habitación: la cama de casi dos metros de ancho forrada de satén en la que tantas fantasías se han consumado (a veces sola, a veces con alguien y otras pocas veces con multitud) sobre la que se extienden mis armas de seducción infalibles, preparadas única y exclusivamente para esta noche: el vestido negro con brillantes auténticos (un "préstamo" cuya procedencia me costaría un libro entero explicar), el collar de perlas que me regaló mi ex amante consular (apto para fiestas pero suficientemente elegante para lucirlo en una recepción de la embajada) y los zapatos Gucci a juego con el bolso (una imitación realmente difícil de descubrir)... eso y unas gotas de Chanel, unidas a mi físico y a esa mirada lánguida que tanto gusta a los hombres, me asegurarán ser el centro de las miradas y de las proposiciones... y con un poco de suerte saldré de esta noche como Cenicienta, pasaporte directo a la jet-set y a vivir. Esta noche, precisamente, habrá un montón de futbolistas enfiestados pidiendo a gritos que una hembra espectacular les satisfaga. Nada más y nada menos que la cantera del Real Madrid se dará cita en la Joy esta noche, unida a varios veteranos que no se pierden una: cierto francés tímido al que le gustan las niñas púveres, un galés con cara de simio y, según los rumores, una tranca espectacular... por no mencionar a los carcamales del cuerpo técnico, que esperan pescar en río revuelto para reverdecer viejos laureles. Todos estarán allí, ebrios y cachondos, y solo hará falta un poco de baile descocado y un par de sonrisas bien dirigidas para ingresar en el selecto grupo de amantes de famosos con la vida resuelta. La vida resuelta, qué bien suena eso.

Me tumbo en la cama desnuda y coqueteo con ese pensamiento. Mis manos, sin darme cuenta, se han ido deslizando por mis pechos, mi vientre, y ya comienzan a abrirse camino entre el vello púbico, perfectamente recortado en forma de corazón. A regañadientes las aparto hacia los costados... no tengo mucho tiempo y he de vestirme. ¡Uf, qué pena! Pero con suerte esta noche algún musculoso muchachote terminará el trabajo y me marcará un buen gol. O dos. ¡Yo espero que al menos sea un hat-trick!

***

Al bajar del taxi, junto a la Plaza de Tribunal me miro descaradamente en el retrovisor del conductor, juntando mis pechos con las manos y lanzando un beso pícaro. El chaval lleva toda la carrera lanzándome miradas tórridas y tratando de llevar la escasa conversación que le he permitido al terreno sexual. Me fijo en su erección, que no se molesta en ocultar, y me le imagino masturbándose dentro de un rato en cualquier paraje solitario. Pobrecito, no sabe lo lejos que está de gozar de este cuerpo. Le faltan millones en la cuenta corriente y siglos de gimnasio. Aun así le sonrío mordisqueándome el labio, viendo cómo se hincha su pantalón, antes de darme la vuelta y caminar contoneándome hacia la puerta de la discoteca. Al llegar el portero pone cara de crispación: está claro que se debate entre la obligación y su claro interés por mí. Como no me detengo, la razón se impone y me bloquea el camino.

- Lo siento muchísimo, cariño, pero hoy hay fiesta privada...

vip3Saco del bolso la invitación y se la planto en las narices. Nadie sabrá nunca (excepto los implicados) lo que he tenido que hacer para conseguirla. Pero este pedazo de papel satinado va a ser la llave de mi nueva vida de rica, así que cualquier precio me parece barato. Tras echarle un buen vistazo (y ya de paso otro a mí), el hombre sonríe y me franquea el paso. ¡Guau, y qué espectáculo me espera en el interior! ¡Cuanto machote sudoroso, qué plantel de buenos nabos se exhibe ante mí! Bueno, bueno, creo que me pediré un margarita para ir entrando en ambiente y buscaré un buen sitio para ver y ser vista. Ese esquinazo de la barra parece perfecto... y en efecto, no tardan en acercarse varios chicos. ¡Joder, qué bajón! Son por lo menos juveniles, si me tiro a alguno de ellos todavía me denuncia. Y no paran de rozarse conmigo y tirarme los trastos. Estoy a punto de coger mi copa e irme a otro lado cuando un señor mayor de traje se sienta a mi lado. Su presencia parece actuar como bromuro en la líbido de los chavales, que rápidamente vuelven a la pista de baile.

- Espero que no le hayan molestado, señorita.
- No, en absoluto. Son jóvenes y solo quieren divertirse...
- No me malinterprete, encanto, pero son pocas las ocasiones en que estos chicos pueden salir de esta forma. Están sometidos a una disciplina deportiva muy severa, y que estén aquí hoy se debe solamente al hecho de que han ganado un partido muy importante de la Youth League... "¡Vaya, parece que el viejo es entrenador! A ver si rasco bola..."
- ¡Oh, ya veo! Pero, ¡son tan jóvenes! Qué pena estar tan condicionados por su futura profesión...
- Sí, señorita, es duro, pero ellos están llamados a ser las futuras estrellas de nuestro fútbol, y solo entrenando a conciencia y siendo casi espartanos podrán lograr llegar a lo más alto. Mire, ellos admiran a sus mayores y quieren seguir su camino. Ya tendrán tiempo de disfrutar de la vida cuando alcancen la gloria. Como el invitado especial de esta fiesta, un chaval como ellos pero que ya cuesta 20 millones de euros.
- Y, ¿se puede saber quién es esa joyita?
- Pues le diré que juega en la Serie A italiana y que ha jugado en el primer equipo del Real Madrid hasta este verano. ¿Sigue usted el fútbol?
- ¡Uy, me encanta! Pero ahora no caigo... -me hago la tonta.
- Pues si me acompaña al reservado del fondo se lo voy a presentar, mademoiselle. Seguro que agradece la compañía de un ser tan angelical como usted...


vip2

Sonrío como una niñata a punto de conocer a los One Direction y acompaño al viejales hasta el fondo del local. Tras unos cortinajes se ocultan varios de los rostros más conocidos de la liga española. Varias botellas de Dom Perignon vacías y restos de polvo blanco son testigos de su estado de euforia.

- ¡Karim, deja de hacerte porros que me estoy colocando solo de olerlos! ¡Y deja ya la PSP, por Dios!
- Oye, vete a la mierda...
- ¡Joder, tíos, cortaos ya la barba que parecéis mendigos! Se os va a enredar en las piernas un día corriendo la banda...
- Mira el "Deulo", si parece sevillano ya y todo...
- ¡Eh, eh, cuidadito con Sevilla que me lío a hostias!
- Pero si tú eres de Camas, mamonazo...
- ¿Y Cris, no va a venir? - No, hoy iba a pasar la noche en el gimnasio. - Pues vaya moñas, teniendo a la rusita sola en la cama... - ¡Sí, sí, "sola".... JA JA JA JA JA JA JA....!!!

Mi mirada recorre al grupo y se clava en él. Tímido, guapo, a penas participa en la conversación. Parece feliz solamente por estar entre amigos. ¡Bueno, bueno, ya tenemos objetivo a la vista!

***

No se cómo lo he hecho, me ha costado lo mío zafarme del francesito que huele a Chupa Chups, y más aún del bruto ese británico que casi me abarca los dos glúteos con una sola mano. Pero aquí estoy, sentada junto a mi joven príncipe del balompié. Solo hemos cruzado unas breves palabras ("Hola, soy Samantha", "Yo Álvaro", "¡Encantada!", "Tómate lo que quieras", "¡Gracias!") pero mi pierna está apretada contra la suya y no parece que eso le moleste. Voy a atacarle en breve, pero debo conseguir separarle de esta manada de brutos. Poso mi mano en su muslo mientras hablo de banalidades, y mis dedos casi rozan su paquete. Me mira con ojos acuosos, de cachorro. Está lo bastante pedo para manipularle a mi antojo. Me acerco para hablarle al oído y mis senos se apretujan contra su musculoso brazo.

- Necesito salir a tomar el aire a la terraza... ¿vienes conmigo?

Me sigue como un autómata. Desafortunadamente, el entrenador ha debido de darse cuenta de mi estrategia, pues otro joven se nos une en las escaleras. ¡Joder, le han puesto una carabina! Pues me les tiro a los dos, no saben quién soy yo...

Ya en la terraza estoy a punto de agarrar sus "cositas" y empezar el show cuando Álvaro me dice:

- Samantha, te quiero presentar a mi novio. Álex, Samantha, Samantha, Álex... -Me quedo anonadada-.
- Llevamos tres años juntos, desde el Europeo Sub-19 de Rumanía. Pero no puedes decir nada, ¿eh? Que el mundo del fútbol es muy despiadado con estas cosas... ¡Mira al "Torito" Acuña, que no volvió a salir de titular desde que se destapó su affaire con aquel reportero del Heraldo de Aragón!

"¡Joder! ¡Jodeeeeer! ¡JODEEEEEERRRRR!!!"

Vuelvo al reservado dejando a los tortolitos amorrados el uno al otro en la terraza. Allí solo quedan borrachos tirados por el suelo. Salvo uno.

Se levanta y avanza hacia mí.

- Yeah, baby! Come with me, let's go to my home. I got a sheep costume for you. Beeeeh! Jo, jo, jo, jo, jo, jo.... Beeeeeeeeeeh! BEEEEEEEEEEEEEEEEEEEHHHHHH!!!

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lanochemasoscura