¡Non papa, just plain heroes!

Escrito por Derh Zetto el .

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Terry sentía el estómago como si se hubiera tragado una onza de lava ardiente, no solo era por dejar atrás su casa, a su padre y el viejo barrio. Era por los chicos de la pandilla. Zero golpeó con tanta fuerza el pedal de arranque de la Triumph que pareció que iba a hundirlo en la tierra. Cuando la moto comenzó a toser un humo gris y apestoso el impulso del motor casi hace caer de espaldas a la chica. Se agarró a tiempo al cuello de la chaqueta de Zero y salieron volando en dirección a la carretera estatal. Mientras se perdían en el atardecer de los límites de la ciudad ella le abrazaba con tanta fuerza que pensaba que de un momento a otro Zero se iba a ahogar. No pararon, ni cuando tomaron la estatal ni cuando se desviaron por una carretera secundaria, polvorienta y enroscada como una culebra. Para entonces el sol ya estaba escondido y ella pensaba en cual sería el futuro que les esperaba juntos; seguramente difícil, aun así sentía dentro de ella que la pasión que les unía ardía ahora como una gran hoguera en la noche.

heroess2Que Charlie supiera, Zero, Fat-Ben y él era los único que conocían el plan pero algo debió de salir mal. Vieron llegar a los Troppers con su coche todo-terreno pintado de camuflaje y un enorme zorro blanco dibujado en el capó. Por suerte para la parejita Charlie escogió un punto de reunión muy especial con el cruze de la 9th Avenue, las calles allí eran estrechas y atestadas de trastos, algo oscuro por la sombra que proyectaban los raíles del tren alzados a más de tres metros, y aunque entre las columnas cabía perfectamente un par de coches, en ese paso había una gran roca (que él apodaba el Bolo) que impedía pasar a un vehículo mayor que una furgoneta al mismo tiempo.

Uno de los chicos encaramado a un pilar del raíl, a unos doscientos metros de ellos, comenzó a gritar <<¡ya vienen, ya vienen!>>, Movía los brazos como un nadador que se estuviera ahogando con la esperanza de que alguien notase sus rítmicos movimientos. Todos se dieron cuenta. Fat-Ben empujó a Zero y les grito que corrieran como si fuera el fin del mundo para todos << ¿Es que no has oído a Grapa? ¡Ya vienen! >>. Sabía que la furia que consumía los ojos de Zero se alimentaba del terror de dejar a los Phytons solos frente a esos Troppers contratados por el maldito viejo. Pero quedarse a luchar ya no valía la pena, ya eran demasiados días escondiéndose y evitando a esos paletos vestidos de comando. Los chicos entretendrían a los Troppers tanto como les fuera posible, lo suficiente al menos para que Zero y Terry se alejaran sin dejar pistas de su camino.

heroess3La moto salió disparada como un cohete y Charlie quedó preso del momento viendo como Terry se agarraba a la camisa de Zero y se alejaban juntos. Parecía el final de una de las pelis de verano que solían ver desde la azotea del tío de Carlo. No podría explicar con palabras como se sentía en ese momento pero algo le decía que una enorme brecha se había abierto sus pies, una profunda y oscura. Cuando se giró ordenó a Carlo y a otro de los chicos que empujaran la furgotena; le quitaron el freno y la dejaron caer contra el Bolo, los Troppers tendría que detenerse para apartar el obstáculo. Pensaban acribillarlos a pedradas y no precisamente con piedras pequeñas.

A toda velocidad los sicarios se empotraron contra la furgoneta, el primer golpe que recibió la dejó ladeada pero los Troppers seguían sin poder atravesar el paso y entonces los chicos comenzaron a bombardear el coche. Uno de los paletos, el copiloto, sacó una pistola y disparó una bala al aire. Fat-Ben y Charlie se encaminaron al coche parapetados con un improvisado escudo de chapa de una obra cercana. Desde el asiento de atrás del vehículo un viejo disparó una escopeta de perdigones de sal contra ellos que rebotaron contra la chapa, la idea era acercarse lo suficiente al vehículo y pintar la luna delantera con espray negro. Mientras el grandullón caminada sujetando la chapa Charlie esperaba la oportunidad para rociar el cristal pero un segundo disparo hizo blanco en un lateral del escudo rebotando y acertando los dedos de Fat-Ben, éste y dejó caer la defensa cerca del vehículo, se lanzó al suelo con la mano izquierda ensangrentada, Charlie corrió tanto como pudo saltando sobre el capó. No tuvo el tiempo suficiente de rociar completamente la luna cuando el conductor apareció a su lado con un bate de beisbol y le golpeó en el costado. Al caer de nuevo al lado izquierdo se encontró con la gorda cara de Fat-Ben, sus miradas se cruzaron, la de Charlie era un ruego y la de Fat-Ben dos brillantes canicas negras, como los ojos de un búfalo bravío. Mientras tanto Carlo, a una prudente distancia, dejó de lanzar proyectiles por miedo a alcanzar a alguno de los chicos, indeciso y aterrado no se movía del lugar buscando un momento para acertar a alguno de los matones. El otro chico junto a Carlo había desaparecido nada más sonar el disparo al aire de la pistola. Finalmente Grapa, alejado, tras bajar de un salto de la columna de los raíles, corría como un jabato en dirección a la refriega armado con un palo de hockey remendado.

heroess4Fat-Ben se alzó en el instante en el que el tipo del bate de beisbol caía sobre él y Charlie, el grandullón se lanzó contra conductor con tanta fuerza que ambos volaron de nuevo sobre el capó y rodaron a la derecha del todo-terreno. El cabrón de la escopeta de perdigones no salió del vehículo pues necesitaba meter un par de cartuchos nuevos en su juguete de dos cañones. Mientras esto ocurría Charlie rodó sobre si mismo y apretó la espalda contra la puerta del copiloto impidiendo a éste salir, pero finalmente recibió tremendo golpe que lo desplazó un par de metros, el Tropper la había pateado la puerta con todas sus fuerzas para poder salir por ese lado. Charlie a vio apearse al cabrón de la pistola y, si bien suponían que solamente tenían intención de matar a Zero, aquel tipo encañonó a Charlie y lo que vio en su mirada parecía más un ansia asesina que un adulto tratando de hacerle cagar los pantalones a un crio. Pero el jaleo no les permitió percatarse de Grapa, que a toda velocidad alcanzó el coche al tiempo que el viejo, habiendo recargado, sacó de nuevo el cañón apuntado también a Charlie. Grapa calló sobre él con el palo de hockey cambiando su dirección con tan mala suerte para los Troppers que los perdigonazos impactaron el hombro derecho del sicario de la pistola. Éste al caer herido perdió el arma y Charlie aprovechó la oportunidad para alcanzarle y golpearle con el bote de espray en la cara hasta abollarlo. A su vez Grapa había partido el palo al golpear el cañón y caído al costado del vehículo momento que el viejo de la escopeta, desde el interior del coche, aprovechó para agarrar al muchacho de su larga cabellera rubia. Charlie imbuido en una furia ciega mientras se ensañaba con el copiloto no pudo percibir el rápido movimiento del bate de beisbol, el impacto en la mandíbula le hizo perder el conocimiento.

Para cuando abrió los ojos, Fat-Ben y Grapa estaban a su izquierda. Los tres chicos aguardaban sentados en el suelo, cubiertos de costras de sangre seca y magullados, y los tres adultos hablaban entre sí vigilantes y con las armas en las manos. Carlo probablemente habría huido al suponer la derrota. Charlie ya no notaba la brecha bajo sus pies, ahora estaba dentro de ella, a oscuras, observando en la altura una fina línea de luz, inalcanzable.

Miró a los chicos.

-Sabéis, algún día todos hablarán de nosotros y de este lugar. Todos vendrán por aquí para recordar lo que hicieron los Phytons. Seremos héroes.


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