Humanos 8.0

Escrito por PhD Tilla el .



El sujeto se gira y observa por un momento un punto indeterminado que queda a su espalda. Luego parece retomar el hilo de un pensamiento perdido y sigue caminando por la acera abarrotada. Mira el teléfono en un par de ocasiones y luego lo embute en el bolsillo del abrigo, mientras atraviesa la bifurcación aprovechando un parón en el tráfico, y finalmente llama a un taxi. No es consciente de la cámara de tráfico que ha captado su imagen, y mientras prosigue su viaje sub-urbano por las entrañas de la urbe, como un Arcade de los ochenta poniendo puntos de luz sobre las calles ya recorridas, observadores impersonales analizan los detalles de su ruta, sus paradas, los gestos incluso… Es evidente un cierto deje de nerviosismo, que en los últimos días se puede apreciar en el individuo. Una cierta paranoia ha hecho presa en él (su capacidad de análisis no ha llegado a procesarlo, pero en su talo-encéfalo las imágenes de amenaza han empezado a palpitar y falta poco para que descubra que le vigilan). Pero sus invisibles “ojos de halcón” no son en absoluto ajenos a tal hecho, de hecho están hastiados de observar el fenómeno en los sucesivos sujetos de muestra, y además, el momento de implementación de la fase 2 es casi inminente…

- Señor Montalbo, me dice el chófer que no da con la avería…
- ¡Joder, pues que llame al seguro! ¿Yo qué coño he hecho para estar rodeado de tantos inútiles? Y tú, ¿has probado ya el teléfono, niña?
- Señor Montalbo, no paro de hacerlo cada treinta segundos desde hace una hora…

“No me lo puedo creer. Esto se lo cuentas a alguien y… Pero qué coño he hecho yo para merecer ésta… mierrrrda. Joder, piensa, Paco, piensa… esto solo es una puta pesadilla. No puede estar sucediendo. Encerrado en un túnel de la N-I con estos dos gilipollas, sin cobertura, el motor averiado… a altas horas de la madrugada… esa puta reunión en un chalet de Las Matas, esa mierda fuera de agenda…”
Por el rabillo del ojo observa unas luces multicolores que se reflejan en las paredes del túnel. No puede evitar un sentimiento de alvio que casi le hace mearse encima. “Por fin, una hora, una puta hora… se van a cagar… “

- Señor Montalbo, creo que el motor está lleno de agua… pegajosa…
- Déjalo, déjalo… si ya vienen…
- Pero, señor… es muy raro… yo no había visto nada igual…
- No seas cansino, Gustavo, vete a tomar un poco de por culo por ahí. Hay un puta comisario que va a comer mierda una temporada, vaya que sí…
- ¿Señorrrr?
- ¡Qué pollas quierrresssss!!! Tehh hleee dichsosooo queeee…
- ¿Clomooooorrr!!!???
- Shhhhhhh….llll…. Gggghhhh..hhhh.hh.h.h.h.h..h……..h

“´¿Dónde estoy?”
“¿Qué es esto?”
“¿Hay alguien ahí?”
…zzzzzzzzzzzzzz.zzzz.zzzzzz.z.z.zz..z.zz.zzzzz.z.z.z.zzz

- Agggg, aagggggh… aggguaaaa…. Agguaaaa, por faavvorrr…

- El sujeto muestra signos de recuperar la consciencia. Procedemos a hidratación.
- Gracias, puede retirarse, doctora.

- ¿Q-qué es esto, d-donde estoy?
- Tranquilícese, tómese su tiempo… está usted recuperando muchas de sus funcionalidades en un tiempo record para un ser humano. Hasta hace un rato no era más que información contenida en un hiper-enlace cuántico que ha recorrido un gran trecho del universo… comparado con eso, despertar de la peor de las resacas en pleno desierto con una zarza enredada en las pelotas es una experiencia relajante…

- P-perooo… ¿quién es usted? ¿Qué hago yo aqúí? ¿Qué me está contando?
- Calma, a su tiempo tendrá todas las respuestas. Ahora debería esforzarse en recordar quién es usted.
- ¿Yo? Puesss, Adoflyo Mmbotalo…
- No, no, no intente usted acceder a todos sus recuerdos a la vez, pruebe solo con su nombre…
- Adolfo Montalbo.
- ¿Ve usted?
- Pero, ¿qué está pasando? ¿Qué hago aquí? Estaba en un túnel, en el coche… No recuerdo nada más.
- Mire, señor, le seré totalmente franco. Ha sido usted abducido.
- Abdu- ¿qué?
- Ha sido teletransportado a un punto a 800 pársec de su planeta nativo, por una raza alienígena que se extiende por infinidad de galaxias y que busca desesperadamente el encuentro con otras inteligencias… y que hasta el momento, lo único que ha encontrado medianamente potable (a excepción de unas babosas extremadamente irritables en un sistema que los humanos tardaremos mil años más en localizar) somos nosotros… los humanos.
- ¿Qué?
- Ha oído bien, nosotros. Yo también soy humano, y fui abducido como usted… solo que yo me quedé para colaborar con el programa, y usted será re-insertado en la sociedad humana con algunas modificaciones…
- ¿Qué está usted diciendo? ¿Qué coño me van a hacer?
- ¿No ve usted la televisión?
- No
- Pues debería, sabría un poco más de esto… En realidad, se lo cuento porque da igual, ya que su memoria será borrada antes de la reinserción. Le vamos a extirpar una parte pequeña de su cerebro, básicamente y sin demorarme más, la que le hace ser tan hijo de puta. La insatisfacción. Una vez “satisfecho”, volverá a formar parte de la sociedad, pero ayudará a conformar un mundo en el que el encuentro con otras civilizaciones alienígenas sea posible. Digamos que así entraréis más mansos… y perdona que ésta vez no me incluya en tu grupo humano, pero es que yo ya he sido “satisfecho”, y estoy tan a gusto.
- ¿Pero de qué cojones me está usted hablando? ¡Suéltenme! ¡Exijo que me suelten inmediatamente! ¡Quiero un abogado, un policía… un jodido teléfono!!!
- Tranquilo, el sedante ya empieza a hacer efecto, y en unos segundos olvidará toda nuestra conversación. Yo pensaba como usted, ¿sabe? Me resistí, eso me ha contado mi supervisor. Me resulta gracioso pensarlo. Yo, resistiéndome. Aquí he encontrado el sentido de mi existencia, de toda la existencia. Lo que el programa intenta lograr… la unión de todos los seres inteligentes en la mansa satisfacción grupal… ese éxtasis diluido… la negación de nuestra individualidad insatisfecha y perpetuamente anhelante. Es lo único y principal. Y está en marcha. ¿Sábe? Es curioso, pero si yo no hubiese pasado por el proceso de satisfacción, quizá nunca hubiese podido hacer lo que estoy haciendo ahora mismo… con mi propio padre. Es irónico y estimulante. Saluda a mamá.

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