Todos los imbéciles van a Londres

Escrito por Daniel Prieto el .

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Todos los imbéciles van a Londres. Lo hacen sin saber explicar del todo el motivo. Son esa clase de gente que se cree libre de alguna u otra manera. No se les puede pedir más. Son ese tipo de individuos que presumen de seguir determinada ideología que creen muy definida, ese tipo de gente que participaría fácilmente en linchamientos. Podían meteros el Big Ben por el culo. Presumen de lo guais que son sus gustos y sus intereses y pregonan que se sienten muy realizados. Se pegarían un tiro si fuesen conscientes por un momento de lo fácilmente manipulables que son. Escriben ingeniosas frases por Internet, ese campo de concentración virtual, y les encanta dictar sentencia. No saben que simplemente son borregos que siguen un estilo de vida perfectamente planificado por unos cuantos para llevarse su pasta. Compran vinilos supercool en Candem Town... o sea, megafasion, te lo juro. Gastan dinerales en billetes de avión, tofu, ropita para imbéciles y guías de viajes. Suelen ser veganos o vegetarianos. O son muy sanos y apenas se drogan o son unos fumetas que se creen antisistema por llevar rastas. Suelen decir gilipolleces del tipo de "todas las opiniones son respetables" o "hay que ser solidario con las culturas ajenas". Lo tienen todo clarísimo. Se comportan como si supieran algo que todos los demás ignoramos. Creen que sus opiniones filosóficas estilo Paulo Coelho son muy profundas para que el resto de los mortales las comprendamos.

londres2Todos los imbéciles que van a Londres se comportan como si el rumbo de la historia dependiese de su estado de ánimo y piensan que Dios escucha atentamente las cosas importantísimas que les preocupan. Leen a Ken Follet. Podían meteros sus libros por el culo. Aceptan trabajos de mierda que suenan exóticos en inglés. Aquí rechazan los mismos trabajos basura porque tienen mierda en el cerebro. No serían imbéciles si no se desplazaran cientos de kilómetros, abandonando a sus familias, para tener el mismo trabajo que podrían tener en el bar de debajo de su casa. Los curros en los restaurantes de Londres están copados por estos imbéciles. Todos estudian Filología inglesa, Literatura inglesa, Mampostería inglesa o hacen cursillos de inglés aunque apenas sepan hablar y escribir con propiedad en castellano. Ven Juego de tronos en versión original. También podían metérsela por el culo en versión original. El dinero que ganan como imbéciles lo gastan en asquerosa comida inglesa y en cuartuchos infectos en los que pernoctan. Y en viajar a otros lugares para imbéciles como Roma, París, Berlín o Egipto. Jamás han estado en El Escorial o en el Museo del Prado pero pierden el culo por visitar el palacio de Buckingham o el Museo británico. Todos los imbéciles van a Londres a engordar la economía británica. Mientras, silenciosamente, un ejército de sosos británicos va asentándose en España y desempeñando los trabajos que los imbéciles han desechado; compran las casas que van quedando vacías en lugares mil veces mejores que Londres; hasta compran aldeas enteras que adecentan y alquilan a los parientes de esos imbéciles que se han ido a Londres. Y es que hay que ser muy imbécil para cambiar la tortilla por el fish and chips o la cafetería de Paco por el Starbucks. Pero vosotros, imbéciles de gafas de pasta con discos de Coldplay bajo el brazo, vais a Londres. Podían meteros Londres por el culo.

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