Sperm Planet 1

Escrito por Ágata G. Bové el .

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2226, año 126 después de Ramona

El vetusto submarino japonés de la segunda guerra mundial alzó el periscopio y, tras observar los destellos de luz que habían acordado, subió a la superficie. La noche era oscura, sin luna, como vagina de loba. Sacaron la lancha neumática y se dirigieron hacia la costa remando en silencio absoluto. La zona estaba desierta, treinta kilómetros al norte de Perth en una franja poco protegida por el Ejército Arcoiris. Desembarcaron sobre la playa y en la loma contigua se encontraban los tres vehículos, que habían sido conducidos hasta allí por tres enormes hombres a los que se veía musculados y con un atuendo extraño: entallado, de un negro favorecedor pero exageradamente limpio y cuidado para ser militar, evidentemente confeccionado por Armani. Los maromos, tras comprobar a través del móvil en sus cuentas bancarias que el fenomenal ingreso en Bitcoins les había sido transferido correctamente, les entregaron las tarjetas de arranque del camión frigorífico y de uno de los coches, el código GPS exacto del almacén con las llaves de la puerta, y se marcharon a toda velocidad conduciendo el tercer vehículo. Las soldadas no parecían muy conforme con lo entregado.

-Joder, este coche llama mucho la atención. -Susana puso mala cara en cuanto vio el Lamborghini Diábolo amarillo pollo que les habían traído.
-Tranquila, Susamari, es que aquí todos los coches son de lujo, estos cerdos viven en la opulencia y el derroche, no hay utilitarios. Pero no va a desentonar entre tanta decadencia.

Romualda y Clotilde abrazaron a Susamari, se cuadraron las tres escenificando el “saludo Ramona” con las manos en forma de vagina y partieron en diferentes direcciones, las dos primeras en el camión frigorífico hacia el Norte y Susamari hacia Perth con el deportivo.

esperma2Estamos en el año 126 después de Ramona. A finales del Siglo XXI después de Cristo las cosas se pusieron feas. Las manifestaciones ecolofeministas contra el patriarcado y el Co2 se multiplicaban por todo el planeta. La presión surtió sus frutos, primero mediante las leyes de paridad, que se implantaron a rajatabal bajo penas de cárcel, pero ellas querían más. Después también consiguieron las “cuotas de discriminación positiva”, copando así por ley el ochenta por ciento de los cargos políticos, mediante los cuales lograron una moratoria que daba el control de los ejércitos a las mujeres por diez años jubilando a todos los mandos masculinos. La cosa se precipitó con la muerte en extrañas circunstancias de Ramona Kellerman, líder del Ecolofeminismo Paneuropeo Antipatriarcado, creado en Bruselas a partir del germen del movimiento MSS (Mujeres Sin Sujetador). Las manifestaciones y la violencia a escala global desembocaron en un internamiento del ochenta por ciento de la población masculina, la que se negaba a aceptar el nuevo orden, primero en guetos, más tarde en megacárceles de trabajos forzados y después, tras aprobarse la solución final, en campos de exterminio.

Los avances en la inseminación artificial se habían disparado desde el año 2050, consiguiendo que la fecundación se pudiera hacer mediante las jeringas Bayer, elaboradas mediante una solución concentrada de espermatozoies sobrealimentados, que podían conseguirse a bajo precio en las farmacias. Los hombres fueron rápidamente apartados por las ecolofeministas, ya no eran necesarios más que para producir semen. Los medios de comunicación y las redes sociales estaban manejados por el poder, ahora detentado por las mujeres mediante la política de terror impuestas por las MSS, y el lavado de cerebro resultó fácil. En menos de un lustro el mundo se había transformado radicalmente.

Después de apenas tres años y medio tras la muerte de Ramona Kellerman, las ecolofeministas habían reducido la población masculina en el setenta por ciento, y en la primavera del año 2099 apenas ya restaba un doce por ciento por eleminar de la faz de la Tierra, prácticamente todos homosexuales, a los que se había respetado porque les parecían un subproducto inofensivo del patriarcado. Pero no todos los gays se habían quedado esperando el fin del hombre. No. En noviembre de 2099 la Alianza Arcoiris, que hasta entonces funcionaba en secreto, dio un golpe de efecto trasladando a todos sus integrantes a Australia. Viendo la barba de sus vecinos heteros rasurar hasta el exterminio, prepararon una salida porque no se fiaban, nunca lo habían hecho, de las mujeres. Fortificaron las costas Australianas, hackearon los sistemas informáticos mundiales de forma masiva y vaciaron los bancos de Bitcoins antes de atrincherarse en el continente oceánico. El 1 de enero de 2100 el Consejo Mundial Femenino les declaró la guerra, pero fracasaron en su ataque porque los gays habían estado varios años armándose hasta los dientes en secreto y aniquilaron al ejército femenino cerca de las islas Salomón cuando ellas se dirigían hacia Australia en la mayor flota jamás construida por el género humano, que fue hundida en su totalidad por un enjambre de certeros misiles lanzados desde las costas del Nuevo Imperio Homosexual. El Presidente del Consejo Mundial Homosexual se fotografió pintando en uno de los misiles con la punta en forma de pene un “Chúpate esa, zorra”.

El camión frigorífico pilotado por Romualda llegó en medio de la oscuridad hasta el almacén. Era una nave industrial dentro de un poblacho con pinta de deshabitado en medio del desierto. Alumbraron hacia la puerta. Clotilde se bajó y abrió el cierre metálico con un gran estruendo. Entraron y pararon el motor. Encendieron las luces y pudieron ver los arcones frigoríficos a los lados. Riquezas sin fin les esperaban, Abrieron el primero, pero estaba vacío. Y el segundo lo mismo, y el tercero, y el cuarto. Comenzaron a desesperarse.

-Romualda, aquí no hay nada, no entiendo qué sucede. Me estoy poniendo atacada.
-Controla tu hipertiroides, Clotilde, y sigamos buscando, la lechecita tiene que aparecer, hemos pagado a esos puercos traidores sodomitas una pasta gansa por ella. Tú sigue con los arcones, yo voy a buscar la vaca mecánica para cargar el camión.
-Será el toro mecánico... uy perdona, sí, la vaca mecánica, no me he dado cuenta.

esperma3No habían contado las ecolofeministas con la perfidia natural de los gays. Los hombres habían sido exterminados tras extraerles todo el semen posible, el suficiente para producir muchas nuevas generaciones humanas. En los campos de exterminio se les exprimía el pene hasta la muerte por deshidratación, y se almacenaba el líquido de la vida en enormes plantas congeladoras. Los nuevos métodos reproductivos harían el resto en las vulvas de las mujeres sin intervención masculina alguna. Pero el día de la revolución gay el ejército arcoiris bombardeo todas las instalaciones frigoríficas destruyendo casi la totalidad del banco de semen mundial, todas excepto en megaalmacen de esperma de Australia situado a las afueras de Perth, que ahora estaría además bajo su control suyo.

La idea estaba clara. Exportar el semen a las ecolofeministas y a cambio que ellas les surtieran de materias primas y de niños que aseguraran la supervivencia en el tiempo de la Australia homosexual. Además, se había estudiado científicamente cómo encaminar a los niños para que desde la cuna se decantaran por la homosexualidad: se había descubierto que un cambio hormonal provocado por la extirpación de la vesícula biliar y la apéndice justo después del nacimiento desactivaba la síntesis de la seropentatonina cerebral, lo que inhabilitaba la región cerebral llamada anótalo cortical, lo cual facilitaba que la atracción sexual instintiva por las hembras desapareciera en el macho. Así de simple. Borrón y cuenta nueva.

Romualda y Clotilde continuaron examinando los arcones frigoríficos. En uno de ellos había una garrafa de ocho litros. Romualda la sacó, le quitó el tapón y metió la lengua por la boca hasta tocar la masa congelada.

-Esto no es semen, está dulce. Para mí que es leche de cabra o algo así, éstos cabrones se han burlado de nosotras.
-Cuando volvamos yo también quiero hacer el curso de catadora de esperma, Romu.

Continuaron con la tarea de inspección hasta que al abrir la tapa de uno de ellos saltó sobre ellas desde dentro un soldado gay escondido, que les soltó una ráfaga de ametralladora haciendo un escorzo estilo chachachá. Cayeron al suelo heridas de muerte. En su agonía se agarraron de la mano para decirse adiós.

-gggg, Cloti, era una trampa. Te amo Cloti, me muero, cariño.
-Argggg, yo también te amo, Romualda. Gays hijos de puta. Siempre han sido así de traicioneros.

De un escondrijo al fondo salieron cuatro tíos armados con metralletas y ataviados con unos impecables uniformes de Armani, entre los que estaban los que les habían entregado los coches en la playa.

-Cerdassss de mierda, creíais que ibais a robar el oro blanco -les gritó el más alto, y amanerado-, ahora vais a saber lo que es bueno, guarrasssssss.

Las desnudaron completamente. Uno sacó un machete, agarró la caída teta derecha de Romualda hacia delante y se la cortó de un sólo golpe.
-Ahora vais a decirnos quiénes son los traidores espías que tenéis en Australia u os vamos descuartizar vivas.
-Que te jodan, maricón de mierda -le espetó Romualda, que aguantando el dolor le lanzó un escupitajo que le acertó entre los ojos.

esperma4Entonces el gay la cogió de la otra mama y también se la cortó. Ella soltaba alaridos. Después comenzó a serrarle un brazo, luego una pierna, y así hasta dejarle sólo el tronco. Con Clotilde repitieron la operación no sin antes orinarla sobre la cara e insultarla. Entonces apareció por la puerta un gay con gorra de plato y galones en el uniforme pegando gritos.

-¿Qué estáis haciendo, putos sádicos? Os voy a meter un paquete que te cagas. Se os dijo que nada de torturas, que las queríamos vivas para inseminarlas, joder, no os enteráis de nada. De lo que se trata es de traer mujeres para inseminarlas mediante este engaño, no de matarlas, idiotas.
-No se preucope, mi coronel, sólo estamos disfrutando un poco, pero le prometo que hacemos unos torniquetes, paramos las hemorragias y estas tías pueden procrear perfectamente.
-Que no me preocupe, válgame Dios. Espero que no muera ninguna de las dos. Yo creo que la gorda fea es salvable, pero la anoréxica rubia imposible, rematadla.
-Sí, señor, a sus órdenes.

Y remataron a Clotilde a machetazos. Romualda agonizaba y lloraba al mismo tiempo, su amada había muerto, pero fue cierto que le cortaron las hemorragias con los torniquetes, que le provocaron dolores terribles pero que la salvaron de una muerte segura.

El litro de semen marcaba en la bolsa de Wall Woman Street Secret precios máximos históricos, el barril costaba la friolera de mil doscientos millones de Bitcoins. Los países femeninos estaban en bancarrota total, y desunidos, porque en cuanto las mujeres se encontraron solas se despellejaron unas a otras sin compasión y se montaron movimientos independentistas en todos los países. La pobreza era extrema, no había mano de obra, el sistema de pensiones había quebrado en Europa y en algunas ciudades de Estados Unidos se había llegado por la escasez a comer carne humana. Por la “Ley mundial antipatriarcado” del año uno después de Ramona, los nacidos varones debían ser cambiados por semen con Australia o ser descuartizados y comidos por sus madres. Las niñas se las quedaban.

Había un problema grave en los estados femeninos. La homosexualidad masculina era fácil de conseguir con la consabida operación antes de los seis meses de vida, pero no ocurría lo mismo con el lesbianismo, que se mantenía al azar, era una casta en minoría dentro del matriarcado. Por lo que no todas las mujeres eran lesbianas en esos países. Y el deseo sexual persistía. Vaya si persistía, lo que creaba descontento. Un incipiente mercado negro de porno masculino producido en Australia circulaba por los continentes femeninos a pesar de la prohibición expresa y la pena de muerte a la mujer que se atrapara con fotos de tíos desnudos, aunque fueran maricas sodomizándose.

En la mansión del gobernador de Perth, Amable Smith, se celebraba el cumpleaños de su mancebo, Rodrigo Jones. Amable amaba a Rodrigo con toda su alma a pesar de sus discrepancias culturales y de la diferencia de edad, cincuenta y cuatro años menor que él. Rodrigo decía que era gerontófilo, pero en realidad Jones era un trepa de cuidado. Ochocientos invitados habían acudido a la gala cumpleaños en el palacio de gobierno, la plana mayor de la élite gay de Australia al completo. Después de soplar las veintitrés velas de la tarta y de que el coro gay de Perth le cantara el cumpleaños feliz, Amable se llevó a su chico con los ojos tapados al jardín a entregarle su regalo.

-No mires hasta que no te lo diga, cielo. AAAAhora, abre los ojos, cariño.

Rodrigo abrió los ojos y se emocionó al instante. Siempre había deseado aquel coche vintage del que sólo quedaban tres en todo el mundo: el Audi LGTB A18 Turbo Diesel con una puerta de cada color, que había sido fabricado por última vez para coleccionistas gueis en 2083. Costaba varios millones de Bitcoins. Gastaba treinta litros de gasoil a los cien kilómetros.

-Amable, eres tan generoso conmigo.
-Y lo próximo será tu cargo en la asamblea general.
-Joder, gracias.

Susamari aceleró Lamborghini saltándose el control militar a la entrada de Perth. Las ráfagas volaban por encima, pero las esquivó con gran pericia, había ganado cuatro títulos seguidos en el Mundial Matriarcado de Fórmula1 Ecoloeléctrica, aunque aparcar no se le daba muy bien. Consiguió ponerlo a trescientos por hora y atravesó la ciudad hasta el palacio del gobernador. Cuando enfiló la avenida que conducía hacia el control de entrada los guardas Armani apuntaron de lejos hacia el coche pero, de repente, antes de que dispararan, uno de ellos ametralló al resto matando a todos. Acto seguido levantó la barrera y Susamari pegó un acelerón para y rebasó la barrera. El guarda la saludó al pasar. Era él, John Summers, el transexual que tenían infiltrado en el ejército gay, el Mata-hari del matriarcado.

Susamari frenó en seco sobre el jardín, descendió del coche a la carrera y descerrajó tres tiros sobre el sorprendido guarda que había en la puerta. Sacó el mando a distancia de su bolsillo y se palpó las lorzas para comprobar que los explosivos estaban allí. Se abrió paso a tiros por el salón dejando cadáveres a derecha e izquierda sin que la multitud se diera casi cuenta debido al alto volumen de la música, en ese momento sonaba a todo volumen la canción vintage de Sonia y Selena “Yo quiero bailar toda la noche”. Llegó al centro del recinto, se subió sobre una mesa y pegó un grito, pero nadie se enteró. Algunos la vieron, pero la jalearon pensando que era una atracción más de la fiesta. Apretó el botón. Grito “POR RAMONA Y EL MATRICARCADO”, antes de explotar y hacer reventar a todos los asistentes gracias a la onda expansiva.

esperma5Amable y Rodrigo subieron por la escaleras desde el búnker garaje y nada más salir a la superficie pudieron ver la destrucción que había cundido en el enorme salón. Cabezas reventadas, órganos internos, genitales de los bailarines, piernas amputadas, todo mezclado con sangre en una orgía de violencia que había provocado la explosión. Se le saltaron las lágrimas a Rodrigo viendo aquello.

-Qué desastre, seguro que han sido las zorras. Hay que hacer algo, lanzarles la bomba atómica de una vez.
-No Rodrigo, necesitamos sus úteros, no podemos exterminarlas. Pero, de todos modos, hace tiempo que te digo que hay un movimiento hetero terrorista aquí en Australia campando en la sombra, el enemigo lo tenemos dentro. Entre nosotros hay muchos gays que no lo son, sólo dicen serlo para sobrevivir, por conveniencia, y ya habrás oído, están montando en el desierto una guerrilla secreta hetero.
-No me vengas con milongas de carcamal. Esto lo han hecho esas hijas de puta del matriarcado.
-Calla, necio, estás borracho. Vámonos y convoquemos a lo que quede del Consejo Arcoiris.
-Esto también puede ser obra de Joseph Urban, Amable. Sólo quiere el poder y es capaz de todo, ahora reclamará el mando de las Operaciones Arcoiris. Te repito que tenemos al enemigo dentro.
-Tú sí que lo tienes dentro, imbécil, que me he enterado de lo vuestro, no me tomes por idiota, que por el interés eres capaz de tirarte lo que sea, Rodrigo.
-Si al menos a tí te funcionara la cosa como es debido, Amable, no tendría que buscarlo fuera de casa.... pero los excesos, amigo mío se pagan.
-Me niego a tomar Viagra, me sienta fatal. Cabrón.

2094, año 6 antes de Ramona

Ramona se estaba ahogando. Por un lado le gustaba, la hipoxia le dilataba el clítoris como una chistorra, iba a tener un orgasmo tremendo de un momento a otro, pero por otro aquella masa gelatinosa de textura parecida al cemento le obstruía la traquea. Intentó toser, pero no pudo. Se estaba poniendo morada, en todos los sentidos, e intentó expulsar aquello, pero sintió cómo se le sentaba encima de la boca y ya no pudo más, se abandonó al placer y a lamuerte, perdió el conocimiento justo mientras se corría.

Al notar el estertor y ver el panorama, ya que Ramona parecía muerta tirada inerte sobre el suelo, el miedo invadió su cuerpo y salió corriendo tropezando mientras se subía la ropa interior. Llegó al coche, lo arrancó y salió a toda velocidad del camino hasta la autopista.


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