Billie Holiday en tres tomas

Escrito por Mar Mascarás el .

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Fue Billie Holiday quien me introdujo en el universo del jazz en 1984. Por entonces no sabía lo que estaba escuchando, solamente me pasaron una cinta de cassette: "Escúchala". Y la escuché y me dejó marcada. No recuerdo ya cuales eran los temas grabados en aquella cinta, pero da igual, porque todo lo que interpretaba Billie Holiday dejaba huella. Habrá habido, con toda seguridad, cantantes con mejores cualidades vocales que las suyas, sin embargo muy pocos están o han estado dotados con sus cualidades interpretativas y su intensidad emocional. Su voz tocaba el alma.


TOMA 1. Strange Fruit

Southern trees bear strange fruit,
Blood on the leaves and blood at the root,
Black bodies swinging in the southern breeze,
Strange fruit hanging from the poplar trees.
Pastoral scene of the gallant south,
The bulging eyes and the twisted mouth,
Scent of magnolias, sweet and fresh,
Then the sudden smell of burning flesh.
Here is fruit for the crows to pluck,
For the rain to gather, for the wind to suck,
For the sun to rot, for the trees to drop,
Here is a strange and bitter crop.

Strange Fruit fue la pieza musical que la hizo mundialmente famosa, su canción emblemática. Un poema escrito y musicado por Lewis Allen, seudónimo tras el que se encontraba un profesor judío de origen ruso cuyo nombre real era Abel Meeropol. El poema se había publicado en la revista New York Teacher y en algún otro diario comunista, bajo el nombre Bitter Fruit. En 1939, cuando Allen conoció a Billie Holiday y le mostró el poema, ella se sintió brutalmente identificada con esa historia y lo convirtió en su canción protesta personal. Era la época del Café Society Downton, en Nueva York, un club de postín donde el tema se convirtió desde el primer momento en una pieza habitual en su repertorio y con el tiempo en un clásico.

Las sensaciones que Strange Fruit producían en el público estaban directamente relacionadas con el estado de desolación y amargura con que Billie la interpretaba. "Cantarla me afecta tanto que me pongo mala. Me deja sin fuerzas" y era habitual que tras su interpretación saliera del escenario y se escondiera en algún lugar a llorar.

1930Aunque en el origen de la canción se encontrara el linchamiento de Thomas Shipp y Abraham Smith por una turba de blancos en Indiana en 1930 y la expresión "strange fruit" se convirtiera desde entonces en una forma simbólica para referirse a los linchamientos de gente de color, a Billie el poema siempre le había recordado a su padre, Clarence Holiday. Guitarrista y bajista de jazz, había muerto en 1937 de una pulmonía, deambulando de hospital en hospital por todo Dallas sin que en ninguno quisieran atenderle hasta recalar en un hospital de veteranos donde ya solo le quedó morir. Así eran las cosas en Texas, como en cualquier otro estado del Sur.

Ella lo sabía muy bien. Cualquier negro, hombre o mujer, supo lo que significaba ser de su raza en aquellos años. Su autobiografía, Lady Sings the blues, es un relato plagado de los muchos episodios racistas que tuvo que soportar a lo largo de su vida. "No me vengas a hablar de  las pioneras que recorrieron los caminos en esos carromatos entoldados, entre montañas plagadas de pieles rojas. Yo soy la chica que fue al Oeste en 1937 (...)  Nunca nadie había visto a dieciséis hombres (blancos) en un estrado con una cantante negra, ni en Boston ni en ningún lado (...) - ¿Qué hace aquí esa negrita? Aquí no permitimos que los negros hagan la limpieza."


Toma 2. God Bless the Child

En una de sus habituales discusiones con su madre, ésta le soltó una frase que quedaría grabada para la posteridad: "God bless the child that's got his own" (algo así cómo "Dios bendiga al hijo que conserva lo propio"). Y durante las tres semanas que le duró el enfado con ella, escribió la letra para otra de las canciones "tres estrellas" de su repertorio.

Por entonces, ya se la conocía por el apodo de Lady Day. Llegar hasta allí no fue un camino de rosas: el abandono paterno, el desaire y desinterés de su madre, el colegio católico donde recaló tras su violación, la prostitución. Hasta que empezó a cantar con regularidad hacia 1930.

La canción está plagada de indirectas contra su madre seguramente tanto por los motivos que originaron la discusión, como por los muchos años de abandono que sufrió durante su infancia. Sea como fuere, una vez más un sentimiento relacionado muy directamente con su vida personal vuelve a marcar la creación de otro momento musical inigualable.


Toma 3. Fine and Mellow

En 1957, CBS graba The Sound of Jazz, una serie de televisión pionera que ofrece por primera vez jazz en directo en la televisión estadounidense.

En esta sesión mítica, la cadena americana reunió a 32 músicos destacados de la época y dejó registrado para siempre un documento único por su singularidad. Allí estaban lo más granado del swing, del estilo Chicago y del modernismo de la época; desde Count Basie, Lester Young, Coleman Hawkins y Ben Webster hasta Gerry Mullingan y Thelonious Monk. Por supuesto, también estaba "Lady Day".

Entre todos los momentos musicales de la grabación destaca uno, Fine and Mellow, otra composición de Holiday tocada por la mano de Dios. La interpretación que realizaron aquel día está considerada hoy como uno de los momentos relevantes de la historia del jazz. Allí, frente a ella, su compañero y amigo, el saxofonista Lester Young en su mejor etapa musical, que interpretó un segundo solo espectacular.

Lester y Billie habían tocado juntos durante muchos años y su intimidad musical traspasa la pantalla. Llevaban unos años sin verse, ambos luchando contra sus infiernos particulares, Billie gastada por las drogas que consumía habitualmente desde los años 40, Young deprimido y alcohólico, recluido en su casa. Esa fue la última vez que subieron juntos a un escenario. Ambos estaban ya en la etapa final de su carrera y morirían en 1959.

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